Rodrigo Pretto
Pasó más de una década batallando para cerrar el capítulo más largo de su historia. La Justicia consideró que Rubén Fangio, hasta hace dos años Rubén Vázquez, es heredero universal del múltiple campeón de Fórmula Uno. Si bien un ADN ya había demostrado que era hijo del “Chueco” de Balcarce, a partir de ahora será usufructuario de una fortuna que se calcula en unos u$s50 millones.

Rodrigo Pretto
La mañana no luce como una más en la casa de Vázquez. Los teléfonos, desde hace algunos días, no paran de sonar en el hogar una pareja de jubilados que lleva más de cincuenta años de casados y viven en la localidad bonaerense de Cañuelas. Del otro lado, la voz de una señora mayor que con una frecuencia amable pregunta quién habla. “¿Con la casa de Rubén Vázquez?”, pregunto. Y rápidamente, sonrisa de por medio, la corrección: “No, con la de Rubén Fangio”. De esa forma, con entusiasmo y buena energía se presentaba la esposa del quíntuple campeón de Fórmula Uno. Y detrás de ello, el llamado y la contestación a lo lejos que retumbaba como eco: “¡Ya voy!”.
Con Fangio no nos conocemos, ni siquiera habíamos hablado anteriormente. Pero la trascendencia de la noticia hizo, quizás, que la alegría de cerrar una larga historia judicial genere una empatía entre ambos. Jubilado con una trayectoria de 34 años en el Ferrocarril Roca, desde los 9 vive en Cañuelas y está casado hace 51. Y las vueltas que tiene la vida hizo que recién pasados los 60 sepa la verdad de sus orígenes. Hasta hace algunos años, era Rubén Vázquez. Pero empezó a dudar de su sangre paterna luego de que los huéspedes que llegaban del extranjero en donde trabajaba lo asocien por sus semejanzas físicas con el quíntuple campeón de Fórmula Uno. “Desde que comencé hasta hoy llevamos 13 años de lucha. La identidad la tengo hace un tiempo porque en 2016 se comprobó, mediante una previa exhumación del cuerpo del famoso piloto automovilístico y con los correspondientes análisis de ADN que comprobaron una compatibilidad genética del 99,99 por ciento, que era hijo de Juan Manuel Fangio. Al año siguiente la Justicia falló a favor mío reconociéndome como hijo de sangre y recién ahora se cerró el círculo con la declaratoria de heredero. Ya no hay vuelta atrás, está todo dicho. Con esto cerré el círculo de mi historia”, confesó.
Los extranjeros plantaron la duda
Los primeros indicios que empezaron a retumbar en la cabeza del hijo del famoso corredor de Fórmula Uno llegaron por personas que ni siquiera conocía. Vázquez en ese momento trabajaba como conserje en un hotel de Cañuelas tras quedar sin trabajo en el Ferrocarril Roca, en donde se desempeñó a lo largo de 34 años.
Los huéspedes, al llegar al lugar de alojamiento, reconocían en su rostro grandes semejanzas físicas con Juan Manuel Fangio. “Venía mucha gente extranjera, principalmente de Alemania, Italia y España. Todos me decían que era muy parecido sin saber que yo había nacido en Balcarce lugar de nacimiento del piloto y que el “Chueco” era mi padrino de bautismo. Yo nunca lo había pensado. Esa fue la punta del hilo. Comencé a interiorizarme un poco en la historia hasta que mi madre me contó la verdad”.
Aquel momento en el cual las dudas sobrevolaban su cabeza y decidió interrogar a su madre Catalina está más latente que nunca y se transformó en una imagen que convive diariamente en la mente del hijo del piloto. El flamante heredero universal explicó que le llevó dos días plantearle el interrogante a su progenitora considerando que a pesar que era una persona lúcida, se encontraba en una edad avanzada. “No fue fácil porque tuve que dar mil vueltas para hacerle la pregunta. La primera vez me lo negó, luego me lo confesó. Por suerte, todo lo que ocultó durante años lo aclaró en gran medida y pude saber la verdad”.
Rubén Vázquez había nacido en 1942 fruto de una relación amorosa que su madre, Catalina Basili quien murió en 2012 a los 103 años de edad, llevara durante un tiempo con Juan Manuel Fangio a principios de la década del 40‘. Reconoce que conocía al piloto que finalmente terminó siendo su padre es su padrino de bautismo aunque la relación fue casi nula en su niñez y los recuerdos son fugaces en la historia.
