La controversia que se suscitó en los últimos días por la expiración de contratos con prórroga automática por el 20 por ciento de aumento en el salario de los futbolistas, provocó que entraran en confrontación dos legislaciones vigentes sobre el tema: la de AFA y la de FIFA. Para hacer valer la primera, el próximo miércoles los integrantes del Comité Ejecutivo de AFA tratarán el asunto.
La mediatización del problema surgió a partir de tres casos puntuales: el de Oscar Ahumada en River; el de Martín Bravo en Colón y el de Hugo Barrientos en Huracán. A los tres se les terminaron los contratos con sus respectivos clubes y eligieron tomar otros rumbos, tentados por ofertas económicas muy superiores.
Claro que según la legislación vigente en el fútbol argentino, cuando un contrato termina, se renueva automáticamente por el 20 por ciento de aumento si no existe arreglo de otro tipo. Y si durante los dos años en que rige ese incremento del 20 por ciento no hay modificaciones, entonces sí el jugador queda en libertad de acción y con el pase en su poder.
En cambio, por la legislación FIFA que rige, por ejemplo, en la mayoría de los países de Europa (Grecia es la excepción, ya que tiene un sistema parecido al de AFA), cuando los contratos se cumplen (por lo general son mucho más extensos que los que se firman en Argentina), el futbolista queda en libertad de elegir su próximo destino.
A esto fue a lo que se aferraron, en principio, los jugadores mencionados, encendiendo la luz de alarma en todas las instituciones del ámbito local, ante el temor de una propagación de estas posturas que podrían provocar, en el mediano plazo, una sangría letal para los patrimonios de todas ellas.
Cada caso
De las tres situaciones, el único que todavía tiene su caso sin resolver es Barrientos, al que el presidente de Huracán, Carlos Babington, conminó a presentarse a entrenar (no lo hizo todavía, cuando ya van cinco días de pretemporada) como condición para “conversar sobre el tema”, porque consideró que “como capitán del equipo debe dar el ejemplo a sus compañeros. Y además es el mejor pago del plantel”.
Por su parte, Barrientos destacó que “pensé que iba a recibir otro trato. Solamente me junté una vez con Babington y me pidió una contraoferta, pero la respuesta me la dieron por teléfono. Encima el sábado un compañero me dijo que habían traído otro 5 (Gastón Esmerado) en mi lugar y que utilizaba mi ropa”.
Asimismo, resaltó que “es una falta de respeto que digan que pedía un millón de dólares. Lo que poseo son tres ofertas que pueden ayudar económicamente a mi futuro, ya que tengo 31 años. Newell’s, Racing y Cerro Porteño de Paraguay, están interesados en mi pase, pero éste le pertenece a Huracán. Así que mi futuro está atado al club. Pero ni siquiera me citaron para la pretemporada”, se lamentó.
Agremiados
La postura de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) sobre el punto, si bien con alternativas, está más inclinada hacia la legislación FIFA que a la de AFA, y prueba de ello es que su secretario general, Sergio Marchi, se negó a firmar una carta que Julio Grondona le envió a Joseph Blatter para cortar de cuajo con este éxodo incipiente.
Cuando suceden casos como los de Bravo, que terminó emigrando al exterior apenas finalizado su contrato, ignorando la renovación automática, tanto la FIFA como el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) suelen fallar en favor de los futbolistas, de acuerdo con la normativa vigente implementada por el máximo organismo del fútbol mundial. Cabe recordar que el ex delantero de Colón y San Martín de San Juan arregló con los Pumas de la UNAM mexicano.
Lo que buscarán consensuar mañana los dirigentes de todos los clubes del fútbol argentino en la reunión del Comité Ejecutivo, será la validación de la legislación de AFA ante FIFA. Pero para conseguir que la legislación AFA sea respetada por FIFA, en mucho tendrá que incidir la celeridad de la infalible “muñeca” de su vicepresidente primero: justamente el propio Grondona.
































