Por un lado, un hecho histórico como la compra de Casasol. Por el otro, este jueves en el que el fútbol argentino se enteró de que hay un nuevo campeón de algo que no estaba legislado, ni reglamentado, ni nada. Y que se decidió entre bambalinas, ante el estupor de dirigentes que asistieron a la reunión de comité ejecutivo de Liga y que no sabían muy bien lo que estaban viendo y aprobando. Pero nadie dijo nada, como suele ocurrir en este fútbol argentino “patas para arriba” en muchos aspectos y con una inseguridad jurídica (léase cambios permanentes de reglamento en medio del torneo o inclusive en el final de los mismos) que lo torna peligrosamente incierto.
Así, en medio de ese panorama, está lo que le interesa como urgente al hincha tatengue y es el equipo que pondrá Madelón para iniciar otro momento histórico, pues será la primera vez que Unión jugará un Reducido para buscar un título de campeón. Y en esta instancia de octavos de final le tocará un Gimnasia que se metió sorprendentemente en esta “historia”, porque se había quedado sin técnico, perdió el clásico y luego ganó tres partidos seguidos (Vélez, River y Platense) que le permitieron alcanzar el séptimo lugar de la zona B y la clasificación para enfrentar a Unión en octavos de final.
Madelón le dio solidez, previsibilidad, identidad y funcionamiento al equipo. Unión sabe a qué juega. Todos la tienen clara. Podrá tener un partido mejor que otro, como todos, pero el equipo no renuncia a un estilo. Y si en alguna oportunidad el esquema y la idea trastabillaron, enseguida se recuperaron y volvieron erguidos. Fue después de los dos peores partidos que tuvo el equipo, cuando perdió de local con Aldosivi y de visitante con Central Córdoba.
“Tenemos en claro qué pasó, así que desde hoy mismo empezaremos a poner manos a la obra para volver a ser lo que fuimos”, dijo Leo Madelón aquella tardecita santiagueña de muchísimo calor, luego del 1-3 ante el equipo de De Felippe. Y la recuperación llegó rápidamente a partir de aquel triunfo por 3 a 0 ante Defensa y Justicia, volviendo a las fuentes y al esquema tradicional que le dio un buen resultado.
Con todos disponibles, Tarragona-Estigarribia será la dupla titular y Vargas volverá a la línea de cuatro. Y punto. Madelón pondrá el lunes al equipo que ha sido su base. Al principio, el que empezó fue Gamba porque Estigarribia no estaba del todo bien en ese momento. Después apareció Colazo como buena alternativa (hizo tres goles), pero la dupla titular para Madelón, es la del lunes que viene. Y en el medio, faltaría un mayor y mejor compromiso de los dos volantes laterales. O al menos, ponerse un poco más a la altura de los dos del medio (Mauricio Martínez y Mauro Pittón), que están en un gran nivel.
Miguel Torres del Sel, Bruno Pittón, Mauro Pittón y Marcelo Piazza, con la bandera de Unión flameando en el mástil de Casa UniónPalacios es más que el Palacios del torneo pasado. Y Fragapane, con más razón, también. Pero tienen desniveles, inclusive en un mismo partido. Afuera están Solari y Palavecino, pero ninguno de los dos aportó lo suficiente para que el crédito de los dos titulares se extinga. Menos mal que está Mauricio Martínez para que administre juego. Pero el equipo necesita el fútbol de Palacios y Fragapane con más continuidad, para que los de arriba tengan más chances para hacer lo que saben y deben hacer: marcar goles.
A Unión no le convierten y esto habla de la solidez defensiva. Pero también es verdad que Unión no está convirtiendo como en otros momentos del torneo, situación que lo llevó a contar con una diferencia de gol muy apreciable a su favor.
¿El equipo? Tagliamonte; Vargas, Maizon Rodríguez, Fascendini y Del Blanco; Palacios, Mauricio Martínez, Mauro Pittón y Fragapane; Estigarribia y Tarragona, serán, casi con seguridad, los que irán en búsqueda de afianzar el optimismo y la ilusión de su gente.
El mismo caso, con Unión, en 1978
Este equipo produjo una gran actuación en el Metropolitano y luego llegó a semifinales del Nacional de 1978. Muchos de estos jugadores fueron partícipes de aquella final de 1979. De pie: Bottaniz, Merlo, Hugo López, Biasutto, Telch y Mazzoni. Agachados: Arroyo, Pitarch, Giachello, Ribeca y Alí. Precisamente, Arroyo-Giachello-Alí es una recordada delantera de aquellos tiempos.Con carácter retroactivo y sin estar legislado, la Afa le entregó a Rosario Central el título de campeón y una copa por ser el mejor del año, contando los dos torneos de la Liga Profesional.
Hace muchos años, se dio una situación similar que involucró a Unión. En 1978 (se jugaba primero el Metropolitano y luego el Nacional), Unión fue el equipo que más puntos sumó en la tabla general de los dos torneos, aventajando a Boca Juniors. En ese momento, con el escribano Rubén Neme a cargo de la sindicatura y gobernando el club con el apoyo masivo de dirigentes que estaban afuera pero que acudieron a la ayuda del escribano (uno de los grandes directivos que tuvo Unión en su historia), Unión peleó los dos torneos.
En el Metropolitano, llegó a la última fecha con chances de ser campeón. Estaban Unión, Quilmes y Boca en esas condiciones. Los tres lograron ganar sus partidos, por lo que el campeón fue Quilmes (lo ganó en Rosario), el segundo fue Boca y Unión terminó tercero. Luego, en el Nacional, Unión perdió en semifinales ante River y quedó eliminado en esa instancia.
En aquel equipo jugaban Pumpido, Hugo López, Mazzoni, Merlo, Bottaniz, Alberto, Telch, Pitarch, Ribeca, Arroyo, Giachello, Alí, el Loco Stelhick y comenzaba a aparecer Eduardo Sánchez, que era uno de los suplentes. El entrenador era Reynaldo Volken, quien al año siguiente lo llevó a Unión a jugar la final del Nacional ante River.