De Vázquez a Fangio
Recordando los trece años de lucha, nunca dudó de la Justicia a la hora de emitir un fallo. Claro que desde el inicio entendió que los tiempos, paradójicamente a la velocidad que iba su padre, iban a ser dilatados y demasiado extensos. “Con estos asuntos a uno le pasan mil ideas por la cabeza. Siempre cuestiono a la Justicia por la lentitud. Fui siempre consiente que existen pasos a seguir, pero imagínate que al tardar más de una década se adueña de parte de tu vida. Yo comencé el juicio con 63 años y hoy, todo terminado, tengo 76”.
Sin embargo, hizo un paréntesis y reconoció que en todos estos años se abrió un signo de interrogación considerando que la persona que estaba en la escena principal era nada más y nada menos que múltiple campeón mundial de automovilismo. “Todo va llegando, al principio creía que no lo iba a poder lograr. Y hubo muchos inconvenientes en el medio. Las trabas y los problemas existentes considero terminaron demorando más de un año la sentencia final del caso”.
Fangio aclaró que nada modificó ni alteró la cotidianeidad de sus días. Aunque no dejó pasar por alto que llevar adelante durante más de una década un proceso judicial le costó mucho sudor. “Sigo siendo como Rubén Vázquez. A esta altura es difícil que cambie, continúo siendo lo que fui desde niño”.
El hijo del mundialmente famoso piloto contó también que recién tomó contacto con su medio hermano Oscar Espinosa al momento en que comenzó a recorrer los medios de comunicación luego de comprobarse el ADN. “Con Cacho tenemos una buena relación. Cuando me vio en televisión me llamó y me dijo que no había dudas que era su hermano. No tenemos un contacto diario porque vivimos a muchos kilómetros de distancia”. Y a su vez se mostró “orgulloso” de llevar la sangre del quíntuple campeón de Fórmula Uno. “Tuve la suerte de recorrer el año pasado algunos países de Europa. Y ahora me invitaron para concurrir al Reino Unido a la fecha de F1 que se disputará en el circuito de Silverstone. En el viejo continente lo quieren más que acá, es hablar de un dios”.
Fangio, más que un apellido
Fangio, a pesar de ser un apellido, se ha transformado en una marca mundial por la trascendencia del corredor a lo largo de toda la historia. Se estima que la herencia que dejó el piloto supera los 50 millones de dólares. Hace pocos días, el Juzgado Civil N° 19 del Poder Judicial de la Nación declaró a Rubén como heredero universal, dejando en su poder el patrimonio que dejó su padre.
Por eso ahora será tiempo de administrar los más de veinte rubros que incluye el sello que cuenta con vinos, relojes, autos a escala y de producción, indumentaria, trofeos y hasta combustibles, entre otros. Uno de los herederos consideró que a su fortuna la dejará en manos de sus abogados Miguel Ángel Pierri, Esteban Bagnato y Lisandro Faisal. “Quiero estar un poco alejado de los negocios, no es lo que me interesa. Tengo ganas de seguir con mi vida tranquila como lo hice hasta ahora en Cañuelas, un lugar donde pasé mi vida. La calma es algo que no tiene precio y no me gustaría que esta situación rompa eso. Hago la vida de todo jubilado. Cuido a mis nietos, paso el tiempo con mis hijos y familia. Mis días transcurren con una jubilación baja. La herencia no es algo que me preocupe”.
Un padre campeón
Juan Manuel Fangio nació en Balcarce un 24 de junio de 1911 y falleció el 17 de julio de 1995 a los 84 años de edad. Es considerado como uno de los mejores pilotos profesionales de automovilismo de toda la historia por haberse coronado quíntuple campeón mundial de Fórmula Uno debutó en 1947 tras lograr las temporadas de 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957, y los subcampeonatos de 1950 y 1953. Se retiró como corredor un 6 de julio de 1958 luego haber integrado los equipos de Alfa Romeo, Mercedes Benz, Ferrari y Maserati. A nivel nacional, el “Chueco” comenzó su carrera en Turismo Carretera en 1938 con un Ford V8.




