Vayamos a la historia de la Educación Cívica, la Formación Ética y Ciudadana y la Construcción de Ciudadanía, con sus avances y retrocesos. Para hacerlo hay que retrotraerse al inicio de la historia argentina. En el nacimiento de la patria, el 25 de mayo de 1810, había republicanos, realistas e indecisos. El grupo de Manuel Belgrano, Mariano Moreno y Juan José Castelli, comprendía que "más allá de las armas" el alma de la Revolución de Mayo era la educación. Y fue en dicho contexto que la Asamblea General Constituyente y Soberana del Año 1813 (Asamblea del Año XIII) promulgó dos leyes que marcaron intensamente el futuro de una Nación que recién comenzaba a caminar.
Una de ellas fue la llamada "Libertad de vientres" (o Ley de Vientres), por la que los hijos de esclavos nacidos a partir de ese momento quedaban libres, y el tema de la esclavitud fue desapareciendo y se logró una sociedad nueva. Por ejemplo, no haber hecho previsiones como estas a Estados Unidos le costó la Guerra de Secesión (1861-1865) y luego leyes restrictivas para la "gente de color": no podían viajar en colectivos de pasajeros blancos; eran ubicados en barrios periféricos, no podían usar los baños de blancos; no eran aceptados en las escuelas de blancos y no podían acceder a la universidad.
La Asamblea del Año XIII, además de la denominada Ley de Vientres que postulaba que los hijos e hijas de esclavos nacerían libres, incluyó las categorías ciudadano y educación en la primera Ley General de Educación. Al seguir dependiendo de España, nos declarábamos república el 9 de julio de 1816, proclamando la independencia de España así como de cualquier otro país que implicara dominación extranjera, como agregó el congresal Medrano.
La primera Ley General de Educación (ver Proyectos Medar, Historia e Investigación, periodo 1810-1850), inspirada en los antecedentes del Reglamento para las Escuelas elaborado por Belgrano, establecía la publicación y explicación del concepto de ciudadano, la república, la libertad, los derechos y deberes de cada uno. En 1819, en un proyecto de Constitución, también se reafirmaba el derecho y deber de cada ciudadano a educarse. La discusión llevó el 20 de junio a que hubiese tres gobernantes. También ese día moría Belgrano.
Progresión histórica
En 1853, en Asamblea Constituyente realizada en Santa Fe es aprobada la Constitución Argentina, con un Preámbulo ejemplar y empático que les habla a todos los ciudadanos y reitera que es "un deber y un derecho la educación". Más adelante, en el año 1884, es promulgada la Ley Nº 1420, de Educación Común, ejemplo de libertad e igualdad de oportunidades para cada uno de los ciudadanos del país, al establecer la educación primaria gratuita, obligatoria y laica en Argentina. Y en 1905 se sanciona la Ley Nº 4874 (conocida como Ley Lainez), que reglamenta la enseñanza obligatoria de la Educación Cívica en las escuelas primarias y secundarias.
Debido a la reforma de la Constitución Nacional de 1949, la Educación Cívica se centró en la enseñanza de la doctrina peronista, por la cual los estudiantes eran obligados a participar en actividades que promovieran ideológicamente al peronismo. Si bien la oposición sostenía que era una forma de adoctrinamiento político, para muchos argentinos, la Educación Cívica peronista será una forma de conectarse con su identidad nacional, así como con la ideología del líder que había promovido la justicia social y la igualdad de los ciudadanos, leyes para proteger la ancianidad, facilitar el acceso a la escuela y darle los derechos que le correspondían a los trabajadores y las trabajadoras.
Luego, entre 1955 y 1958, la Educación Cívica, organizada por las Fuerzas Armadas, en una actitud sin sentido, trataba de promover la democracia y la libertad. Ellos mismos se habían revelado contra la Educación Cívica. Se intentó eliminar el peronismo y gobernaron con políticas económicas liberales. Entre 1958 y 1966 gobernó el desarrollismo de Arturo Frondizi. La Educación Cívica se enfocó en el desarrollo de la economía y la sociedad. Se intentó fomentar la participación de los ciudadanos y la democracia debatiendo.
