Las playas de Pinamar volvieron a ser escenario de una verdadera fiesta deportiva: las tradicionales Olimpiadas Médicas de la Salud reunieron a delegaciones de todo el país en jornadas donde el deporte, la camaradería y el espíritu competitivo se combinaron con la vocación de los profesionales de la salud.
En ese marco, Santa Fe reafirmó una vez más su protagonismo en la categoría +48 años, logrando un campeonato que los posiciona nuevamente como una de las delegaciones más fuertes del territorio nacional.
El certamen, que cada año crece en número de participantes y nivel de competencia, tuvo en esta edición un desarrollo vibrante. Desde la fase de grupos, el equipo santafesino mostró orden, solidez y un compromiso colectivo que se mantuvo constante a lo largo de la competencia.
A pesar de que se trata de un torneo amateur, el rigor físico, la preparación y la planificación fueron aspectos que marcaron la diferencia y permitieron a Santa Fe avanzar con autoridad hacia las instancias decisivas.
El plantel campeón estuvo conformado por Gustavo Martínez, quien además de cumplir funciones deportivas se desempeñó como manager general de la delegación, aportando organización, logística y un acompañamiento permanente a los jugadores durante todo el certamen.
Junto a él, Martín Cuestas, Cristian Serruya, Mario Miranda, Guillermo Vivas, Sergio Magnin, Martín Saborido, Pablo Favaro, Germán Baugarnerdt, Carlos Eggesti y Adrián Modotti, este último cumpliendo con solvencia su rol de director técnico, construyeron el andamiaje inicial del equipo.
También formaron parte del plantel Rafael Ocanto, Leonardo Ponce, Germán Kleinsinger, Agustín Fernández, Lucano Busaniche, Sebastián Páez, Juan Favaro, Gerardo Pigliacampo, Octavio Mauri, Monti Giménez, Omar Monti y Carlos Simoncin, todos ellos futbolistas amateurs pero profesionales de la salud que, año tras año, se dan cita en este escenario deportivo para representar a la provincia.
La amplitud del grupo, la combinación de experiencia y compromiso, y la buena respuesta física fueron claves para mantener la intensidad en cada encuentro.
La final, disputada ante la delegación de San Luis, tuvo el condimento propio de un cruce decisivo entre dos equipos con estilos marcados. Santa Fe propuso desde el inicio un juego equilibrado, con una defensa firme y un mediocampo que supo administrar los tiempos del partido.
San Luis, por su parte, intentó hacerse fuerte desde la presión alta, pero el conjunto santafesino respondió con aplomo.
El encuentro se resolvió con un solo tanto, pero uno que valió oro: Carlos Simoncin apareció en el momento justo para definir con precisión una jugada trabajada, anotando el 1 a 0 que terminaría siendo definitivo.
La emoción del gol sintetizó el esfuerzo de un plantel que supo sostener la ventaja, administrar su energía y defender con orden hasta el pitazo final. La solidez defensiva fue uno de los puntos más destacados del equipo durante todo el campeonato, y la final no fue la excepción.
El festejo llegó con la satisfacción de saber que la consagración no fue producto de un golpe de suerte, sino de un proceso sostenido a lo largo de los años.
Santa Fe viene siendo protagonista en esta categoría y en otras dentro de las Olimpiadas Médicas de la Salud, consolidando una identidad deportiva que trasciende la actividad profesional de cada integrante.
Médicos, presentes
Representar a la provincia en un ámbito donde confluyen médicos, enfermeros, kinesiólogos y trabajadores de la salud de distintos puntos del país implica un enorme orgullo y, al mismo tiempo, un compromiso que los santafesinos asumieron con responsabilidad.
Las palabras de varios integrantes del plantel coincidieron en un sentimiento común: la alegría por sumar un nuevo título y la importancia de mantener vivo el espíritu competitivo en un contexto donde el deporte funciona no solo como encuentro recreativo, sino también como espacio de bienestar y fraternidad.
Compartir la cancha, los viajes, las reuniones y cada instancia previa a los partidos genera vínculos que trascienden el resultado deportivo.
Campeones, otra vez
El triunfo en Pinamar también reafirma un sello incomparable: “Santa Fe: tierra de campeones, otra copa de campeones”. De esta manera la capital provincial sostiene una tradición ganadora que va desde las divisiones juveniles hasta los veteranos, desde el deporte federado hasta estas competencias particulares donde la pasión es el motor principal.
El título obtenido en la categoría +48 años refleja ese camino de dedicación, constancia y amor por los colores.
Con la copa en alto, los médicos santafesinos cerraron una nueva participación que los vuelve a ubicar en la cima del deporte nacional de la salud. Más allá del logro deportivo, dejaron en claro que el compromiso, la amistad y el compañerismo siguen siendo los pilares que sostienen esta historia.
Arriba los médicos de Santa Fe, que una vez más demostraron que la excelencia profesional también puede trasladarse a una cancha de fútbol.