Un hombre mató a tres personas supuestamente vinculadas con el asesinato de su hijo, ocurrido en el 2005, hirió a otra y luego se suicidó ante la tumba del hijo, en el cementerio de la localidad santafesina de Santa Isabel, 180 kilómetros al sur de Rosario.
La tragedia, que convulsionó a la población de la pequeña localidad, comenzó anoche a las 20.30 cuando el hombre, identificado como Pedro Lemos, salió de su casa y se dirigió al domicilio de la madre del presunto homicida de su hijo, Lidia Ester Arista, en Villa Cañás, y la mató de varios disparos, tras lo cual asesinó a su pareja, Héctor Fernando Armesto, de 51 años.
Luego, fue a la farmacia de la jueza de Paz de Santa Isabel, Olga Cuminetti de Silvester, de 75 años, y sin mediar palabra la mató, e hirió a Marta Torres, novia del padre del presunto homicida, tras lo cual fue al cementerio y ante la tumba de su hijo se disparó en el corazón y se mató.
Daniel Arangel, de 24 años, fue condenado a 5 años de prisión por la muerte del hijo de Lemos, Pedro Rafael, ocurrida el 13 de noviembre de 2005 cuando recibió una perdigonada en momentos en que se encontraba en su casa.
Anoche a las 22.45 una brigada policial encontró a Lemos muerto en el cementerio local frente a la tumba de su hijo, donde se había suicidado con una pistola Bersa calibre 9 milímetros de un balazo en el corazón. Los investigadores tratan de establecer el móvil del asesinato de la jueza de Paz a quien Lemos habría acusado de no haber colaborado para que la sentencia fuera más dura.
Tremendo
Un testigo de uno de los crímenes dijo que el asesino, padre del joven muerto que habría actuado por venganza, se mostró "tranquilo, con sangre fría" al matar a la jueza de Paz en la localidad provincial de Santa Isabel.
En diálogo con TN, Mauricio dijo que presenció los disparos que acabaron con la vida de la jueza estando a media cuadra y que luego vio cuando el hombre salía tras haber cometido el asesinato "lo más tranquilo: hizo la de él", graficó.
"Algo alcancé a ver. Estaba a media cuadra, en una verdulería de un primo mío, sentado afuera en un banco y escuché un par de disparos. Miramos hacia la farmacia (donde el criminal terminó su faena), se alcanzó a ver los fogonazos y que le disparaba a una persona", relató el testigo.
Prosiguió relatando que, previo al desenlace del episodio, la víctima "se metió corriendo en la farmacia y él atrás con el revólver. Allí se siguieron escuchando disparos. Tiré la moto, me quedé quieto contra la pared, por las dudas. El se calzó la pistola, se subió a la moto y salió tranquilo".
"Fue a matar a esa persona y nada más, porque se encontraban otras personas en la farmacia. Después, salió lo más campante derecho al cementerio (donde se suicidó frente a la tumba de su hijo), y veo que estaba la jueza tirada ya sin vida, con un balazo en la nuca.
Le digo a la señora (dueña del local): `llame a la policía, la ambulancia no tiene nada que hacer'", señaló. Mauricio ratificó, por otra parte, que "en (Villa) Cañás, dio muerte a la madre del que le mató al hijo y al marido que tiene ahora, y vino acá a (Santa) Isabel a matar al padre, pero no lo encontró".
Al preguntársele por qué el hombre habría reaccionado de esa manera, el testigo comentó que el asesino de su hijo había sido condenado a cuatro años y, pasados los dos primeros, estaba en condiciones de salir los fines de semana: "el padre no superó eso", arriesgó.
Fuente: DyN.


































