"El Señor de las moscas" es la primera novela del Premio Nobel británicoWilliam Golding (1911-1993). Publicada en 1954, cuenta la odisea que vive un grupo de preadolescentes cuando el avión en el que viajan cae al mar. Aunque sobreviven a la caída, los chicos terminan en una isla desierta enfrentando el abandono, la falta de comida y la amenaza de animales salvajes. La novela aborda distintos temas, como la amistad, la lucha por el poder y el fin de la infancia. Pero, para los aficionados a la ciencia, tiene un atractivo especial debido a un error que comete el autor.
Una vez instalados en la isla, los chicos deciden encender una fogata para que los vean los barcos y aviones que, suponen, los están buscando. Juntan una pila de leña y hojas secas pero nadie tiene fósforos para encenderla. Entonces uno de los chicos le saca los anteojos a otro y enciende la fogata concentrando los rayos del sol sobre la leña, como haríamos con una lupa. Parece una salida ingeniosa, propia de náufragos de un relato de Julio Verne, pero imposible desde el punto de vista de la Física.
Sabemos, porque se sugiere en distintos pasajes a lo largo de la novela, que el personaje a quien le sacan los anteojos es miope. Y los anteojos de los miopes no sirven para encender fuego de esta manera. Podemos hacerlo con una lupa porque las lupas tienen la capacidad de concentrar los rayos del sol provocando una temperatura capaz de encender leña u hojas secas. Por eso las lupas se llaman también "lentes convergentes": hacen que los rayos del sol converjan en un punto concentrando su energía.
Los anteojos de los miopes, por el contrario, tienen lentes llamadas divergentes, que abren los rayos del sol, desparramando su energía. Es absolutamente inútil tratar de hacer fuego con los anteojos de un miope, como lo haríamos con una lupa. Si el autor hubiera sabido algo más de óptica habría hecho que el portador de los anteojos fuera hipermétrope, que es el defecto contrario a la miopía. Los anteojos de los hipermétropes sí se comportan como lupas y sí sirven para encender un fuego.
"El señor de las moscas" fue llevada al cine en 1990 con la dirección de Harry Hook, quien tenía el conocimiento de óptica que le faltaba a Golding: aunque no se menciona explícitamente si el personaje cuyos anteojos usan para encender el fuego es miope o hipermétrope, puede verse a lo largo de la película que sus anteojos tienen lentes indudablemente convergentes.
La novela también fue parodiada en "El autobús de la muerte", un episodio de la novena temporada de Los Simpson. Camino a una excursión, el ómnibus que trasporta a los alumnos de la Escuela Primaria de Springfield cae al agua y, como en la novela, los chicos terminan en una isla desierta. Aparecen aquí el hambre, la lucha por el poder, la amenaza de animales salvajes y el incidente del fuego encendido con la ayuda de un par de anteojos.
Pero, en este caso, la cuestión se resuelve sin tantas complicaciones ópticas: Nelson toma los anteojos de Milhouse y los golpea contra una piedra para producir chispas y con ellas encender el fuego. Aunque no estamos seguros de cuál es el problema de visión que aqueja a Milhouse, sabemos que el método de Nelson funcionaría con cualquier tipo de lente.