Cada 9 de julio, Argentina se viste de celeste y blanco para conmemorar uno de los hitos más trascendentales de su historia: la Declaración de la Independencia.
Lejos de ser una fecha más en el calendario, en Argentina se celebra este día recordando el coraje de los patriotas que sellaron la libertad y soberanía de una nación independiente. ¿Cómo fue ese día? ¿Quiénes fueron sus protagonistas? Aquí, un repaso de aquel martes histórico.

Cada 9 de julio, Argentina se viste de celeste y blanco para conmemorar uno de los hitos más trascendentales de su historia: la Declaración de la Independencia.
Lejos de ser una fecha más en el calendario, este día nos invita a revivir la gesta de aquellos hombres valientes que, en el corazón de Tucumán, sellaron el destino de una nación libre y soberana. ¿Cómo fue ese día? ¿Quiénes fueron sus protagonistas? Aquí, un repaso de aquel martes histórico de 1816.
La semilla de la independencia germinó mucho antes de 1816. Tras los sucesos de Mayo de 1810, las Provincias Unidas del Río de la Plata iniciaron un camino sin retorno hacia la autonomía, aunque no exento de debates y dilaciones. La Junta Grande no logró consensos inmediatos, y la tan anhelada declaración se postergó hasta que las circunstancias maduraron.
Fue así como, en un contexto internacional complejo con el retorno del rey Fernando VII al trono español y su afán por recuperar los territorios americanos, las Provincias Unidas decidieron que era el momento de dar el paso definitivo.
El 24 de marzo de 1816, la Casa de Tucumán, en la vibrante San Miguel de Tucumán, abrió sus puertas para recibir a 33 diputados, dando inicio a las sesiones del Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en Sudamérica. La presidencia, según decisión de los propios delegados, rotaba mensualmente, un claro signo del espíritu democrático que los impulsaba.
Después de más de tres meses de intensas deliberaciones, llegó el día que cambiaría la historia para siempre.
El martes 9 de julio de 1816, tras una sesión ordinaria, el Congreso retomó la discusión sobre el "grande, augusto y sagrado objeto de la independencia". La voluntad de emancipación del "poder despótico de los reyes de España" era "universal, constante y decidida" en todo el territorio.
Fue entonces cuando el diputado sanjuanino Francisco Narciso de Laprida formuló la pregunta clave, esa que resonaría en los ecos de la historia: "¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?".
La respuesta fue unánime y rotunda: ¡Sí!. De inmediato, se procedió a labrar el Acta de la Emancipación. El pueblo de San Miguel de Tucumán, en las afueras de la ciudad, festejó con algarabía el acontecimiento.
El Acta de la Independencia, declarada por el Congreso de las Provincias Unidas en Sudamérica, proclamaba solemnemente la voluntad unánime de romper los lazos con la monarquía española, recuperar los derechos despojados e investirse del carácter de nación "libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli".
Unos días después, el 19 de julio, en una sesión secreta, el diputado Medrano impulsó una modificación fundamental al juramento.
Conscientes de los movimientos geopolíticos de la época, y con el fin de evitar futuras dependencias, se añadió una frase que sellaría para siempre el espíritu de soberanía plena: "...Y toda otra dominación extranjera". Este agregado blindó la independencia de cualquier intento de sometimiento futuro.
De los 34 diputados elegidos para el Congreso, 29 fueron quienes rubricaron el Acta de Independencia. El presidente del Congreso fue el sanjuanino Francisco Narciso de Laprida, mientras que el salteño Mariano Boedo ocupó la vicepresidencia. Los secretarios fueron José Mariano Serrano, por Charcas, y Juan José Paso, por Buenos Aires.
Entre los demás firmantes, se encontraban representantes de diversas provincias, forjando así una unión que trascendía los regionalismos:
Es importante destacar que no todos los diputados elegidos estuvieron presentes en la firma del Acta, ya sea por misiones diplomáticas, servicio militar o detención.




