La transparencia que oscurece

Raúl Emilio Acosta

“En un acto a sala llena, los concejales de Ciudad Futura, Juan Monteverde, Pedro Salinas y Caren Tepp, presentaron, a fines de julio de 2016, el Portal Transparencia una herramienta digital donde la fuerza pone a la vista de todos sus ingresos y egresos”.

El texto anterior, como se advierte, contiene una palabra activa, un significante, es el eje de los concejales, de su grupo partidario y, finalmente, de su mensaje público, esto es: la transparencia. Acaso aquella de Lech Walesa. Quizás la del revisionismo ruso. Transparencia. El primer afiche para las elecciones de concejales en este año, 2017, tiene esa palabra y la foto de los tres que ya lo son. Transparencia. Afiche doble paño, blanco y negro y la palabra en mayúsculas: TRANSPARENCIA.

Las declaraciones cuando se presentaron los candidatos para esta próxima elección, sin interna ni discusiones abiertas, como corresponde a los partidos de cuadros, donde pocos deciden en escritorios iluminados, comportan toda una definición.

“Y de esa manera -y en la voz de la concejal y presidente del partido, Karen Tepp-, se revelaron los tres nombres elegidos que son: en el tercer lugar, Franco Iglesia, en segundo Jesica Pellegrini y el primer candidato, Eduardo Trasante, pastor evangelista, padre de Jeremías, víctima del triple crimen de Villa Moreno, y de Jairo, quien falleció baleado en 2014”.

No es difícil advertir que es el dolor y el compromiso evangélico la medalla que ostenta el candidato, que seguramente será elegido concejal, el pastor evangélico Trasante. No es un hombre de las actividades políticas, ni de las gestiones y/o administraciones; lo es de la fe y del dolor. Claramente un actor social que conmueve por su biografía.

Previo al acto, el edil y fundador del Partido Giros, Juan Monteverde (esposo de la presidente del partido, Karen Tepp), describió a la campaña 2017 como “histórica”, refiriéndose al “proceso que tiene Ciudad Futura, que a diferencia de los partidos tradicionales, venimos trabajando con el vecino, en asambleas distrito por distrito y no sólo por el 2017 sino, en mira del 2019”.

En otro punto de las declaraciones (tomadas de un portal local, no muy claramente redactado pero igual, textualmente transcriptas) se lee:

“Después de 20 años que en Rosario gobierna la misma gente, es nuestra intención mostrar que existe otra política. Queremos construir un poder que sea diferente, un poder real, de la gente común que es el gran horizonte que queremos construir de cara al 2019”.

Los chicos de izquierda

En la charla con uno de los pocos dirigentes socialistas afligidos por el ayer, el hoy y el mañana, la referencia a este tema estaba en mi pregunta: los chicos seudo trotskistas y claramente libertarios fueron, en las elecciones anteriores, el 20% de los votos (obtuvieron 3 asientos sobre 15 en disputa y les sobró un caudal de votos) ¿qué piensa hacer el Frente Progresista Cívico y Social con esta aparición? Su respuesta fue de manual. “En todos los gobiernos progresistas aparece, a la izquierda, alguien que exige más de lo que se puede. Eso entusiasma. No está mal. El problema es la derecha, no la izquierda joven y el socialismo, de paso le digo, tiene una impresionante juventud que hace poco, con las mil ideas...”. Allí lo interrumpí.

El cartel, los carteles, los afiches de los chicos de Giros -aquéllos de un tambo en terrenos usurpados y el dulce de leche solidario, de la auditoría sobre los concejales con guardias en la puerta del recinto, los chicos del centro cultural rebelde (ex cine Gardel, Ovidio Lagos entre Córdoba y Santa Fe, donde todos los artistas saludan las fotos del Che, de Fidel, de Chávez, de CFK y NK, también de Evita)-, están en el centro de la ciudad y los define: transparencia. Si se quiere aclarar: nosotros somos la transparencia.

Qué queda para los socialistas, para los radicales, los peronistas. Qué queda para los personajes sueltos como “el canalla de la palomita”, Aldo Pedro Poy (Cuidado, es parte del FPCyS). Qué decir del simpático veterinario televisivo de los perritos: Coscia. El Concejo y su ombligo es el tema.

El Transporte Urbano de Pasajeros

El Concejo Deliberante rosarino tiene en sus manos, en este año, el TUP (Transporte Urbano de Pasajeros) una concesión para más de 750.000 boletos diarios mientras la intendente hace reformas céntricas para desalentar el auto y alentar el TUP. Tiene que resolver la concesión del Estacionamiento Medido (una facturación de muchos millones mensuales sólo por pintar los cordones y las calles) y un crédito externo a 12 años por 250 millones de dólares para variadísimas cosas, acaso refinanciar deuda corriente.

Rosario es como todas. Baches, robos, luminarias, droga, desatino. Toda ciudad es una linda y una fea. Cloacas, salud, descentralización... lo lindo ya no cuenta como argumento. Ya está. El cómodo pide más comodidad.

Los chicos de Ciudad Futura (hijos de ilusionados militantes del ‘70 en muchos casos, hijos de la democracia en todos los casos) avanzan con su actitud vital: “somos transparentes”. No quiere decir que sean buenos administrando, ni siquiera fiscalizando a la intendencia, porque han aprobado ordenanzas que son poco claras, pero allí están.

Los chicos abrieron la campaña 2017 con un mensaje que muchos socialistas y/o radicales de viejos arcones, compañeros peronistas de vetustos placares y comerciantes de libros de doble entrada, sienten como agresión. Saben la solución hace mucho tiempo: quien intenta aclarar algo deja todo más oscuro.