La estación meteorológica de Sauce Viejo cumple 70 años: por qué sigue siendo esencial para Santa Fe y la región

Hace siete décadas, el 28 de noviembre de 1955, comenzó a operar en el viejo aeródromo de Sauce Viejo la estación meteorológica del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Esa tarea que comenzó como una necesidad local para la aviación santafesina, hoy sigue funcionando sin interrupciones y se consolida como un servicio clave para la seguridad aérea y la comunidad.

La creación del aeródromo de Sauce Viejo, inaugurado oficialmente el 9 de diciembre de 1955, marcó también el inicio de la actividad meteorológica en la zona. Pero los primeros pasos de la estación datan del 28 de noviembre de 1955, cuando técnicos del SMN comenzaron a registrar diversas variables (temperatura, humedad, presión, viento, pluviometría) fundamentales para la operación aérea.

Una nota de El Litoral de 1959 ya la describía como “uno de los servicios más completos que brinda nuestro aeropuerto… que se cumple diariamente de 5 a 21”. Esa definición subrayaba su valor: no solo era un dato más, sino una herramienta esencial para la seguridad y operatividad del aeropuerto.

Un pilar para la aeronáutica y la comunidad

La meteorología es clave en la aeronáutica: influye en la planificación de rutas, la gestión del tráfico aéreo, las maniobras de despegue y aterrizaje, e incluso en decisiones críticas ante tormentas, turbulencias o condiciones de baja visibilidad.

“Desde los inicios del aeropuerto, se encuentra la estación meteorológica emplazada. En un principio era muy importante hacer la pista de tierra compactada; el dato de pluviometría era muy tenido en cuenta por el tema de los aviones de pasajeros”, recordó el actual encargado, Francisco Sosa. Esa información era vital para asegurar que la pista ofreciera las condiciones adecuadas de aterrizaje.

Con los años, la estación fue creciendo junto al aeropuerto: cambió de emplazamiento en tres ocasiones, pero siempre funcionó sin interrupciones. “La estación funciona las 24 horas, los 365 días del año -destacó Sosa-. Incluso en época de pandemia éramos uno de los servicios esenciales.”

Datos clave para Santa Fe y la región

Con una exacta ubicación de Latitud 31-42-28S. Longitud 060-48-19W. Altitud 17 m la estación meteorológica de Sauce Viejo integra la red de 125 estaciones del Servicio Meteorológico Nacional. Además de su función aeroportuaria, provee datos meteorológicos valiosos para el seguimiento climático del área de Santa Fe.

La continuidad en las mediciones permite generar series históricas, útiles para estudios del clima, proyecciones ambientales y planificación urbana. Un ejemplo es un estudio climático que utilizó datos horarios de la estación de Sauce Viejo entre 2000 y 2013 para definir un “año meteorológico típico” para la ciudad de Santa Fe, una herramienta clave para la planificación energética y ambiental.

Del SMN a Sauce Viejo

El Servicio Meteorológico Nacional, hoy responsable de la red meteorológica del país, tiene sus orígenes en la Oficina Meteorológica Argentina (OMA), creada por la Ley N° 559 del 4 de octubre de 1872, durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento.

Ese organismo fue pionero: la OMA fue la tercera oficina meteorológica establecida en el mundo —solo precedida por Hungría (1870) y Estados Unidos (1871). Hoy, más de 153 años después, el SMN mantiene una red extensa de estaciones de observación, algunas con más de un siglo de funcionamiento, lo que permite contrastar datos a largo plazo y evaluar cambios climáticos con rigor.

En ese contexto nacional, la estación de Sauce Viejo representa un eslabón esencial: una base meteorológica establecida en la región litoral que une la historia del SMN con la realidad operativa actual del aeropuerto y la comunidad santafesina.

Un servicio indispensable tras 70 años de trabajo continuo

La historia de la estación meteorológica de Sauce Viejo no es solo una memoria de Santa Fe, es una crónica viva de compromiso, constancia y adaptaciones. A lo largo de siete décadas, sus observaciones, hora a hora, día tras día, sirvieron para garantizar vuelos seguros, aportar al conocimiento climático y sostener un vínculo entre ciencia, transporte y comunidad.

Hoy, con 70 años de labor ininterrumpida, esa estación reafirma su rol como un pilar de la infraestructura regional, un centinela del clima y una garantía para la seguridad aérea. En tiempos de cambios climáticos y crecientes desafíos ambientales, su continuidad y profesionalismo resultan más necesarios que nunca.