Como cada año en la previa del 25 de mayo, la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe, dependiente del Ministerio de Cultura, se presentó en su tradicional Gala (este año con el apelativo de “patriótica”) celebratoria del 215° aniversario de aquella Primera Junta. Ausente el gobernador Maximiliano Pullaro, estuvo representado por su ministro de Gobierno e Innovación Pública, Fabián Bastía, acompañado de la ministra de Cultura, Susana Rueda, y equipo (Paulo Ricci, Patricia Hein). Sí asistió el intendente Juan Pablo Poletti, acompañado por, entre otros, su propia gestión del área (Luciana Ceresola, Pablo Villaverde Urrutia), festejando también los 120 años del Teatro Municipal 1° de Mayo, la sede tradicional de la velada patria.
Desde la locución del acto se agradeció “la presencia de concejales de la ciudad; funcionarios del gobierno de la provincia y del gobierno la ciudad; representantes de las Fuerzas Armadas, de las diferentes casas de estudio de la ciudad, de la Mesa de Entidades Productivas, colegios de profesionales y sindicatos”.
Ideales
Tras la bienvenida a los presentes, la locutora emprendió un extenso recordatorio de las jornadas fundacionales de la Nación, que comenzó: “La somnolencia y la pesadumbre del cansancio atacaban una y otra vez con disparos certeros a los ojos de los patriotas, quienes habían pasado la noche a la espera del nuevo día, atentos a las novedades del Cabildo. De vez en cuando algunos gritos retumbaban en la caja de resonancia que conformaban las paredes de adobe, los adoquines y el cielo gris que se cernía sobre la madrugada húmeda y fría de aquel mayo de 1810. Un nuevo día se asomaba”.
Y cerró: “Hoy, al conmemorar la Revolución de Mayo, también hacemos un llamado a la unidad y a la paz. Es momento de recordar que nuestra diversidad nos fortalece y que trabajando juntos podemos construir un futuro en la armonía. La Revolución no solo fue un cambio político, sino hemos llamado a la unión de todos los argentinos en pos de un ideal compartido. Que este acto nos inspire a seguir el camino de nuestros próceres trabajando cada día por el bienestar de nuestra comunidad y la grandeza de nuestra Patria. ¡Viva la Revolución de Mayo, viva Argentina!”.
Los aplausos comenzaron tímidos, pero crecieron cuando se anunció al titular de la Orquesta, el brasileño Silvio Viegas, en su cuarto año en el podio. Desde allí condujo al organismo en el Himno Nacional Argentino (creación de Vicente López y Planes y Blas Parera y, como remarcamos siempre, reformulado por Juan Pedro Esnaola), que cantó como un argentino más. “¡Viva la Patria!”, gritó una voz masculina desde el segundo balcón, ganando una ovación. Cuando redobló la apuesta, clamando que “¡La Patria no se vende!”, obtuvo unos aplausos de compromiso.
El titullar de la Sinfónica santafesina, Silvio Viegas, junto a Lucio Bruno-Videla, presidente de la Asociación Argentina de Compositores. Foto: Gentileza Ministerio de Cultura de Santa FeMúsica argentina
El programa continuó con la “Suite Ostinata” de Pablo Loudet (presente en la sala) para orquesta de cuerdas, interpretada bajo convenio con la Asociación Argentina de Compositores. La obra se desplegó en cuatro movimientos: un primer Adagio con rítmica piazzolleana; un segundo Adagio, también con aire de música ciudadana, pero más melancólico y romántico en el cello solo sobre pizzicato del ensamble; un Allegro llevado por los contrabajos al vals, abriendo la paleta en los violines; y un Andante en clave de candombe/milonga, con una melodía afro desarmada en diferentes motivos.
Al finalizar, Loudet subió a saludar, y luego vino una nueva instancia institucional. Porque la Asociación Argentina de Compositores, que este año cumple 110 años de actividad interrumpida, aprovechó para distinguir a la OSPSF “con una placa de reconocimiento a su labor”, por ser una de las primeras en sumarse al Plan Federal de Orquestas y Orgasmos Provinciales “colaborando con su trabajo de interesado en la difusión de nuevas obras nacionales”.
