Descubren una enorme anomalía geológica bajo el Triángulo de las Bermudas
Investigadores identificaron una estructura rocosa inusual bajo las islas Bermudas que desafía los modelos convencionales sobre la formación de terrenos oceánicos y puede explicar por qué esta región se mantiene elevada. El hallazgo fue publicado en la revista Geophysical Research Letters.
Descubren una enorme anomalía geológica bajo el Triángulo de las Bermudas
Un reciente estudio geocientífico reveló la existencia de una estructura subterránea de gran espesor y características atípicas en el área conocida como el Triángulo de las Bermudas, una extensión del océano Atlántico Norte que une, sobre el mapa, a las islas Bermudas, Puerto Rico y la costa de Florida.
Aunque la región se asocia popularmente con relatos de desapariciones y fenómenos inexplicables, la investigación se concentró en comprender mejor su geología y, en particular, por qué las islas Bermudas siguen elevadas sobre el lecho oceánico pese a la ausencia de vulcanismo activo.
Los científicos detectaron bajo la corteza oceánica una capa rocosa continua de hasta 20 kilómetros de espesor —muy por encima de lo esperado en formaciones similares en otras partes del mundo— situada dentro de la placa tectónica y no directamente en el manto terrestre.
La región se asocia popularmente con relatos de desapariciones y fenómenos inexplicables
Según la publicación, esta anomalía no se parece a ninguna otra estructura conocida hasta ahora y plantea interrogantes sobre los modelos tradicionales de desarrollo de islas volcánicas y elevaciones oceánicas.
Este hallazgo, fruto del análisis de datos sísmicos de terremotos distantes registrados por estaciones en la región, sugiere que el espesor y la densidad de esta capa podrían ser claves para explicar la estabilidad geológica del archipiélago.
A diferencia de otras cadenas volcánicas activas, donde la elevación del terreno se vincula a puntos calientes y actividad magmática continua, en Bermudas no se registran erupciones desde hace más de 30 millones de años, un enigma que esta investigación ayuda a desentrañar.
¿Qué implica la anomalía para la ciencia geológica?
La investigación publicada en Geophysical Research Letters describe cómo esta inesperada capa podría actuar como un sostén natural para las islas Bermudas, funcionando como una “cuña” menos densa que el manto circundante y que, de algún modo, ha impedido que la formación se hunda como cabría esperar tras la extinción de su actividad volcánica original.
Las islas Bermudas siguen elevadas sobre el lecho oceánico pese a la ausencia de vulcanismo activo.
Los modelos geológicos clásicos plantean que cuando cesa el vulcanismo en una isla oceánica, la corteza pierde calor, se contrae y tiende a hundirse gradualmente. Sin embargo, la persistente elevación de las Bermudas —unos 500 metros por encima de los fondos marinos circundantes— no encajaba con este esquema.
La existencia de una capa rocosa anómala podría aportar una explicación física: al ser menos densa que el manto, podría actuar como un soporte estable que impide que la isla se deprese.
Si bien la investigación se focalizó en Bermudas, la presencia de esta anomalía plantea preguntas más amplias: ¿existen estructuras similares bajo otras islas oceánicas? ¿Cómo se formaron y por qué están ausentes en otras regiones?
Estos interrogantes abren un nuevo campo de estudio en geodinámica y tectónica de placas, áreas que buscan comprender los procesos que moldean la corteza terrestre y las elevaciones oceánicas.
Para identificar la estructura, los científicos analizaron ondas sísmicas registradas por una red de estaciones dispersas que captaron las oscilaciones generadas por terremotos lejanos.
Al estudiar cómo estas ondas se ralentizan, aceleran o cambian de dirección al atravesar diferentes tipos de roca, los investigadores pudieron reconstruir una imagen de las capas profundas bajo Bermudas hasta unos 50 kilómetros de profundidad.
Los resultados indican que la denominada “anomalía” está integrada por materiales más ligeros que el manto litosférico típico, con una densidad estimada menor en comparación con las rocas profundas circundantes.
Esta diferencia en densidad podría ser responsable de sostener la elevación del fondo oceánico en esa zona, compensando la ausencia de actividad volcánica reciente.
Expertos que no participaron directamente en el estudio señalaron que aún queda por determinar si la anomalía es un remanente de procesos volcánicos antiguos o si podría corresponder a un tipo de formación geológica única relacionada con eventos ocurridos hace decenas de millones de años, posiblemente vinculados a la fragmentación del supercontinente Pangea.
Relevancia del hallazgo
El Triángulo de las Bermudas es, desde mediados del siglo XX, uno de los lugares más citados en la cultura popular por relatos de desapariciones de barcos y aeronaves.
Sin embargo, la ciencia ha señalado en múltiples ocasiones que no hay evidencia de que ocurra más incidentes en esa área que en otros sectores del océano con similar tráfico marítimo y aéreo.
Muchas de las explicaciones se centran en fenómenos meteorológicos, errores de navegación u otros factores ambientales.
El descubrimiento de una estructura geológica tan inusual bajo las aguas de Bermudas traslada la narrativa de lo misterioso a lo científico: en lugar de buscar explicaciones folclóricas, ofrece una base sólida para entender cómo se comportan las placas tectónicas y cómo se pueden formar elevaciones oceánicas fuera de los modelos clásicos.