Octubre de 1968. El mundo cambia a pasos agigantados. En todas partes se suceden las revueltas obreras y estudiantiles. Los manifiestos y las consignas de paz intentan transformar el orden establecido, tanto en el centro como en la periferia.
En un local céntrico, cuatro artistas abrieron un espacio de experimentación. Eran Celia Schneider, Jorge Cohen, Richard Pautasso y Graciela Borthwick. Fue su "manifiesto" en acción.

Octubre de 1968. El mundo cambia a pasos agigantados. En todas partes se suceden las revueltas obreras y estudiantiles. Los manifiestos y las consignas de paz intentan transformar el orden establecido, tanto en el centro como en la periferia.
El eco llega hasta Santa Fe. Cuatro jóvenes artistas se hacen cargo de ese impulso. Abren un espacio y deciden llamarlo "Uff - Bazar de la vanguardia". Lo montan en un entrepiso de la galería Juan de Garay, en pleno centro de la ciudad.
Allí, entre las luces de neón y el murmullo comercial, comienza algo distinto: un laboratorio artístico donde la experimentación y la libertad creativa son el único programa de mano.
El contexto es, en verdad, convulso. En París, los jóvenes marchan por las calles en el Mayo del 68; en Estados Unidos, el movimiento por los derechos civiles y las protestas contra la guerra de Vietnam desesperan a los políticos.
En Buenos Aires, el Di Tella es epicentro de una nueva estética: performances e instalaciones quiebran las fronteras entre el arte y la vida cotidiana. La controvertida muestra "Experiencias 68" da cuenta de ese estado de situación.
En ese escenario, Santa Fe también se anima a pensar distinto. Surge el Gabinete Experimental de la Creación, integrado por Celia Schneider, Jorge Cohen, Richard Pautasso y Graciela Borthwick.
Juntos, apuestan a renovar los lenguajes desde una mirada local, pero en diálogo con las corrientes internacionales. Para mostrar lo que desarrollan, abren "Uff", el mencionado bazar.
El 17 de octubre de 1968, el crítico Jorge Taverna Irigoyen da cuenta de esta iniciativa en las páginas de El Litoral.
"Subiendo los peldaños de una escalera que, semioculta, existe al fondo de la galería Juan de Garay, el tranquilo caminante santafesino podrá encontrarse de pronto con un mundo distinto".
“Allí, en un entrepiso, funciona desde hace pocos días 'Uff – Bazar de la vanguardia', local de encuentro de los integrantes del Gabinete Experimental de la Creación”.
"Son cuatro jóvenes artistas santafesinos que ya llevan cumplida una trayectoria seria y entusiasta, quienes han dado cuerpo no sólo a este singular bazar, sino que también se han propuesto ubicar sus medios de comunicación artística fuera de los complacientes rieles que niegan el cambio".
Taverna sintetiza en su reseña el tono de la propuesta. "No pretenden seguramente cambiar la mentalidad ni dar un giro de ciento ochenta grados a las fórmulas artísticas que son comunes a muchos y que gustan a un cierto sector humano".
"Intentan, sí, acercar su obra y su palabra a una nueva dimensión universal; una dimensión que es fruto de este tiempo y este espacio, y que de alguna manera es reflejada en el hombre paralelamente a ser su reflejo".
"Por cierto que, como los mismos integrantes de este grupo lo reconocen, su trabajo se mueve en los inquietantes y difíciles campos de la experimentación".
"Una experimentación viva, necesaria, que -a la par que aventura en nuevas formas y en otros estímulos vivenciales- ayuda a descubrir los imponderables efectos de los nuevos materiales y de los resortes técnicos", añade.
En su nota, Taverna define el alcance. "Investigaciones luminosas, estructuras, montajes y toda una variada serie de especulaciones visuales desprenden, desde aquí, desde este pequeño Bazar de la vanguardia, un hálito de saludable renovación".
"Porque, para usar las sabias palabras del poeta francés Paul Valéry: 'las investigaciones insensatas son parientas de los descubrimientos imprevistos; parecería, pues, que la historia del espíritu puede resumirse en estos términos: es absurdo por lo que busca, es grande por lo que descubre'".
En un contexto donde el arte santafesino aún transitaba caminos formales, entre el rigor académico y la abstracción geométrica, "Uff" fue una bocanada de aire fresco. "Razón de más para acercarse al espacio, para oír el fresco entusiasmo que los guía y, en fin, para saber que aquí, en Santa Fe, se está haciendo 'algo distinto'", concluye Taverna.




