El laboratorio Pulsar de la Universidad de Buenos Aires realizó un nuevo informe de Creencias Sociales 2025, con la mirada puesta en el perfil de las y los electores argentinos, de cara a las intermedias del 26 de octubre, pero también a futuro.
Los resultados de la encuesta de Pulsar-UBA se publicaron a comienzos de septiembre. Cuando falta poco más de un mes para los comicios legislativos nacionales, abren una perspectiva sobre la posibilidad de introducir reformas a futuro. El "núcleo duro" del peronismo y la dificultad de construir identidades "estables".

El laboratorio Pulsar de la Universidad de Buenos Aires realizó un nuevo informe de Creencias Sociales 2025, con la mirada puesta en el perfil de las y los electores argentinos, de cara a las intermedias del 26 de octubre, pero también a futuro.
¿Qué cambios podrían admitir y hasta qué punto? ¿Se mantiene la intención de voto por el mismo partido político a través del tiempo? Con los partidos atomizados, se verá que (casi) no.
El análisis se hizo entre el 27 de mayo y el 4 de junio. No se habían concretado aún varias de las elecciones provinciales que culminaron el 7 de septiembre con las legislativas bonaerenses.
Pero la muestra de 1.252 casos pertenece a todo el país porque la próxima meta es nacional: CABA y Gran Buenos Aires, interior de la provincia de Buenos Aires, Centro (incluido Gran Santa Fe), Cuyo, NOA, NEA y Patagonia. El 70 % de las opiniones se recolectaron en el interior del país.
Las preguntas que se hicieron a un 51 % de mujeres y un 49 % de hombres fueron: ¿qué piensan los argentinos sobre sus elecciones? ¿Qué tan fieles son a un partido o espacio político? ¿Defienden la obligatoriedad del voto o se inclinan por la opción voluntaria?
¿Están abiertos a incorporar nuevas modalidades de emisión del sufragio, como el voto online o postal? ¿Qué opinan sobre la elección de jueces de manera directa y por vía popular? ¿Qué tan permeables son a una posible reforma electoral? Las tres últimas consultas constituyen toda una novedad y las respuestas sorprenden.
"Los interrogantes antes planteados, que en apariencia podrían parecer meramente técnicas, en realidad iluminan un rasgo central de la cultura política contemporánea: la relación cambiante entre ciudadanía e instituciones, y la búsqueda de nuevas reglas de juego para un sistema democrático que muestra signos de desgaste", se expone en las conclusiones.
En esta suerte de radiografía del electorado nacional, encontraron que el 64 % cambia su voto según cada elección y el 28 % siempre vota al mismo partido político. Hay un 3 % que no suele votar; la encuesta fue hecha entre mayores de 18 años.
Por otra parte, los y las votantes del Peronismo se reconocen como los más fieles. ¿De dónde sale esta conclusión? Entre electores de La Libertad Avanza, un 84 % cambia el voto según la elección; los de Izquierda, un 83 %; de Juntos por el Cambio el 74 % y del Peronismo sólo el 26 %.
El dato muestra que "la emisión del voto aparece como una decisión más bien coyuntural y algo desapegada de conexiones más fuertes". En clave histórica, "mientras que el Peronismo supo consolidar una identidad política robusta, capaz de sobrevivir a contextos adversos, los otros espacios políticos aún no logran construir identidades más estables y solidificadas en raíces profundas".
"La volatilidad electoral, como ya muestran estudios comparados en América Latina, se ha convertido en un rasgo estructural de las democracias contemporáneas. El interrogante que se abre hacia adelante es cómo se sostendrán la estabilidad y el respaldo de los gobiernos en un escenario de lealtades débiles", añade el trabajo.
La obligatoriedad del voto divide aguas, aunque no en partes iguales: un 55 % piensa que debería ser obligatorio y un 43 % se inclina por el sufragio voluntario, una diferencia que, con matices, se repite en las distintas franjas de edades: 18 a 29 años, 30 a 49, y 50 a 75. Sin embargo, en 2024 la opción de la obligatoriedad crecía al 62 %.
Una vez más, el Peronismo pica en punta: el 58 % de los electores que simpatizan con este partido van por la obligatoriedad; en el otro extremo está JxC con 45 %.
Hasta ahora el voto en la Argentina es, no solo obligatorio sino también presencial. Por eso la siguiente consulta fue por la posibilidad de innovar. Un 46 % se vuelva al voto online (la mayoría simpatizan con JxC), 15 % al voto postal y 8 % al voto proxy (designar a alguien que vote en su nombre). Eso sí, un 31 % no sabe/no contesta.
Las conclusiones son, por un lado, que "existe una base de confianza importante en la incorporación de tecnología en el momento de emisión del voto: son jóvenes, votantes de Juntos por el Cambio y ciudadanos con mayor interés por la política".
"Este hallazgo dialoga con una de las tendencias globales recientes, según la cual en contextos donde la participación política enfrenta crecientes desafíos, la incorporación de tecnologías digitales aparece como una alternativa para facilitar y modernizar el proceso electoral", concluye el estudio.
Por otro lado, el tercio de los consultados que figuran en NS/NC abre dos posibilidades: "Hay una preferencia por mantener el status quo del voto presencial en formato papel, o es una expresión de desconocimiento de qué implicaría una ampliación de las herramientas disponibles para emitir el sufragio".
"Entre la tecnología, la estabilidad y la falta de información, este hallazgo muestra un punto de partida para la innovación electoral a futuro", considera el informe.
Otra novedad que incorporó esta consulta fue la posibilidad de elegir a los jueces en las urnas, una modalidad que inauguró recientemente México.
Contra todo pronóstico, el 56 % acepta esta opción contra un 34 % que cree que deben ser designados por los otros poderes del Estado. La mayoría de quienes están a favor son de LLA (59 %), seguidos por la Izquierda y el Peronismo (ambos con 56 %) y JxC (45 %).
Con las últimas preguntas: obligatoriedad del voto, innovación y jueces en las urnas, se construyeron dos grupos en virtud de su predisposición a cambios en las reglas electorales. El resultado es de un 91 % pro-reforma y un 9 % anti-reforma. Apenas un punto de partida de cara a los comicios posteriores a los de octubre que, dicho sea de paso, ya trae una novedad: la Boleta Única Papel.




