Este sábado se realizará el tercer encuentro de la Escuela de Espectadores de Santa Fe. El dramaturgo y director Arístides Vargas desplegará una función de la obra “Instrucciones para abrazar el aire”. Sobre eso y respecto al teatro que realiza con su grupo Malayerba (Ecuador), que fundó junto a María del Rosario “Charo” Francés, Vargas charló con este medio.
A partir de las 11 de la mañana del sábado 25 de junio dará comienzo un nuevo encuentro, el tercero en lo que va del año, de la Escuela de Espectadores de Santa Fe. El punto de encuentro, como es habitual, será el Centro Cultural Provincial (Junín 2457). Esta vez, el enunciado que guiará las actividades es “Teatro y memoria”. La novedad de esta edición, es que a la clase magistral de Jorge Dubatti y al taller de escritura para la crítica teatral, se sumará la participación del reconocido dramaturgo, guionista y director Arístides Vargas. Precisamente, se podrá ver una función de la obra “Instrucciones para abrazar el aire” protagonizada por el propio dramaturgo y María del Rosario Francés.
Nacido en Argentina, Vargas está considerado como un referente del teatro latinoamericano. Exiliado en Ecuador durante la última dictadura militar, fundó en ese país la compañía Malayerba, que se mantiene viva. Creó más de treinta obras dramáticas, entre las que sobresalen “La razón blindada” y “La edad de la ciruela”. La memoria, el desarraigo, la marginalidad, el exilio y la violencia son temáticas que sobrevuelan la mayoría de sus trabajos. “Cuando formamos el grupo, hace 40 años, fue a partir del encuentro entre diversas personas que venían de distintos países. Entonces, nos inventamos una espacio donde el quehacer teatral estaba atravesado, fundamentalmente, por el sentimiento del exilio”, contó Vargas en una entrevista concedida a este medio.
Gentileza Malayerba
Los integrantes de Malayerba no lo tenían claro hace varias décadas, pero al cabo de los años pudieron repensarse en aquel contexto y se dieron cuenta de que lo que estaban intentando crear era un espacio afectivo donde encontrarse. “Eso se manifestaba en el hecho de que no estrenábamos obras. Ensayábamos todos los días y, en realidad, lo que nos interesaba era el ensayo, porque el ensayo era el encuentro. Y ese encuentro nos contenía. Frente al desarraigo, tratábamos sin saberlo de crear nuestra propia territorialidad, que era el espacio del grupo de teatro”, explicó.
Encuentro en los márgenes
En el colectivo Malayerba no era una postura el ser de diferentes lugares, sino que más bien se fue dando de esa forma. “No nos propusimos reunirnos con personas de diferentes países, fundamentalmente de América Latina. Se dio así. Al cabo de los años, el grupo comenzó a crear una especie de poética a la que denominamos poética de las diferencias. Consistía en que cada uno de nosotros, que proveníamos de diferentes países, intercambiábamos a modo de trueque estéticas y técnicas. Así se fue creando esta forma de hacer teatro”, precisó el dramaturgo al describir su trabajo.
Gentileza Malayerba
Las obras que se generan en el seno de la compañía, por lo general, no tienen una referencia concreta. “Podríamos decir que están ancladas en una realidad latinoamericana. Pero muchos de nuestros personajes están, de alguna forma, fuera de contexto. O están en los márgenes o directamente fuera. Siempre están extrapolados. Eso se gesta en esta característica esencial del grupo, compuesto por una diversidad de realidades”, remarcó.
Conexiones profundas
Las obras que nacieron dentro del grupo que tiene como referente a Vargas, se representan todavía en toda América Latina. “Justamente por esta forma de escribir teatro, que es una dramaturgia del exiliado. Pero ya no únicamente por el referente del exilio político de los años 70, sino porque es una dramaturgia descentrada, que ni siquiera tiene los ejes en una construcción clásica. Es algo deshilvanada y desestructurada. Por esto mismo es que se representa en muchos lugares de América Latina que se apropian de esta dramaturgia y la hacen suya. Tal vez porque, en el fondo, hay alguna conexión”, reflexionó Vargas.
Gentileza Malayerba
La puesta
“Instrucciones para abrazar el aire” es la propuesta del grupo Malayerba que se podrá ver en la Escuela de Espectadores está basada en diferentes encuentros que Vargas y “Charo” Francés mantuvieron con María Isabel Chicha Chorobik de Mariani (Chicha), una de las fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, de la cual se apartó en 1989 para establecer la Fundación Anahí, llamada así en honor a su nieta. “A través de esas conversaciones fuimos elaborando una especie de documento poético que se genera en tres espacios diferentes que, a lo largo de la obra, se van fusionando en uno solo. La obra plantea la búsqueda interminable por parte Chicha de su nieta. Pero no es una referencia directa, ya que hay bastante poesía. Podríamos decir que también es cualquier búsqueda que implica una gran dosis de dignidad”, explicó el actor y dramaturgo.
Entender las claves
En la opinión de Vargas, la Escuela de Espectadores cumple la función central de desentrañar las claves teatrales, para poder acceder con mayor facilidad a una teatralidad que muchas veces es compleja. “Entender las claves es parte de la cultura teatral. Y creo que, en ese sentido, la escuela cumple una importante función. No es común encontrar esto en otros lugares. Creo que Argentina es uno de los pocos países que cuenta con este tipo de espacios donde los espectadores se van educando de alguna manera en diversas teatralidades. Eso me parece muy bien”, cerró.