El folclore sigue de fiesta

Silvia Mugica

Nuevamente, la música convocó a miles de personas en el Festival del Pescador. En el tercer encuentro de esta edición, la grilla trajo representantes de distintas provincias que se sumaron gustosos a esta verdadera fiesta del folclore.

En el comienzo, el ballet Los Retoños del Viejo Sauce, bajo la dirección de Verónica Ponce y Gregorio Sánchez, pintó el escenario de colores, ritmos y destreza.

Chacarera, arunguita, huella, y malambo mixto fueron interpretados por los airosos bailarines que se llevaron los primeros aplausos de la platea.

Inmediatamente, el grupo Iberá, ganadores del Pre-Festival del Pescador en la categoría conjunto chamamecero, compartieron “Tren expreso”, “La polca”, “Amor juraste”. Javier Díaz, Alberto Núñez, Maximiliano Moyano y Adriano Almada se ganaron al público que entre sapucay y sapucay no dejaba de seguirles el ritmo.

Desde Buenos Aires, llegaba Florencia Domínguez y sus músicos Mariano Prover, Lucas Zalazar y Mauricio González, para entregarse en temas como “El quebradeño”, “Guardate el amor”, “Zamba para olvidarte” y un popurrí de huaynos, entre otros. Una festiva platea la acompañó con palmas y brazos en alto.

Ante un poblado predio, la voz de Gabriela Roldán se destacó sobre el escenario luciéndose en temas como “Costera”, “La Oma” y “Posadeña”, entre otros grandes clásicos del repertorio litoraleño. Junto a sus músicos Laura Aguilar, Osvaldo Lucero, Gerardo González, Iván Reynoso, Leandro Gutiérrez y Sebastián López, la santafesina disfrutó e hizo disfrutar a toda la concurrencia que no dejaba de pedirle bises. Inolvidable paso de la artista por el festival.

Por su parte, el grupo Senderos hizo de las suyas logrando mantener encendido el júbilo de la gente. Emmanuel Carbonell, Alfredo Diez, Daniel Gómez y Mauricio Balbuena con una acertada selección del repertorio hicieron bailar y tararear a un público entusiasta.

Cabe mencionar otra de las novedades de esta edición: la implementación del escenario giratorio que, además de aportarle agilidad a la continuidad del espectáculo, puso al del Pescador a la par de otros grandes festivales a nivel nacional

El cantor chaco-salteño

Uno de los infaltables de este festival es el siempre esperado Chaqueño Palavecino, quien comenzó su actuación con “La sin corazón” y “Mi voz”, dos chacareras que fueron el puntapié inicial de un show cargado de pasión y entrega. Una concurrencia demostrativa no quiso dejarlo ir, pidiendo un bis detrás de otro. Un momento especial se vivió cuando el hijo de Rufino Conde, “El islero”, interpretó el tema de su padre “Dejando huellas” a dúo con el Chaqueño.

Capaz de generar todos los climas, el cantor paseó con comodidad por el romanticismo y la algarabía con temas que fueron ovacionados por la gente.

Dándole continuidad a la tercera noche, Las 4 Cuerdas trajeron por primera vez su música al festival y se llevaron la aprobación de los presentes. “Corazón de lechiguana”, “La algarrobera”, “Chaya de los pobres”, fueron algunos de los temas que, interpretados por Matías Lagoria, Martín Zalazar, Rubén Mostajo, Matías Únzaga y Julián Núñez, captaron la atención y adhesión de la concurrencia que no los dejaba ir del escenario.

El humor vino de la mano de “El Chajá”, distendiendo aún más la agradable jornada.

Consagración y Revelación

Otro de los números esperados fueron Los Tekis, quienes presentaron su espectáculo tiñendo de carnaval la noche. Fiesta y más fiesta que parecía no caber en las instalaciones del Club Argentino y se multiplicaba contagiando cada rincón. Los jujeños fueron los ganadores del Premio Consagración del Festival, llevándose la ovación de la platea.

Completando la velada, el grupo Los Caldenes llegó desde La Pampa para adueñarse de la madrugada festivalera con temas como “Tu voz”, “La baguala” y “Mariposa triste”, entre otros.

Las voces de Marcos Gauna, Carlos Villanueva y Julio Báez tuvieron el acompañamiento musical de Aldo Dupré, Cristian Oser, Hugo Salto, Antonella Gallardo, Brian Juárez y Francisco Terrón.

Parecía que recién empezaba la noche cuando nadie quería dar por terminado el show de los artistas; los gritos, los brazos en alto, los cuerpos en acompasado movimiento indicaban que algo más faltaba pasar. Y fue cuando, entre canto, baile y alegría, la Comisión Organizadora anunció que los pampeanos eran merecedores del premio Revelación del Festival del Pescador.