De químicos y mecheros: en un laboratorio escolar las medidas preventivas son clave
Infraestructura preparada, elementos de seguridad y de contención no pueden faltar en un laboratorio donde alumnos de secundaria hacen ensayos químicos. El Litoral recorrió el de la Escuela Industrial Superior para conocer cuáles son las medidas de seguridad más importantes.
De químicos y mecheros: en un laboratorio escolar las medidas preventivas son clave
A partir de los recientes incidentes ocurridos en laboratorios escolares y ferias de ciencia de Buenos Aires, que dejaron heridos de consideración, cobró relevancia el tema de la seguridad en experimentos de ciencia. En la Escuela Industrial Superior (EIS) de la UNL -donde una de las terminalidades es Química- el trabajo de laboratorio, así como las instalaciones, están atravesados por el cuidado y la prevención.
Ya en el ingreso, hay un cartel con al menos 11 medidas de seguridad donde se advierte que "el uso inadecuado de los instrumentos provoca riesgos, por ejemplo, pipetear con la boca para recoger muestras es muy peligroso". También se recomienda que "si se derraman líquidos hay que avisar al profesor" o "no dejes llamas vivas sin vigilancia y reduce al máximo su utilización en el laboratorio", entre otras.
Al lado, una puerta cerrada con llave advierte con un cartel que está "prohibida la entrada". Allí se guardan los químicos y el acceso al lugar está reservado solamente al plantel docente. No está permitido a los estudiantes su ingreso a ese sector.
Siempre un docente o ayudante de laboratorio supervisa las prácticas. Foto: Manuel Fabatía
"En primer lugar, los alumnos trabajan siempre con los elementos de protección personal: guantes, antiparras, guardapolvo, cabello recogido, pantalones largos y calzado cerrado", explicó Mariana Yossen, profesora de Química Analítica de la EIS, en una recorrida de El Litoralpor uno de los cuatro laboratorios activos que tiene el establecimiento, ubicado en Junín 2850.
"Lo más importante es que los chicos aprendan que la seguridad no es algo accesorio, sino parte del trabajo científico desde el primer día", indicó Yossen.
La profesora Mariana Yossen explicó qué elementos trae el kit contenedor de derrames. Foto: Manuel Fabatía
Con el docente al lado
Yossen, que lleva más de una década como docente en la EIS, aseguró que no recuerda accidentes de importancia en el laboratorio de esa secundaria técnica. "Desde que estoy en la escuela, hace unos 11 años, no tuvimos ningún incidente grave. Los chicos trabajan con mucho cuidado y siempre acompañados", dijo la docente ante la consulta.
La formación en seguridad comienza desde temprano. "Desde cuarto año, cuando entran en la especialidad de Química, los estudiantes reciben capacitación sobre cómo usar un mechero o manipular reactivos. Siempre hay un docente al lado", comentó.
Las prácticas en laboratorio se realizan en grupos reducidos -de entre quince y veinte alumnos, divididos en equipos de dos o tres-, lo que permite un seguimiento personalizado.
Campana de seguridad para manipular químicos que generen gases tóxicos. Foto: Manuel Fabatía
En cada trabajo práctico, la preparación previa es fundamental. "Una semana antes explicamos el procedimiento, los riesgos y las hojas de seguridad de los reactivos. Los alumnos también deben saber qué hacer ante un derrame o una exposición accidental", señaló la profesora.
En cuanto a los experimentos, el laboratorio de Química realiza "ensayos de análisis químico, cuantificación de ácidos y bases, y análisis de agua o alimentos".
Todos los procedimientos se prueban antes de ser replicados con los estudiantes. "Nunca trabajamos con algo que no haya sido previamente probado por los docentes. Son prácticas seguras, que se vienen haciendo hace años", remarcó Yossen.
Formación de los alumnos
Sobre las clásicas mesadas de azulejos blancos hay llaves y mangueras instaladas sobre las mesadas para el acceso a agua u otros fluidos, tubos de ensayos, piletas y mecheros, que los chicos deben manipular con precaución. Benjamín y Light, dos estudiantes de 6to año -que la semana próxima competirán en la Olimpíada Nacional de Química-, realizaban un experimento de muestra en la que el líquido cambiaba de color.
Los mecheros, uno de los elementos de cuidado en los laboratorios. Foto: Manuel Fabatía
Yossen subrayó que la seguridad también tiene que ver con la formación constante de los alumnos: "Insistimos mucho en el almacenamiento y la compatibilidad de los reactivos, porque a veces sustancias inofensivas por separado pueden generar reacciones peligrosas al combinarse. Por eso la organización y gestión del laboratorio son parte central de la enseñanza".
También en los laboratorios hay equipamiento específico, como un "autoclave" que, según explicó, "es como una olla a presión. Por esa razón, no se expone al alumno a manejarlo".
Infraestructura preparada
La infraestructura está adaptada e incluye con elementos de seguridad. "Contamos con matafuegos, lavaojos, duchas de emergencia y botiquines equipados según el tipo de riesgo", explicaron Victoria Guzmán, Agustín Tacca y Andrés Noverasco, docentes de la EIS.
El Litoral hizo una recorrida por el laboratorio de la EIS junto a docentes y ayudantes de laboratorio. Foto: Manuel Fabatía
Además, cuando las experiencias involucran sustancias más reactivas o que desprenden vapores, "se trabaja bajo campana, con un sistema de extracción de aire", detallaron. Ese equipo permite que "todo lo que son gases o vapores vayan hacia afuera, evitando que los alumnos los inhalen".
Sobre uno de los mesones hay un bolso amarillo: es un "kit de contención" para actuar y recoger si se derraman ácidos. Y que está compuesto por distintos tipos de arena y elementos. "No hay que tener miedo pero sí ser conscientes de que un laboratorio conlleva riesgos", cerró Yossen.