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LUCIANA MONTES
"¡¡Qué raro que está todo en Argentina!! Todos sabemos que, como vamos, nos estrellaremos contra un gran paredón. La CGT: callada, mutis por el foro, mientras despiden a más y más trabajadores, y el gobierno nacional destruyó las paritarias. Los jubilados que van todos los miércoles 'solitos' a reclamar. La niñez desatendida, mientras hay cada vez más niños en las calles pidiendo, e incluso muchas chicas jovencitas evidentemente ingresando a la prostitución. Chicos que desaparecen y no hay un organismo del Estado que investigue hasta llegar a la verdad. Incluso los jueces y la Corte Suprema de Justicia se desentienden de semejante tragedia. Un presidente que, con su hermana, se rigen por el tarot, consultan a perros muertos, hacen sesiones de espiritismo, y ¡¡son recibidos con bombos y platillos en una iglesia evangélica!!... No, no es una escena de una película de Federico Fellini, es la realidad de la Argentina de hoy, donde los políticos lanzan ofensivos epítetos a sus contrincantes, donde los medios de difusión son una trampa de mentiras y tergiversaciones, que intentan influenciar y desorientar a los televidentes… ¡¡Díganme si la Argentina no se ha convertido en un conventillo!! Si estuviera Discépolo haría una nueva versión del Cambalache - siglo XXI".
UN LECTOR
"Todavía trato de entender cuál es el mecanismo de manipulación psicológica que llevan a cabo los políticos para llegar al poder y una vez logrado su objetivo no hacen nada de lo que prometieron o 'vendieron'... Porque cuando están en campaña, prometen y prometen, e intentan mostrar que si los votan ellos saben cómo arreglar las cosas. Pero una vez establecidos en su anhelado sitial: ¡¡mamita, desaparecen, se borran!! Luego, van haciendo algo…. Pero tannn lentamente, que se necesitarán muchas décadas para completar todo. Uno de nuestros terribles males y dolores de cabeza son los baches diseminados por toda la ciudad. Mi mecánico los llama 'agujeros negros' y me recomienda que trate de memorizar dónde están y más a los peorcitos, que nos viven arruinando los vehículos. Yo le explico que lo re cuido a mi auto; que no soy yo el que tiene que tomar precauciones y andar con 4 ojos para detectarlos y esquivarlos, sino que son los respectivos funcionarios y equipo que ganaron las elecciones los que tienen el deber y obligación de ocuparse de hacer su trabajo, que para eso ganan suculentos sueldos; pero sucede que no laburan, lo que hacen es política con los dineros públicos, los que nosotros pagamos en grandes y múltiples impuestos. Y hay que tener en cuenta que donde arreglan es en la zona céntrica o en las grandes avenidas, pero a los barrios los ignoran. Yo me pregunto, ¿¿cuándo habrá políticos de vocación, leales a su palabra, que cumplan con lo que han prometido y con celeridad?? Se nos va la vida esperando que haya uno, tan solo uno, que ponga en práctica su sapiencia, su creatividad y sobre todo: lo que le prometió e ilusionó a la ciudadanía con promesas de campaña".
HERBERT A. R. NORMAN
Un poco el título dice casi todo. De hogares carecientes, muchos niños sin instrucción llegan a los 13 años casi sin saber leer ni escribir. La calle es su ámbito casi obligado y las peores compañías se aprovechan de sus debilidades y de sus necesidades básicas, entre otras económicas. La droga es un camino, el robo y el asalto de motociclistas es otro.
Frente a esta situación tan grave, hay que contrarrestar sus causas originales, como la falta de escolaridad primaria elemental; pero, una de las alternativas en busca de paliativos, que podría constituir el encuentro de una salida laboral, en empresas que están necesitando personal inicial en tareas básicas, prefieren no incurrir en el riesgo de la legislación laboral actual, que resulta de muy alto costo cuando es menester prescindir de un personal que no cumple las necesidades básicas para las que fue contratado.
Hay una multitud de pequeñas y medianas empresas que, al amparo de una nueva ley laboral especial, podrían convocar a jóvenes para tareas iniciales básicas que, indudablemente, en esa juventud, con la falta de escolaridad descripta, pasaría a erigirse como un método doblemente benéfico: aprendizaje de una tarea rentable sana y, también, conocimientos importantes para la vida en comunidad (que no excluirían el posible aprendizaje de leer y escribir).
