Mariana Rivera
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Uno de cada 15.000 recién nacidos vivos padece fenilcetonuria, una enfermedad hereditaria que -detectada a tiempo- evita complicaciones en el sistema nervioso central y daño cerebral en los bebés. Por ley, en nuestro país es obligación que a todos ellos se les haga un análisis de sangre -un pinchacito en el talón- para detectar precozmente esta y otras enfermedades congénitas y, así, comenzar un tratamiento.
Sin embargo, existe una enfermedad igual de frecuente que la fenilcetonuria, para la cual no existe un programa oficial de detección precoz: el retinoblastoma bilateral, un tumor canceroso de la retina del ojo del bebé.
La advertencia surgió de un hematólogo y oncólogo de Buenos Aires que estuvo capacitando y profundizando relaciones con sus colegas del hospital de Niños Dr. Orlando Alassia de nuestra ciudad: el Dr. Guillermo Chantada, del hospital Garrahan. Compartió esta actividad -organizada por la Fundación Mateo Esquivo, la Dirección de Docencia del Alassia, y la filial Santa Fe de la Sociedad Argentina de Pediatría- con su colega, la Dra. Lucía Richard, del Hosp. Universitario Austral.
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