Entre 1966 y 1973, con la dictadura militar, la Educación Cívica se centró en dos ejes, promoción de la autoridad y la obediencia. Se intentó eliminar cualquier forma de disidencia u oposición al régimen militar. De 1973 a 1976 el país estuvo desangrándose por la interna peronista, mientras las fuerzas armadas pasaban a tener una injerencia cada vez mayor y excesiva en la política (la Educación Cívica derivó en una adoración del líder). Después, de 1976 a 1983, durante la dictadura militar, la Educación Cívica se enfocó en la promoción de la ideología nacionalista y autoritaria.
No había debates ni asambleas, la disolución del Congreso Nacional, la intervención de la corte suprema de justicia de la nación, la intervención de universidades y de sindicatos, junto a la detención clandestina de presos y presas políticas, las torturas durante los interrogatorios, las violaciones, los robos de bebés, los homicidios, los vuelos de la muerte y los desaparecidos y desaparecidas, acreditados posteriormente en el juicio a las juntas con el retorno de la democracia y publicado en el nunca más, son hechos más que suficientes para acreditar que es una de las partes más nefastas de la historia argentina. En aquellos años la Educación Cívica se convierte en "Instrucción Moral y Cívica". La moral genera un sujeto político acrítico que reproduce la lógica del poder, reproduciendo hábitos.
Promoción de la democracia
De 1983 al presente gobierna la democracia y siendo el ciudadano, con su voto, el que elije las autoridades. La Educación Cívica, transformada primero en Formación Ética y Ciudadana, elimina el aspecto verticalista de la instrucción y con la ética sustituyendo la moral, recupera la formación de sujetos políticos críticos que puedan cuestionar las políticas del poder público, para transformarse luego en Construcción de Ciudadanía, donde la noción de construcción se asocia a la necesidad de formular acuerdos como base del poder público.
El espacio curricular en sus diversas nomenclaturas, se ha centrado en la promoción de la democracia, la participación ciudadana, los derechos humanos, se ha fomentado la tolerancia, la diversidad y la inclusión. Han pasado distintos gobiernos, con ideologías diferentes, este sintético raconto de la historia argentina, hecho no integralmente, sino con los sucesos, que para bien o para mal, sirven como ejemplo en cuanto a que la Educación Cívica, Formación Ética y Ciudadana, Construcción de Ciudadanía, son influenciadas por los políticos, pero sin una programación integral de formar una ciudadanía que aprenda a conocer sus derechos y deberes. Señera ha sido, entonces, en la formación ética y ciudadana de los últimos tiempos la obra de Carlos Cullen, de quien entre sus libros se destaca "Críticas de las razones de educar", de 1997 (*).
En este contexto, no nos hemos olvidado de la ética, porque desde 1810 a la fecha en todos los gobiernos ha habido corrupción y hubiésemos tenido que ir eligiendo los hechos más resonantes. Hay que comprender que cuando no se integra Educación Cívica, Formación Ética y Ciudadana, y Construcción de Ciudadanía, ganan el soborno, los hombres y mujeres acomodados y protegidos, perdiendo los honestos, íntegros y solidarios. La Educación Cívica, Formación Ética y Ciudadana, y Construcción de Ciudadanía, debe ser imparcial y plural. Los estudiantes deben ser incentivados a pensar críticamente, dispuestos a discutir ideas diferentes, con hidalguía, respeto y empatía.
La Educación Cívica, Formación Ética y Ciudadana, y Construcción de Ciudadanía, es una herramienta que no debe ser para implementar o imponer una ideología particular, sino para crear un ciudadano activo y de participación democrática. Quienes tienen el honor de gobernar deben garantizar a todos y cada uno de los trabajadores y las trabajadoras de la educación, que puedan ser imparciales, que no les obliguen a los docentes y las docentes a dictar currículum impuestos que son empleados como propaganda. Este es un punto importantísimo. Para la Educación Cívica, Formación Ética y Ciudadana, y Construcción de Ciudadanía, así como para la ética, la justicia debe ser más rápida y ejecutiva, con pruebas en las manos, para condenar a los corruptos y las corruptas. Una Justicia lenta no es justicia. Continuará.
(*) Para Carlos Cullen, la educación es un discurso, o mejor expresado "una práctica social discursiva", ya que entre las razones de educar hay conflicto de interpretación, lucha por la hegemonía, imposiciones ideológicas, construcción de subjetividad y realidad social.