Con oscuro horizonte de acuerdo, la discusión entre Estados Unidos y Venezuela sumó el elemento positivo del diálogo directo de sus respectivos mandatarios vía telefónica. ¿Lo negativo? sin reporte oficiales de la conversación, Donald Trump y Nicolás Maduro no se habrían ni acercado a buen puerto.
La amenaza de Washington se sostiene y suma un ultimátum oficial para el viernes 5 de diciembre. Maduro debe abandonar la presidencia y el país, pudiendo huir con su esposa Cilia Flores y su hijo, con Rusia como posible destino de asilo.
Sobre las posibilidades de que se haga caso a la presión estadounidense o de que la gestión republicano avance aún más sobre territorio venezolano, Joaquín Bernardis del Observatorio de Política Internacional (OPI) de la UCSF, habló en CyD LItoral.
Cómo se llegó a este punto
En primera instancia, Bernardis remarcó que el temario actual es “más sensible”, en relación a la escalada del empuje estadounidense que no encuentra una respuesta a su favor del chavismo.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela este lunes. Crédito: REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria
“Veníamos hablando desde finales de agosto que se empezó a movilizar y realizar ataques a lanchas narcotraficantes, por lo menos como lo menciona el Departamento de Defensa de Estados Unidos”, describió el especialista sobre las primeras acciones.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Crédito: REUTERS/Kent Nishimura
“Después se vieron determinados movimientos, sobre todo en el último mes. En primer lugar, moviendo este portaviones USS Gerald Ford, el más grande, desde Europa a Venezuela. Ya era un signo de prioridades”, agregó Bernardis en continuación de la línea temporal.
Luego, destacó como relevante la autorización pública a la CIA (Agencia Central de Inteligencia) para realizar operaciones públicas en territorio venezolano.
La llamada entre Trump y Maduro
“Ya en la última semana hubo línea directa entre Maduro y Trump con llamadas. Al parecer, por filtraciones de senadores republicanos, Trump le dio un ultimátum a Maduro, un salvoconducto con su familia de potencialmente ir a Rusia, posiblemente junto a un cúmulo de altos funcionarios, a cambio de dejar el poder e iniciar una transición democrática. Maduro se opuso totalmente”, describió el licenciado en Relaciones Internacionales.
En alusión a la decisión del dictador venezolano, se emitió un comunicado oficial desde su presidencia hacia la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) solicitando el fin de la "agresión" estadounidense. La carta en cuestión fue leída en televisión por la vice Delcy Rodríguez, quien indicó que el plan de la Casa Blanca es “derrocar al gobierno legítimo” y que “pretende apoderarse de las vastas reservas de petróleo de Venezuela, las más grandes del planeta, por medio del uso de la fuerza militar letal”.
“Ahora la situación escaló más, con Estados Unidos cancelando el espacio aéreo venezolano. Varias aerolíneas no están viajando más a Caracas. Ayer (lunes) hubo una reunión de altos funcionarios a nivel nacional para determinar qué acciones se van a tomar”, comentó Bernardis. Sobre este punto, algunas empresas como Iberia suspendieron todas sus operaciones hasta el 31 de diciembre y agencias rusas de turismo derivaron sus vuelos a Cuba.
La intervención
El argumento inicial, Estados Unidos acusa a Nicolás Maduro de estar al frente del llamado Cártel de los Soles, del cuál no hay precisiones de su estructura, espacio de influencia ni cúpula.
La salvedad que hace Bernardis es que además, a nivel interno, el Cártel de los Soles fue considerada organización terrorista. “Trump tiene mayor flexibilidad, aunque no le interesa pasar mucho por los controles legislativos”, comentó el columnista.
“Hay varios antecedentes de intervenciones directas, pero lejanos. EEUU lo realizó en 1989 en Panamá para sacar a Manuel Noriega, quien también fue acusado de narcotraficante y luego extraditado a Estados Unidos, durante la gestión del republicano Ronald Reagan”, recordó Bernadis
Ronald Reagan.
Sobre el último de los episodios similares, el especialista expresó: “Después en el 1994, con gestión demócrata de Bill Clinton, un ‘mundo post soviético’, donde la democracia era el principal argumento estadounidense, intervino directamente en Haití. Ya desde entonces dejó la táctica de las intervenciones militares, pero es lo que se barajó esta semana”.
Aclaró igualmente que “la otra vía es la de continuar con la actual estrategia del secretario de defensa con ataques mucho más específicos a distintas lanchas acusadas de estar conducidas por narcotraficantes”.
Bill Clinton.
Las especulaciones respecto a otro tipo de operaciones en suelo sudamericano crecieron tras declaraciones de Elliot Abrams, Representante Especial de Estados Unidos para Venezuela de 2019 a 2021 durante la primera gestión Trump, quien aludió a la posibilidad de intervenir directamente “en focos estratégicos, pozos petrolíferos, puntos específicos donde están los F-16 de Venezuela”.
Bernardis también remarcó que “hay que mirar la coalición social y política que posee Maduro, que sigue con su discurso, y que hará al respecto la CIA. En esos llamados telefónicos posiblemente la amenaza de Trump no haya pasado por el Gerald Ford, sino en ‘mira a tu alrededor porque está la CIA operando en tu país’”.