Así es el palacio de Lenny Kravitz en París que rinde homenaje a su madre
El músico abrió las puertas de una residencia única donde el diseño, el arte y los recuerdos familiares se combinan en un espacio íntimo, pensado como refugio creativo.
Así es el palacio de Lenny Kravitz en París que rinde homenaje a su madre
Lenny Kravitz es dueño de un imponente palacio en París que simboliza la realización de un sueño profundamente ligado a su historia personal y familiar. La residencia, ubicada en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, combina diseño, memoria y arte en una propuesta arquitectónica tan sofisticada como íntima.
El músico estadounidense logró concretar un anhelo que había marcado a su madre durante años: tener un espacio propio en la capital francesa. Así nació esta mansión única en el Distrito 16, concebida como un refugio privado donde la estética vanguardista convive con un fuerte valor emocional.
En el corazón delDistrito 16
La propiedad se encuentra en una calle tranquila y fue bautizada de manera informal como el Hotel de Roxie, en honor a su madre. Kravitz se involucró de forma directa en cada etapa del diseño, desde la distribución de los ambientes hasta la selección de piezas artísticas y mobiliario.
El proyecto llevó casi una década de trabajo y planificación.
Con una superficie total de 1.500 metros cuadrados, el inmueble demandó casi una década de trabajo técnico y conceptual. Cada espacio fue pensado para tener identidad propia, logrando un equilibrio entre el minimalismo contemporáneo y el coleccionismo de objetos de alto valor simbólico y artístico.
El comedor es uno de los ambientes más representativos: allí se destaca una imagen histórica del abuelo del músico tomada en París, que refuerza el vínculo generacional con la ciudad y funciona como eje emocional del diseño.
Arte,memoria ydiseño
En la planta principal, el salón central impacta por la convivencia armónica entre obras originales de artistas reconocidos y una imponente araña de cristal creada por el propio estudio de Kravitz. La arquitectura del lugar permite que cada pieza dialogue con el espacio sin imponerse, generando una atmósfera elegante y serena.
La colección incluye objetos vinculados a la música y la cultura africana.
Uno de los sectores más emotivos de la casa es un salón especialmente dedicado a su madre, decorado con fotografías inéditas tratadas por artesanos especializados. Este espacio rinde homenaje a su legado y refuerza la idea de la casa como un santuario de recuerdos.
La habitación principal mantiene la misma línea estética: amplitud, materiales nobles y una paleta cuidada que invita al descanso. El baño en suite acompaña esa lógica con detalles de alto nivel y una impronta de spa privado.
Refugio creativo yoasis urbano
El sótano de la mansión alberga un club privado de dos niveles con una marcada estética industrial. Allí se instaló un sistema de sonido profesional de alta fidelidad, pensado para audiciones, encuentros culturales y reuniones con figuras del ámbito artístico internacional.
El diseño combina minimalismo con piezas de alto valor histórico.
La residencia también funciona como un centro creativo. Cuenta con un estudio de grabación con aislamiento acústico de última generación, donde Kravitz compone y produce su música, aprovechando la acústica natural que brindan los materiales originales del edificio histórico.
En el exterior, un jardín privado se presenta como un verdadero oasis urbano. Esculturas de gran porte y vegetación cuidadosamente seleccionada convierten ese espacio en un lugar de desconexión, ideal para equilibrar la intensidad de la vida artística y las giras internacionales.
Una visión integralque trasciende lo inmobiliario
Además de los espacios principales, la casa dispone de una cocina profesional de chef y suites para invitados que respetan el estilo ecléctico general. Cuero, seda y maderas se combinan para crear experiencias sensoriales pensadas al detalle.
El palacio parisino representa mucho más que una propiedad de lujo. Es la síntesis de una visión artística y empresarial, y también un homenaje permanente a sus raíces familiares. Kravitz logró transformar una mansión histórica en una obra viva, donde el pasado, el presente y la creatividad conviven en perfecta armonía.