Hay presencias inolvidables, cuyo aura perdura por largo tiempo cuando el telón ya cayó. Permanece en butacas, pasillos, camarines y en la memoria del público, capaz de reconocer algo irrepetible. Quien escribe estas líneas vivió algo semejante al ver en escena a la actriz Norma Aleandro.
Y así fue el paso de Margarita Xirgu por Santa Fe, en agosto de 1944, cuando la catalana, ya leyenda viva de la escena hispanoamericana, se presentó con su compañía y concedió una entrevista a El Orden.
No era la primera vez que la actriz llegaba a la ciudad, pero esta vez su actuación era especial. Era parte de una serie de acciones para llevar por los escenarios la voz de Federico García Lorca, que había sido asesinado ocho años antes.
ArchivoNacida en 1888, Margarida Xirgu i Subirà había comenzado en compañías de aficionados antes de brillar en el Teatro Romea de Barcelona. Allí su ductilidad llamó la atención de la crítica, que descubrió en ella una intérprete capaz de abordar todos los géneros con la misma intensidad.
En 1914, instalada en Madrid, el éxito le llegó de la mano de Benito Pérez Galdós, estrenando "Marianela". Su mejor etapa fue como directora y actriz principal del Teatro Español.
Allí modernizó los clásicos del Siglo de Oro, despojó las puestas de artificios obsoletos y apostó por autores nuevos, entre ellos un joven Lorca, al que uniría para siempre su destino artístico.
Fue ella quien estrenó "Mariana Pineda", "Yerma" y "Doña Rosita la soltera". Tras el asesinato de Lorca en 1936, sería también la encargada de dar vida, por primera vez, a "La casa de Bernarda Alba" en Buenos Aires, en 1945.
ArchivoLa fiebre del teatro
"Tiene la inquietud del teatro, la fiebre de los temperamentos múltiples. Arrojaba puñados de fuego y jarras de agua fría sobre públicos adormecidos", escribió el mismísimo poeta granadino sobre Xirgu.
Tras el estallido de la Guerra Civil optó por el exilio y estableció su residencia entre Argentina y Uruguay, desde donde continuó difundiendo la obra de Lorca y formando actores en la Escuela Dramática Municipal de Montevideo.
Como recordó la investigadora Lucía Rojas, "fue una mujer atrevida. La primera mujer que apareció en bañador en un escenario. Fue una mujer revolucionaria".
El periodista Santiago Torrado reconstruyó así sus primeros pasos fuera de España, en un artículo publicado en La tinta. "Cumplió 25 años y pisó por primera vez un teatro fuera de España. Fumaba y vestía pantalón, se peinaba con raya al medio, los ojos muy delineados con polvos de kohl".
ArchivoEl actor uruguayo Walter Vidarte, que trabajó con ella, lo sintetizó de esta manera: "Cuando se unía su poesía con la de Lorca se convertía aquello en algo enorme, excepcional, que paralizaba a la gente".
El desembarco en Santa Fe
Cuando en agosto de 1944 llegó a Santa Fe, Xirgu traía un repertorio que ya había emocionado a Buenos Aires. "El Adefesio", de Rafael Alberti, y "Doña Rosita la soltera", de Lorca, eran las piezas centrales.
El Teatro Avenida porteño había sido testigo de funciones colmadas y ovacionadas, pero la llegada a la Cordial no fue menos intensa. Eran tiempos en los cuales el teatro era de consumo mayoritario.
La entrevista que concedió al diario El Orden ocurrió en su camarín, "saturado de sueños y de esperanzas", mientras el maquillaje y los vestuarios "aún parecían flotar en el aire".
Archivo El OrdenEl cronista describió así la escena: "Siempre dueña inimitable de su poder escénico, con los ademanes plenos de sabiduría y justeza, con su voz rotunda y henchida de líricas resonancias, con el gesto maravilloso que anuncia el florecer de las dulces palabras en la boca y el arrebatado dolor de la tragedia".
Xirgu fue clara sobre la razón de su regreso a los escenarios. "He vuelto después de varios años porque necesitaba ir por los tablados, llevando la voz de Federico que cada día está más honda y llena de eternidad... cada día está más vivo y recio el verso de él y cobra mayor amplitud".
La entrevista
El diálogo avanzó entre recuerdos, anécdotas y reflexiones. Sobre su temporada en Buenos Aires. "El recibimiento que me tributaron en el Avenida fue espléndido, el júbilo derramó sus alas venturosas por el público y recordé a los poetas y los pueblos", dijo.
Consultada por el repertorio, explicó que "podía haberlo estado dando aún si me hallara en la Capital Federal, porque gustan tanto las piezas de Federico que creo que ha sido una resurrección rotunda de su teatro y de las inquietudes de aquel grande y maravilloso poeta".
ArchivoRecordando a Lorca
Cuando se mencionó a Federico, aseguró: "Me acuerdo de Juan Ramón Jiménez, quien al leer las obras de Federico, temía que el poeta se perdiera con el teatro. Y no fue así. Me di cuenta que estaba frente a algo grande, bello, maravilloso. Por eso los versos de Federico andan en los vientos del mundo y ya para siempre".
Finalmente, al hablar de la recepción local destacó: "estoy encantada, el público ha sido muy cordial con nosotros. Me doy cuenta que la obra de Federico florece en todas partes y ustedes la quieren tanto como yo".