Domingo 21.4.2019
/Última actualización 13:06
Les tocó debutar en un torneo nuevo pero con mecanismo de finales. Santiago Pierotti, con sus 18 años recién cumplidos y 1,88 metros de altura que le dan una fisonomía física que le hace aparentar más edad, es un enganche surgido de Atlético Pilar y que llegó a Santa Fe con 13 años, casi siendo todavía un niño. Impactaba por su presencia física, su calidad para manejar la pelota y su tranco largo.
Recuerda con mucho cariño a Gustavo Marín. “El me recibió cuando llegué a Santa Fe y me llevó varias veces a su casa. Tanto adentro como afuera de la cancha, fue una persona importante en mi crecimiento. Como hubo otros, por supuesto”, cuenta el “Chino”, como le dicen de chiquito en su Pilar natal.
Franco Calderón llegó de Chaco. Oriundo de Hermoso Campo, una localidad de unos 9.000 habitantes ubicada en el sudoeste de esa provincia, comenzó jugando en Charata y con apenas 15 años ya apareció en primera y jugando algún Federal. Esto, seguramente, impactó a la gente de Chaco que, enseguida, se pusieron en contacto con la de Unión. Fue Horacio Humoller el que observó, a él y a su hermano Pablo —también marcador central— y así llegaron muy jovencitos a Santa Fe, en el 2015.
Pierotti admira a Messi y dice que no tiene inconvenientes en jugar como volante lateral. “Yo sé que cada día se juega menos con enganche, por eso no me extrañaría que deba adaptarme a otras posiciones. Como soy alto y de tranco largo, mis entrenadores siempre me dicen que eso me ayuda para marcar. Las piernas largas juegan a mi favor”, cuenta Pierotti, quien recuerda con emoción aquellos tiempos no lejanos de niño en Pilar: “Imagináte, jugábamos al fútbol todo el día y en cualquier parte”.
Calderón confiesa que estaba un poco nervioso en las horas previas al partido ante San Martín que marcó su debut (también el de Gastón González), pero que todo pasó cuando llegó a la cancha. “Ya cuando entré a ver cómo estaba el campo de juego, se me pasó todo. Y después, cuando empezó el partido, estaba tranquilo. Me tocó marcar a un jugador difícil como Acevedo. Ya Leo Madelón me lo había anticipado. Para colmo, le hacían cortina siempre y eso me complicaba”, cuenta. Y más allá de que San Martín tiró muchos centros, tuvo 12 córner a favor y Acevedo es uno de los goleadores del equipo por esa fuerza aérea ofensiva que le aporta al equipo, el rendimiento de Franco Calderón fue bastante bueno. “Hoy confirmamos que tenemos un central que viene de abajo y que pide oportunidades”, dijo entusiasmado Madelón cuando terminó aquél partido en la Ciudadela tucumana.
Pierotti dijo que estaba ansioso, que concentró con Mateo Hernández y Juan Cruz Zurbriggen la noche previa y que varios de los experimentados del plantel se acercaron para saludarlo y darle palabras de aliento. “Imagináte el día del partido, cuando llegamos al estadio y nos empezamos a cambiar. Estaba como en el aire. Y cuando empecé a calentar, no veía la hora de entrar, hasta que Lavallén me llamó. Me pidió que jugara tranquilo y que hiciera lo que sé hacer”, cuenta Santiago, admirador de Messi.
Calderón casi frustra su carrera hace poco más de un año. “Soy un poco temperamental, hubo cosas que no me gustaron y me fui de Unión. Me volví a Chaco. No era porque extrañaba, sino porque soy medio calentón, me enojé con algo que pasó y no quería estar más en Santa Fe. La gente de Unión me empezó a llamar y mis padres y el resto de mi familia me hizo entrar en razón. No podía fallarles a mis viejos, que hicieron un gran sacrificio para que yo pudiera venir a Santa Fe, así que recapacité y volví. Menos mal que así fue.
Empecé a jugar en reserva, donde reconozco que Eduardo Magnín me ha ubicado y me ha enseñado mucho”. Y analiza también, con buena autocrítica, lo que le falta: “Yo sé que tengo que crecer y aprender mucho todavía. No tengo buena salida con pierna izquierda y eso es lo que tengo que mejorar urgente, sobre todo jugando de segundo marcador central como me tocó el otro día en Tucumán. Mi hermano Pablo, que también juega en Unión, por ejemplo, es zurdo y en eso me saca ventaja. Juega en mi mismo puesto”, señala Franco, con lo cual no sería extraño que haya una disputa, en breve, por un lugar en el equipo entre los dos hermanos.
Pierotti y Calderón, uno de Colón y el otro de Unión, uno de Pilar y el otro de Chaco, uno enganche o volante ofensivo y el otro marcador central. Son distintos, pero los une un mismo sueño y un solo objetivo: triunfar. Los dos contaron lo suyo en Café con Fútbol.