El cinturón hortícola de Santa Fe se salvó de daños mayores tras las últimas lluvias abundantes y la caída de granizo, aunque los quinteros del cordón hortícola santafesino advierten que el panorama económico es complejo por la fuerte retracción en el consumo de verduras. "La gente compra lo necesario, se acabó eso de llevar 3 kilos de tal o cual verdura", señaló el presidente de la Sociedad de Quinteros de Santa Fe.
"El agua corrió bien. Estábamos asustados porque teníamos noticias de granizo fuerte en Laguna Paiva, Esperanza y Santo Tomé, pero acá cayó un granizo fino, sin viento, que prácticamente no le hizo daño a la verdura grande. Nos salvamos esta vez. Rompió un poquito, la verdura va a perder algo de calidad, pero podría haber sido un desastre mayor", explicó en diálogo con El Litoral.
Según comentó, en esa zona cayeron alrededor de 80 milímetros de lluvia. "En el sector del Hospital Protomédico (en Recreo) hubo un poco más de viento, se rompieron algunas medias sombras, pero a lo que estamos acostumbrados, no podemos quejarnos. Vamos a abastecer bien el mercado, no va a haber variación de precios y eso es muy importante para el consumidor y para el pequeño productor también", confirmó.
Actualmente el cordón hortícola produce principalmente verduras de invierno: repollo, brócoli, coliflor y espinaca. Sin embargo, Beckmann advirtió que "lo que sí se va a perder mucho es la rúcula, porque no resiste la humedad. Es muy tierna y muy sensible. Ahí vamos a tener problemas, pero se pueden suplir con otras variedades".
Las verdulerías detectaron una caída de las ventas en mayo y desde entonces no se recuperaron. Crédito: Flavio RainaCambio en el consumo: "La gente compra lo justo"
En julio pasado, la Federación Nacional Frutihortícola (Fenafrut) denunció a través de un comunicado el estado crítico que atraviesan los productores: caída en las ventas de hasta el 40% interanual, rentabilidad prácticamente nula y costos operativos que no dejan de subir. Fundamentalmente, lo fundamentaron en las importaciones de frutas y hortalizas desde Brasil.
El presidente de la Sociedad de Quinteros de Santa Fe alertó que esta fuerte caída en las ventas en mayo alcanzó a las verdulerías locales. "Las ventas bajaron entre un 40 y un 50 por ciento. Cambiaron los hábitos de consumo porque hay menos dinero circulante. La gente compra lo justo y necesario, ya no lleva tres kilos de algo, sino un tomate o dos para la ensalada del día. Y esto ocurre durante todo el mes, no como antes que quizá se cobraba y se vendía más", indicó.
Esta situación obliga a los productores a modificar los hábitos de siembra. "El quintero chico y mediano está adecuando la producción. Ya no puede sembrar grandes lotes de verduras, sino que lo hace en forma escalonada, cada semana. Porque si llevás mucha cantidad de verduras al mercado no la vendés. Es algo nuevo para nosotros, al menos hacía mucho que no pasada", destacó.
"El quintero chico y mediano está adecuando la producción. Ya no puede sembrar grandes lotes de verduras, sino que lo hace en forma escalonada, cada semana", sostuvieron.-¿Alcanzan a sobrevivir los quinteros con este esquema?
-Los productores hacen maravillas para sobrevivir. Desde la Sociedad de Quinteros impulsamos hace diez años una feria que permitió que 120 pequeños productores se animaran a comercializar directamente. Hoy muchos tienen verdulerías propias en la ciudad. Rosario perdió gran parte de su cinturón hortícola, pero en Santa Fe lo seguimos manteniendo y eso nos enorgullece. Este mercado atiende desde Santa Fe hacia el norte de la provincia -Reconquista, Avellaneda y límite con el Chaco-, luego hasta el límite con Córdoba, y también entramos en parte de Entre Ríos con nuestra producción.
Guillermo Beckmann, de la Sociedad de Quinteros de Santa Fe. Crédito: Guillermo Di Salvatore-¿Afecta la apertura de importaciones a nuestro cordón hortícola, donde se producen más que nada verduras de hojas verdes?
-No, acá no afecta. Lo que a mí me preocupa son las producciones de tomates o pimientos, que insumen mucho dinero e inversión. El tomate, por ejemplo, estuvo sin precio, al punto de que los productores no salvaban los gastos. Por eso muchos dejaron de cuidarlo, no invertían en insumos y ahora hay escasez de calidad. Eso genera subas. Cada productor que se pierde, no se recupera. Porque una plantación de peras o manzanas requiere cinco años de inversión. Y hoy no hay inversores dispuestos a esperar tanto. Es preocupante porque se pierden producciones enteras por falta de rentabilidad y acompañamiento del Estado.