Por Mariano Mariani

Por Mariano Mariani
"El acto de habitar revela los orígenes ontológicos de la arquitectura, y de ahí que afecte a las dimensiones primigenias de la vida en el tiempo y el espacio, al tiempo que convierte al espacio insustancial en espacio personal, en lugar y, en última instancia, en el domicilio propio. El acto de habitar es el medio fundamental en que uno se relaciona con el mundo - " Juhani Pallasmaa ("Habitar", página 7)
En un tiempo de hiper-conexión la opción por los vínculos y el afecto se vuelve urgente. Rescatar un habitad humanizante y pensar en que nuestro domicilio u hogar es el vínculo afectivo y no las simples estructuras arquitectónicas desafía nuestras formas de relacionarnos con nuestro entorno, ya que una casa sin afecto deja de serlo. Por ello hay que idear una arquitectura que humanice y humanizar la arquitectura imperante. Un urbanismo que hable, que muestre y que se sienta vivo hará de nuestro entorno un paisaje familiar y hóspito.
La Plaza Chicharritas en el Barrio Las Flores 2, por ejemplo, ha sido el logro de la resistencia común de más de 30 familias que impidieron la usurpación de dicho espacio de intereses particulares. En diciembre del año 2024 se logró la ordenanza municipal que la declara oficialmente plaza. Luego para sostener dicho espacio se generó y creo "Escuela Lúdica", un espacio que, a través de lo simbólico, el juego y una fuerte apuesta estética-política instaura su re- significación con las infancias y su desarrollo pleno.
Los muros que separan e impiden los diferentes accesos se convierten en oportunidad para la expresión y la generación de identidad barrial. Ya no son espacios mudos sino lugares que tienen nombre, historia y porvenir. Son la encrucijada entre el tiempo y el espacio, la invitación a que nuestra mirada adquiera sensibilidad social, se detenga y rompa con el mecanismo ciego de una cotidianeidad descuidada para propiciar el recogimiento. Ya no son solo paredes o muros, sino que hay alguien allí que invita al dialogo, a la escucha y así a un acto de comunicación por excelencia.
"Todo espacio realmente habitado lleva como esencia la noción de casa" dice Gastón Bachelard ("Poética del espacio", página 28). La poética de los grafitis es una forma de toponimia, es una forma de hacerse presente, des-ocultar y propiciar la posibilidad de habitar los espacios y los tiempos, hacer de nuestra comunidad, de nuestros lazos y vínculos un cosmos que nos sustrae de una soledad prístina.
Cuando pensamos "Escuela Lúdica" soñamos con una escuela al aire libre, con el cielo como techo, sin aulas que separan sino un gran lugar para el encuentro, en donde no hay un maestro sino todos podemos enseñarnos algo y todos podemos aprender de todos, en donde hay familiaridad y cada minúsculo espacio nos recuerda de nuestra presencia imperecedera, generadora de afecto y memoria.
Así la distancia entre lo externo y lo interior a veces se vuelve nula y nos sentimos parte de un todo…
(*) La primera entrega salió publicada en la edición de El Litoral del sábado 7 de junio de 2025.




