China eliminará los costos de los partos en 2026 para incentivar nacimientos
El gobierno de China anunció que, a partir de 2026, cubrirá la totalidad de los gastos médicos directos vinculados al embarazo y el parto bajo el sistema de seguro de salud, como parte de una estrategia para contrarrestar la caída de su tasa de natalidad.
China eliminará los costos de los partos en 2026 para incentivar nacimientos
El gobierno chino presentó recientemente un plan que ampliará la cobertura del seguro nacional de salud para incluir los costos asociados al embarazo y al nacimiento de hijos, con el objetivo de eliminar —para 2026— los gastos de bolsillo para las familias que den a luz.
Esta iniciativa fue anunciada por la Administración Nacional de Seguridad de Salud de China durante una conferencia sobre seguridad sanitaria, y forma parte de un conjunto de medidas destinadas a hacer frente al persistente descenso de la tasa de natalidad en el país más poblado del mundo.
Según el informe oficial, la medida buscará que los gastos médicos relacionados con la gestación y el parto, incluidos controles prenatales y prestaciones hospitalarias, queden totalmente cubiertos por el sistema público de salud, eliminando así los pagos directos que actualmente afrontan muchas familias.
El gobierno subrayó que se trata de una prioridad para aliviar la carga económica de tener hijos, identificada como una de las barreras principales para formar o ampliar una familia en el contexto actual.
Se trata de una prioridad para aliviar la carga económica de tener hijos
La política se enmarca en un esfuerzo más amplio para fomentar lo que Beijing denomina una “sociedad amigable con la natalidad”.
En algunos territorios provinciales, como Jilin, Jiangsu y Shandong, ya se aplican esquemas similares que hacen que el costo del parto y servicios asociados sea casi nulo para los padres. La intención es estandarizar esta cobertura en todo el país durante los próximos años.
Retos demográficos y contexto histórico
La iniciativa se produce en un momento en que China enfrenta retos demográficos sin precedentes. El país registró su primera caída de población en décadas en 2022 y las cifras continuaron declinando hasta al menos 2024, según datos difundidos por organismos de prensa internacional y analistas demográficos.
Este descenso es consecuencia de décadas de bajas tasas de natalidad, que reflejan tanto el legado de la antigua política del hijo único —vigente entre 1980 y 2015— como cambios socioeconómicos profundos, incluida la urbanización acelerada, los altos costos de crianza y educación y las presiones laborales que desincentivan la maternidad y paternidad.
En respuesta a la caída demográfica, el gobierno ha implementado una serie de políticas progresivas desde la eliminación de las estrictas restricciones familiares hasta la introducción de la política de tres hijos en 2021.
Medidas destinadas a hacer frente al persistente descenso de la tasa de natalidad
Sin embargo, a pesar de estos ajustes, las tasas de natalidad continuaron por debajo de los niveles necesarios para sostener el crecimiento demográfico y la estructura productiva a largo plazo.
Además de eliminar los costos de parto, las autoridades han ampliado y planean expandir otros tipos de apoyo, como subsidios directos a las familias, programas de cuidado infantil financiados públicamente, incentivos fiscales, beneficios de vivienda y mejoras en la protección del empleo para mujeres embarazadas y madres.
Algunos gobiernos locales también han comenzado a distribuir subsidios directamente a las cuentas bancarias de las madres aseguradas, reforzando así la percepción de que el Estado se compromete a hacer más accesible la crianza de hijos.
Expertos en demografía señalan que estas medidas buscan no solo aliviar el costo inmediato de tener un hijo, sino también intervenir en una serie de factores económicos y culturales que han desencadenado la renuencia de parejas jóvenes a formar familias más numerosas.
El envejecimiento poblacional, con un porcentaje creciente de adultos mayores y una menor proporción de población en edad laboral, plantea desafíos adicionales a las finanzas públicas y al sistema de seguridad social.
No obstante, la efectividad de estas políticas para revertir la tendencia de declive demográfico sigue siendo objeto de debate.
En contextos comparables —como varios países de Europa oriental o Japón—, incentivos similares han tenido impactos modestos en las tasas de natalidad cuando las barreras estructurales, como la precariedad laboral, los costos de educación y la falta de servicios de cuidado infantil, no se abordan de manera integral.
Las autoridades chinas han indicado que la meta de eliminar los costos de parto se complementará con otras políticas diseñadas para crear un entorno más propicio para las familias. Entre estas se mencionan mayores licencias parentales, servicios de cuidado infantil accesibles, y apoyo para tratamientos de fertilidad y atención médica relacionada.
El plan también contempla mejorar la cobertura de los servicios esenciales de maternidad dentro del marco del seguro de salud y revisar la inclusión de prácticas como la analgesia para el parto en la cobertura básica.
Aunque la medida representa un cambio significativo en la política pública hacia la natalidad, los analistas señalan que será crucial observar su implementación local, la sostenibilidad financiera del seguro de salud ampliado y si las familias perciben efectivamente una reducción de las barreras económicas al decidir tener hijos.