El ex titular y actual vicepresidente tercero de Vélez Sarsfield, Raúl Gámez, anunció que el año próximo disputará el sillón más importante del fútbol argentino y su slogan de campaña será: ''la AFA es de los clubes y no de Julio Grondona''. ''La esencia de nuestro fútbol responde a la vida de los clubes y no a la AFA, porque no beneficia al conjunto'', afirmó Gámez en una entrevista exclusiva que le concedió a Télam en el despacho principal de Vélez Sarsfield. ''Por eso digo que la AFA es de los clubes y no de Grondona. Mis diferencias con la conducción del fútbol argentino no son sólo metodológicas, como ya dije, sino de criterios de gestión. Por eso, como dirigente estoy preocupado por el desarrollo global de los clubes'', destacó Gámez. No es la primera vez que quien se hiciera célebre en el universo velezano como ''Pistola'' -seudónimo atribuido a más de un posible origen real- carga fuerte contra las actuales estructuras del fútbol argentino. ''Grondona incurre a mi juicio en la misma debilidad del ex presidente (Carlos) Menem, que hace unos años creyó en su reelección indefinida. Y fue un error'', remarcó. ''Vélez se hizo grande por sus dirigentes, empezando por "Pepe' (José) Amalfitani, que fue ayudado a levantar la hipoteca de su casa antes de morir hace más de tres décadas'', evocó. Un autodidacta Gámez tiene 61 años, nació en el corazón del barrio del Viejo Fortín, sobre la calle Montiel, a escasas cuadras del estadio, es hijo de un cobrador de la luz, como reivindicó a su padre, y hace seis años que participa de un movimiento que gira como un polo opositor al titular de la AFA. ''Es que Julio lleva más de 26 años como presidente de la Asociación del Fútbol Argentino y su condición de jefe vitalicio de todo lo que promueve el fútbol obliga a algunas reflexiones'', dijo Gámez. ''Pero aclaro que mi tono opositor no es personal contra Grondona, un dirigente importante en Independiente y más tarde en la AFA, sino con el sistema que él conduce'', advirtió. Hincha de Vélez desde su niñez, Gámez llegó a ver un gran equipo que fue subcampeón en 1953 (Adamo, Huss, Allegri, Ovide, Ruiz, García, Sansone, Conde, Ferraro, Zubeldía y Mendiburu) y se considera un autodidacta como dirigente de fútbol. ''Lo que lamento es no haber estudiado. No me capacité en ninguna carrera universitaria. Sí me formé al lado de muy buenos dirigentes que tuvo Vélez, todos discípulos del gran 'Pepe' (Amalfitani). Soy hombre del fútbol que ama a su club y carece de una buena posición económica'', confesó. El dinero y la televisión Interrogado sobre la difícil misión de confrontar -llegado el momento- con el influyente Don Julio, que también ocupa una vicepresidencia de la FIFA. Raúl Gámez sonríe y se ataja: ''Difícil, pero no imposible''. ''Los clubes y sus dirigentes, en una buena parte, son Grondona-dependientes, pero eso servía hace veinte años, aunque ahora es contraproducente'', se explayó el dirigente velezano. ''¿Las diferencias de fondo? Muy simples: el fútbol es una de las actividades que mayores ingresos produce en la Argentina de este tiempo, pero ese superávit no tiene una distribución con criterio de justicia'', polemizó. E introduce la otra pata de la mesa: los derechos de televisión y todo lo que mueve el mercado futbolero en merchandising y ventas de futbolistas al exterior. ''Y que no siempre -advierte Gámez- va destinado a solventar la vida de los clubes, que son la matriz de todo el negocio. A alguna gente le fue muy bien con la sociedad AFA-Torneos y Competencias, pero los clubes deberían tener mayor poder a la hora de las decisiones''. ''Ahí está el gerenciamiento de Racing. Lo que parecía una solución por afuera de la vida política e institucional, con una empresa como Blanquiceleste de gerenciadora, resulta que no funciona'', sentenció. Lejos de amilanarse ante el desafío que le espera -a él y otros dirigentes de clubes con tradición futbolera que tampoco coinciden con el titular de AFA- Gámez enfatizó que ''uno de los temas tabúes es el de los contratos firmados para la televisación del fútbol. No todos estamos de acuerdo''. Enseguida, el hombre fuerte de Vélez, uno de los clubes que aparece como modelo de entidad deportiva social con éxitos futbolísticos, dijo que ''muchos no coinciden con Julio, pero pocos se animan a decirlo públicamente'', reclamó. Las reglas de juego Casi como un chascarrillo habla de ''ciertos privilegios'' que maneja la conducción de la casa de la calle Viamonte con aquellos dirigentes que le son afines a Grondona. Y se enorgullece de Vélez campeón en el Clausura 2005 ''con nueve jugadores del club y un gran técnico''. ''Tal vez el estatuto a futuro obligue que para ser presidente de AFA haya que poseer una ferretería'', ironizó, apelando a una chicana por el legendario corralón de venta de materiales que la familia Grondona tiene desde hace seis décadas en Sarandí. ''El tema de fondo es inversamente proporcional a la relación del poder. En vez de ser los clubes quienes controlen a la AFA, y las relaciones que ella establezca, es al revés: la entidad ejerce un control sobre los clubes'', fundamentó. Consultado sobre el poder político y cierto intervencionismo que late cada tanto en el manejo del gran negocio del fútbol -se dice que mueve por año más de 1.700 millones de pesos- Gámez no lo cree. ''No es bueno que el poder político le quite facultades a la dirigencia deportiva y de los clubes''. ''Los mecanismos de elección para ser presidente de la AFA hacen virtualmente imposible que se modifique la actual conducción. Habría que revisar los estatutos y propiciar mecanismos más abiertos y participativos'', argumentó el dirigente opositor. ''¿Cómo podría llegar a la presidencia de la AFA? En la cancha chica del ámbito del Comité Ejecutivo es imposible que lo logre. Ya lo dije. Claro que si se cambia la cancha y el pueblo futbolero expresa lo que siente a través de representantes con la genuina necesidad de los clubes, el partido sería distinto'', se ilusionó Gámez.