Lucio Bruno-Videla, presidente de la Asociación, destacó: “Todo esto es una labor de un círculo artístico, humano y cultural. Comienza con los creadores, los que generamos los contenidos, los compositores; pasa a los intérpretes, sin los cuales no existirían en esta música: a los maestros (como el maestro Viegas), a los músicos; al público; y obviamente a las autoridades que sostienen todos estos proyectos. El público también es muy importante y último paso, muy importante, salas como esta, que cumple 120 años de vida: este inmenso maravilloso teatro. Viegas ligó también un vino de edición limitada con la etiqueta de los 110 años de la Asociación de Compositores.
Sebastián Ríos, en un pasaje de la “Suite Argentina” de Eduardo Falú. Foto: Gentileza Ministerio de Cultura de Santa FeDesafío en seis cuerdas
El programa continuó con la “Suite Argentina” para guitarra, cuerdas, corno y clavecín de Eduardo Falú (en arreglo de Oscar Cardozo Ocampo), en la cual se sumó como invitado el guitarrista santafesino Sebastián Ríos, más la santafesina por adopción Iyo Yoshimi en el clave.
Ríos se le animó al desafío mayúsculo que representa esta obra (compuesta por un prócer de la guitarra argentina); su formación de guitarra clásica y sus años de folclore lo hacen especialmente idóneo para una propuesta de estas características (con muchas cadenzas y otros pasajes menores de guitarra sola, más allá del acople con el orgánico).
Desplegada en seis movimientos, la pieza comienza con un Carnavalito, que crece de la guitarra a la orquesta, convirtiéndose en una propuesta barroca. Sigue con el atmosférico Misa chico y el rítmico Bailecito (entre el renacentismo de la guitarra y el nacionalismo musical de principios del siglo XX en las cuerdas). La romántica Zamba dio paso al Estilo (quizás el movimiento más logrado, visto por separado), abriendo con una cadenza barroca en el clavecín, pasando el protagonismo a la guitarra, que luego acompaña al sentido solo del corno de Scott Bohannon. La obra cerró con un Malambo que volvió a demandarle virtuosismo al solista.
José Cristian Garreffa, solista local, y Jorge de la Vega, de la Orquesta Estable del Teatro Colón de Buenos Aires, interpretando la obra de Gardelin. Foto: Gentileza Ministerio de Cultura de Santa FeViaje sudamericano
Tras el intervalo llegó la versión orquestal de “Las niñas de Santa Fe”, primer movimiento de los “Tres romances argentinos” de Carlos Guastavino: que viaja del aire provinciano en las cuerdas al dramatismo del final en la percusión y los bronces.
A continuación, tuvo lugar el estreno mundial de “Vertientes americanas”, suite para dos flautas y orquesta de Gerardo Gardelin (la obra ya se ha presentado en arreglo para flautas, contrabajo y piano). El solista “de la casa” fue José Cristian Garreffa y el invitado Jorge de la Vega (solista de la Orquesta Estable del Teatro Colón de Buenos Aires). La obra opera a tres niveles: en los contrapuntos entre ambas flautas, en la orquestación general, y en el color que la percusión (a cargo de Pablo Bagilet, Francisco Vergara Moya, Federico Figueroa y Julián Macedo) le brinda a cada ritmo latinoamericano.
“Bajando la cuesta” abre con un espíritu de joropo venezolano, mientras que “La reserva, aire de guaraña”; transporta a esa esencia del Paraguay. “36 grados, calypso” fue un viaje algo épico sobre las claves de madera (toc tocs) y el bongó, en ese ritmo de Trinidad y Tobago. En “Bolerías” las flautas viajaron al bolero cubano, envueltas en la cuerda romántica, bongó y shakers. “Mixtonga” dio el salto a las playas de Río de Janeiro, a lomos de pandeiro y bongó, con pasajes para las dos flautas solas. La pieza cierra con “Casi seis”, un aire pampeano con una nueva doble cadenza y una subida final en el remate.
Finalizando el extenso y desafiante programa, los flautistas abordaron como bis “El diablo suelto”, joropo venezolano de Heraclio Fernández. Con esa última ofrenda musical, los artistas despidieron al público, que encaró el regreso a la realidad bajo una fina llovizna.