Donald Trump aclara su defensa de Ucrania, mientras Rusia y China cierran filas entre ellos
El mandatario de Estados Unidos negó reportes de prensa que aseguran que está sobre la mesa la posible entrega de misiles de largo alcance a Zelenski. "No, no estamos buscando hacer eso", dijo el jefe de la Casa Blanca ante la consulta puntual y volvió a decir que "no" cuando se le preguntó si Kiev debería atacar Moscú. Su declaración tuvo lugar al mismo tiempo que en Beijing se produce el encuentro entre el presidente chino Xi Jinping y el canciller ruso Serguéi Lavrov.
Donald Trump aclara su defensa de Ucrania, mientras Rusia y China cierran filas entre ellos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, negó este martes reportes de prensa que aseguran que Washington tiene presupuestado el envío de misiles de largo alcance en el paquete de armas que espera entregarle a las autoridades ucranianas, las que desde el 24 de febrero de 2022 se defienden de una agresión a gran escala lanzada por el régimen de Moscú.
Según el Financial Times, Trump habló recientemente con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski sobre proporcionar misiles estadounidenses para atacar Moscú, entre ellos Tomahawk y ATACMS.
Consultado al respecto en la Casa Blanca, Trump contestó "no, no estamos buscando hacer eso". También se le preguntó si Kiev debería atacar Moscú, a lo que el republicano respondió "no".
Sin embargo, el lunes Trump había anunciado un acuerdo para el envío de armamento a Ucrania, incluidas las baterías antimisiles Patriot solicitadas por el mandatario ucraniano, cuyo costo será asumido por los aliados europeos, no por Estados Unidos.
En la ocasión, Trump indicó que el acuerdo "incluye misiles y municiones", lo que sugiere que podría tratarse de armamento ofensivo, y no exclusivamente defensivo.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin y Sergei Lavrov. Crédito: Reuters.
Moscú pide "tiempo"
Durante la campaña electoral Trump prometió poner fin a la guerra rápidamente y detener el flujo de miles de millones de dólares en armas estadounidenses a Ucrania.
Bajo su presión, Moscú y Kiev abrieron negociaciones sobre el conflicto bélico iniciado hace más de tres años, pero el único resultado concreto ha sido el intercambio de prisioneros de guerra.
El lunes pasado, el mandatario estadounidense dijo que si no se llegaba a un acuerdo en los próximos cincuenta días, impondrá aranceles duros a los socios comerciales rusos.
Rusia, que ha rechazado los llamados a un alto al fuego y ha lanzado un número récord de drones y misiles contra Ucrania en los últimos meses sin que eso implique grandes ganancias en el terreno, respondió este martes señalando que necesitaba "más tiempo para responder a Trump".
"La declaración del presidente Trump es muy seria. Sin duda necesitamos tiempo para analizar lo que se dijo en Washington", declaró el portavoz del régimen, Dmitri Peskov.
Mientras pide tiempo a Washington, Rusia consolida su férrea y para nada oculta estrecha relación con China, que aun ante las evidencias niega que exista una "cooperación bélica" entre ambas potencias.
En dicho marco, no es para nada casual que el encuentro en Beijing entre el presidente chino Xi Jinping y el canciller ruso, Serguéi Lavrov, tuviera lugar un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escenificara un giro en su postura hacia el Kremlin.
Tras varios días de expresar públicamente su frustración con el mandatario ruso, Vladímir Putin, por la continuidad de los bombardeos rusos en Ucrania, Trump ha amenazado con gravar fuertemente a Rusia y sus socios comerciales si la ofensiva en Ucrania no se detiene dentro de cincuenta días.
"La coerción o las presiones no pueden resolver los problemas", declaró Lin Jian, portavoz del Ministerio de Exteriores de China, en una rueda de prensa donde agregó que Pekín está a favor de una "solución política a la crisis en Ucrania".
Xi Jinping, presidente de China. Crédito: Xinhua.
"Amistad sin límites"
A propósito de ello, Xi pidió que China y Rusia "mantengan y fortalezcan su apoyo mutuo y cooperación" en plataformas internacionales como la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), subrayando la importancia de "proteger la seguridad y los intereses de desarrollo" de ambos países.
El mandatario asiático, que calificó a Lavrov como "un viejo amigo del pueblo chino", señaló también que los ministerios de Exteriores de China y Rusia "deben seguir implementando eficazmente" los consensos alcanzados entre él y Putin.
La reunión sirvió además para abordar "diversos temas relacionados con los contactos políticos bilaterales de alto nivel", entre ellos la próxima visita de Putin a China, donde está previsto que asista al desfile del 3 de septiembre en Pekín por el octogésimo aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, informó el medio ruso Ruptly también en Weibo.
El cara a cara entre Xi y Lavrov se produce en el marco de la reunión de ministros de Exteriores de la OCS, apodada la "OTAN asiática", que arranca este martes en la ciudad de Tianjin, a unos 130 kilómetros de la capital china.
Antes de que estallase el conflicto a gran escala en Ucrania, Xi y Putin proclamaron en Beijing su "amistad sin límites". Y desde entonces, China mantiene una postura ambigua hacia la guerra: ha pedido respeto para la integridad territorial de todos los países, incluida Ucrania, al tiempo que exige atender las "preocupaciones de seguridad" de todas las partes, en alusión a Moscú.
Japón expresó este martes una fuerte cautela ante la rápida aceleración de la actividad militar de China en extensas zonas desde sus costas suroccidentales hasta el Pacífico, describiendo estas acciones como el mayor desafío estratégico.
Las crecientes operaciones conjuntas de China con Rusia también plantean serias preocupaciones de seguridad para Japón, junto con la creciente tensión en torno a Taiwán y las amenazas provenientes de Corea del Norte, según declaró el Ministerio de Defensa en un informe militar anual presentado hoy al Gabinete.
"La sociedad internacional se encuentra en una nueva era de crisis, ya que enfrenta los mayores desafíos desde el final de la Segunda Guerra Mundial", señala el informe, que cita cambios significativos en el equilibrio de poder global y plantea la preocupación por una escalada de la rivalidad entre China y Estados Unidos.
Las amenazas a la seguridad se concentran en el Indopacífico, donde se encuentra Japón, y podrían agravarse en el futuro, según el informe.
Japón ha acelerado su despliegue militar en las islas del suroeste en los últimos años, preparándose para desplegar misiles de crucero de largo alcance, ante la preocupación de un conflicto en Taiwán, territorio que China reclama como suyo y que podría anexionarse por la fuerza si fuera necesario.