Las empresas convocarían sin temor a esa incipiente juventud, retribuyendo con niveles de sueldos lógicos y aceptables, para menores de entre los 13 y 18 años de edad, con cobertura sanitaria completa, sin aportes jubilatorios, con aguinaldo y vacaciones normales, y la posibilidad de prescindencia del joven sin indemnización, en caso de una falta de capacidad laboral o inconducta.
Es seguro que el joven que ingrese a esa tarea inicial habrá de valorarla como algo importante, que hasta ese momento la vida no le había brindado, cuidando su nuevo "status" y aprovechando la oportunidad para aprender tareas desconocidas para él, que seguramente sabrá hacer valer cuando supere el lapso de su minoridad, luego de cumplir los 18 años.
ALBERTO FABIÁN ESTRUBIA
Son múltiples los llamados sentimientos humanos. El que se distingue como más positivo es el amor. Pueden seguirle la ternura, la bondad, la felicidad, la alegría, el respeto, etc. Y si hablamos de los sentimientos malos, el más nefasto es el odio. Similar al odio es la bronca, pero se diferencian porque las broncas pasan pero los odios perduran.
El odio es más fuerte, más penetrante y resulta muy difícil arrancártelo de adentro. Por ejemplo, el odio racial creo que es el más penetrante y durable. El odio puede darse con un grupo social o puede tener características personales, si odiamos a alguien o algo. Y otra aclaración, las broncas pueden superarse a partir de un tratamiento o cuidado, partiendo de los hechos, pero el odio comúnmente se resiste a ello.
Otra característica que posee es ser destructivo y buscar la aniquilación de lo odiado. Si se odia, se le puede desear a alguien una enfermedad, una desgracia o la muerte. Todo negativo. Por eso y es lógico: el que odia es cruel e inhumano y es específicamente malo y perverso. Mala persona, digamos. Y una persona mala nunca puede producir algo bueno para sí o para los otros. "Nadie da lo que no tiene" dice el refrán. Y como consecuencia de esta maldad intrínseca, busca destruir todo lo que no está entre sus principios o disvalores, de ahí la recurrencia a la motosierra y en donde se trunca cualquier posibilidad de diálogo.
Es tan habitual ver motosierras en acción que nos pueden llegar a parecer lógicas e incluso necesarias como se fabula desde los acusados de ser supuestos "ñoquis" aunque tengan 10 o 20 o 30 años de antigüedad en sus lugares de trabajo. A esto y a la quita de remedios, lo podemos tipificar de una profunda maldad, propia de un odio consolidado.
Quien odia, además de dar lástima, vergüenza y enojo, se autodetermina como un ser negativo e ignorante de los preceptos sociales, dado que no aporta nada bueno en su entorno o en la sociedad, sino solo padecimientos, malestar y dolor por las injusticias cometidas. Y como el que odia no suele cambiar de actitud, persiste siempre en lo mismo. Y lo peor, ha perdido su capacidad para amar, incluida la amistad. Hasta se podría decir que el odiador es tóxico y se lo debería extirpar de la sociedad, lo antes posible, para que no contamine más de lo que ya contaminó.
Y volviendo al odio entre personas o entre grupos sociales o naciones, hagamos un paneo internacional y pensemos en las relaciones nefastas entre EE.UU. e Irán, Israel y Gaza, Rusia y Ucrania, que actúan en forma inhumana, destruyendo hospitales, escuelas y centros de refugiados y despedazando seres humanos con sus bombardeos, como si fuera algo normal de una acción bélica. Todo esto, producto del odio.
Tenemos que salir de esta situación antes de que sea demasiado tarde.
Si bien es una cuestión de política social, vayamos a lo personal, a lo que nos incumbe como miembros de un grupo humano.
Que el amor y el respeto que deberíamos tenernos permitan unirnos para salir del pozo tomados de las manos. Todos unidos, aunque tengamos diferencias, aunque pensemos estrategias distintas para solucionar problemas visibles e innegables. Debe haber alguna salida. Busquemos caminos posibles y razonables. Unámonos en las acciones y en la construcción de un único proyecto de Patria Soberana que nos beneficie y nos haga crecer. Recordemos lo del Martín Fierro, arquetipo nacional que sigue vigente: "Los hermanos sean unidos / porque esa es la ley primera / tengan unión verdadera / en cualquier tiempo que sea. / Si en nosotros hay peleas / nos devoran los de afuera".




