Turf: con Ramón Tavella se fue uno los últimos compositores de la vieja escuela

A los 85 años dejó este mundo el entrenador Ramón Tavella, quien hace un par de temporadas abandonó la profesión de compositor a la que se dedicó por poco más de 40 años.

Ramón se inició en el ambiente hípico a finales de la década del 50, siendo un pibe ingresó como peón en el stud de Ignacio "Nacho" Moncada, situado en calle Artigas, casi Cochabamba en el Barrio de Barranquitas, desde ahí, en esa época, se llevaban a varear y a competir los caballos al hipódromo de Las Flores.

Tras esos primeros tiempos, Ramón comenzó a trabajar con Oscar "Cacho" Farías, en el stud de calle Lavaisse y Aguado, a solo una cuadra del hipódromo, dando el gran salto en el año 1979 cuando se instaló en los, por entonces, nuevos boxes debajo de la última tribuna de Las Flores, lugar en el que residió hasta antes del inicio de la pandemia y que fue su lugar en el mundo.

Sus primeros dos caballos con lo que arrancó como cuidador fueron con Lampafino y Marco Antonio, tiempo después llegaron Miraguana, Master Rosa, Lertora y La Antartica, yeguas con las cuales cumplió con muy buenas campañas.

Al poco tiempo recibió los ejemplares del stud Haras Ytacua, propiedad de la familia Bruno, siendo los hijos del padrillo Calígrafo (Pronto) con los cuales se destacó, siendo Caus y Catastral entre otros los que le dieron grandes victorias luciendo las tradicionales sedas negras con dos bandas blancas.

La yegua Ultra Violeta (Binario) del stud Fortín Olmos le dio seis victorias en los máximos, incluidos tres clásicos de Grupo III y uno listado, actuando siempre en el kilómetro.

En sus últimos tiempos brilló con muchos ejemplares del stud Don Elelo, con el cual realizó una dupla exitosísima, ganando competencias muy importantes en Las Flores y en Buenos Aires, Beside The Point, Fermaglio, Chiste, Free Coffee entre otros fueron estos recordados pingos.

Le supo cuidar a importantes caballerizas como Los Mimbres, Selección, Cinco Estrellas y La Tutina; sin dudas, más allá de un carácter complicado que le impidió avanzar más en su profesión, Ramón Tavella será siempre recordado por su tremenda profesionalidad y respeto a los caballos pura sangre de carrera.