Snezana Stanojevic
La gran obra de este serbio emigrado a Estados Unidos en 1884 ha cambiado el mundo, y sus inventos, como el motor de inducción de la corriente alterna y el campo magnético rotatorio, han sido la base de la segunda revolución industrial.
“Sus visiones y creatividad han allanado el camino de nuestro día a día marcado, en su esencia, por la transmisión de la energía eléctrica a grandes distancias y el mundo inalámbrico de las comunicaciones”, explica a EFE Vladimir Jelenkovic, director del Museo Nikola Tesla de Belgrado.
“Tesla tenía visiones que a muchos en aquel tiempo simplemente les parecían ciencia ficción, algo imposible de realizar. La ficción va desapareciendo, y resulta que el tiempo le está dando cada vez más la razón”, sostiene.
Los propósitos de Tesla de domar las fuerzas de la naturaleza para el bien de la humanidad y la búsqueda de energía gratis y sostenible para todos siguen siendo asuntos candentes muchas décadas después.
Mito y misterio
Los mitos también envolvieron a este hombre de dos metros de altura, gran delgadez y andar encorvado, conocido también por sus extravagancias y por su maniática pulcritud.
El halo de misterio que rodeo su vida llevó a alguna gente a afirmar que era capaz de mover objetos con la mente o que había desarrollado un método para viajar en el tiempo.
Y es que algunas de sus visiones, como su “sistema mundial de transmisión inalámbrica” de la electricidad, o la idea de enviar información sin la utilización de cables eran concepciones muy avanzadas para su tiempo.
“Creó sus inventos más importantes a finales del siglo XIX, su aplicación marcó el siglo XX, y sus soluciones como visionario hace más de cien años, como el control remoto, las técnicas de radio y la tecnologías inalámbricas, sólo hoy tienen plena aplicación”, subraya Jelenkovic.
De hecho, el mundo actual sería inimaginable sin el control a distancia de instrumentos y aparatos, desde las mediciones para previsiones meteorológicas hasta vehículos de la Nasa en Marte, la telefonía móvil o Internet.
Y de todo esto habló Tesla, aunque con términos propios de la tecnología de su tiempo.
Ni postes ni cables
Las investigaciones sobre electricidad inalámbrica que desarrolló en un enorme laboratorio en Long Island (EE.UU.) nunca llegaron a aplicarse en el mundo real, entre otras cosas, por falta de fondos.
De haber hecho realidad sus ideas, habrían puesto fin a la red con postes de alta tensión y conductores que existe hasta ahora, y que también estableció Tesla con sus revolucionarios inventos.
“Hoy, el reconocimiento de Tesla va por esa variante y excita la imaginación de que, de hecho, el mundo podría haber tenido telecomunicaciones y tecnología inalámbrica ya hace más de un siglo”, considera Jelenkovic.
El experto serbio indica que ahora crece el interés por Tesla y que “en los últimos diez años es prácticamente un ‘ícono pop’ planetario, un hombre que excita la imaginación en cualquier parte del planeta”.
Ejemplo de esa devoción es que escritores estadounidense de culto como Paul Auster y Thomas Pynchon lo citan en varios de sus libros, mientras que el novelista francés Jean Echenoz lo convierte en protagonista de su libro “Relámpagos”.
Además, Tesla se ha convertido en personaje de algunos videojuegos, tebeos e incluso en películas como “The Prestige” (2006), en la que le dio vida el cantante David Bowie.

































