César Miño
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El diálogo de Nicolás Ariel Bruzzone con El Litoral, se dio apenas concluyó una sesión de fisioterapia, y en medio de la incertidumbre generada por la suspensión de los vuelos en la ciudad de Buenos Aires, como consecuencia de la presencia de cenizas volcánicas.
Esto obviamente, determinó que Los Pumas no pudieran trasladarse a Resistencia en la tarde de ayer, como inicialmente estaba previsto, con vistas al partido que mañana a las 15.30 protagonizarán ante Barbarians Franceses, en el estadio Centenario del Club Atlético Sarmiento.
“Estábamos con los bolsos listos, cuando nos avisaron de la cancelación de los vuelos. Inmediatamente, los entrenadores dispusieron un trabajo liviano de line-out en los jardines del hotel, que junto a los análisis de video y las tareas regenerativas, completaron el trabajo de la jornada”, señaló inicialmente el destacado rugbier santafesino que actualmente milita en el San Isidro Club.
Inmediatamente, la consulta se direccionó en conocer cuáles habían sido las sensaciones que caracterizaron estos días de reencuentro con el máximo representativo de nuestro país.
“Fue una semana ideal: con sensaciones muy lindas, ya que significó mi retorno a la posibilidad de estar otra vez en un plantel Puma; pero fundamentalmente, porque cada minuto de trabajo junto a estos verdaderos monstruos, representa una experiencia extraordinaria”.
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