Por Gabriel Rossini
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El triunfo en la provincia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner puso fin en el peronismo de Santa Fe a un ciclo de 20 años donde Carlos Reutemann y Jorge Obeid se alternaron en el poder político y del Estado, marcaron el rumbo con muy buenas gestiones, garantías de gobernabilidad en tiempos de crisis y, sobre todo el primero, silencios y vacilaciones que nunca terminó de explicar y probablemente nunca lo haga, pero que dejaron la sensación de que podría haber aprovechado aún más su ascendiente sobre la gente.
Pero nada es para siempre, el humor de la sociedad y los electores cambia, las demandas siempre son distintas, las exigencias se renuevan, lo que alguna vez fue hoy ya no lo es y las elecciones de este año, que concluyeron ayer, parecen haberle puesto un punto final a los proyectos electorales de los dos.
Reutemann -que se veía venir una victoria de la presidenta con la contundencia que refleja el conteo de votos y así se lo hizo saber a las pocas personas con las que habla- tiene cerca de 70 años de edad y le quedan aún 4 más en el Senado. Nunca hizo nada que haya perjudicado a los gobiernos kirchneristas y, por las señales que manda, sólo está pensando en terminar lo mejor posible su carrera política.
Obeid -que en los últimos tiempos se mostró activo, mantuvo reuniones con dirigentes políticos, reapareció en un acto público en el norte de la provincia por el Día de los Biocombustibles que presidió Julio De Vido, se sumó al proyecto presidencial de Juan Manuel Urtubey y nunca dejó de pensar en volver a la gobernación, pero se bajó de las internas provinciales casi sin pelear cuando tenía muchas posibilidades de ganarlas. El 11 de diciembre termina su gestión en el Congreso Nacional.
Lo cierto es que el peronismo provincial demostró que pese a las diferencias y las divisiones entre sus dirigentes mantiene intacto su poder electoral, que retuvo los territorios donde es gobierno, recuperó territorios donde presentó buenos candidatos, y, después de cuatro elecciones en seis meses, consagró a Omar Perotti y María Eugenia Bielsa como los líderes del recambio generacional.
Serán ellos las dos personas a partir de las cuales el justicialismo comenzará a construir poder con el objetivo de recuperar la Casa Gris en el 2015, junto a presidentes comunales, legisladores, dirigentes políticos y sindicales. Tienen el favor de la Casa Rosada, decisivo para cualquiera que haga política en la Argentina desde siempre, y lo que es más importante, la gente los vota: el 24 de julio María Eugenia Bielsa ganó las elecciones en su categoría en un hecho inédito en la historia electoral y desde anoche Omar Perotti puede decir que sacó más votos que Hermes Binner.































