De la Redacción de El Litoral
redaccion@ellitoral.com
Los peloteros son en el presente lo mismo que, por ejemplo, un delivery de comida: simplifican obligaciones que se dejaron de hacer en casa por falta de tiempo, espacio o sencillamente, resulta más cómodo contratar a otro que las haga. En Santa Fe, el municipio otorgó permiso de funcionamiento a 32 locales que reciben a nutridos grupos de niños de lunes a domingos; en algunos peloteros, se celebran cumpleaños en simultáneo. También ofrecen canchas de fútbol 5 y 11, de paddle, de tenis, bowling, cibers y juegos electrónicos.
La actividad se normó en particular, como tantas otras en las que se congrega una cantidad importante de personas en lugares cerrados, luego de la tragedia en el boliche República Cromañón del barrio de Once ocurrida en diciembre de 2004, en la que murieron alrededor de 200 jóvenes.
En 2005 en nuestra ciudad, se sancionó la ordenanza Nº 11.196 que legisla mínimamente el servicio que brindan los peloteros pero nunca el Ejecutivo reglamentó la norma. En el artículo 9, se lee que el DEM debía reglamentar “dentro de los 90 días de promulgada, los aspectos no previstos”, cosa que nunca ocurrió.
El texto dice específicamente que un pelotero es “todo aquel establecimiento que cuente con juegos que estimulen el desarrollo psicofísico de los niños -juegos, juguetes inflables, de destreza, escalas, laberintos mecánicos, electromecánicos, etc-”. Además exige que se instalen los tomacorrientes y llaves dentro del área de juegos a 1.60 metros del piso; la contratación de un seguro de caución; un servicio de emergencias médicas y contar con personal capacitado en primeros auxilios y reanimación pulmonar.
(Lea la nota copleta en la Edición Impresa)



































