La mujer detenida el martes durante un allanamiento en calle Güemes al 8100 fue imputada y condenada este jueves, por la tenencia ilegítima de armas de fuego de guerra, tras lo cual recuperó su libertad. Los investigadores buscaban a su hija, quien estaría relacionada con el homicidio de Mayra Tapia, ocurrido el 16 de diciembre del año pasado.
El procedimiento fue solicitado por el fiscal Andrés Marchi en el marco de la causa que investiga el homicidio de Tapia -quien falleció de un disparo en la cabeza-. Con la autorización del juez Sergio Carraro, el Grupo de Operaciones Especiales de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) irrumpió en el domicilio en busca de la joven que conducía el auto en el que se encontraba la víctima al momento de ser atacada.
No solo buscaban a la muchacha, sino que esperaban encontrar armas y dispositivos electrónicos que estuvieran relacionados con la causa. No hallaron a la sospechosa, sólo a su madre, de 62 años, y dos armas de guerra dentro de una de las habitaciones de la finca: una pistola semiautomática marca Taurus calibre 9 milímetros con un cargador y diez cartuchos intactos y, una pistola ametralladora Intratec calibre 9 milímetros con dos cargadores y 66 balas.
Los fiscales de la Oficina de Flagrancia, Sebastián Szeifert y Arturo Haidar, se hicieron cargo de la causa contra Elvira Etelvina Garnica. En 48 horas, la mujer fue detenida, imputada y firmó un acuerdo de juicio abreviado. El juez de la IPP Gustavo Urdiales la condenó en audiencia a la pena de 3 años de prisión en suspenso y ordenó el cese de prisión, tal como lo solicitaron los abogados particulares Nicolás Torres Del Sel y Natalia Giordano.
La noche del lunes 16 de diciembre Mayra Tapia, de 26 años, fue atacada cuando iba a bordo de un Fiat Siena color gris, junto a otra mujer. Los gritos de auxilio de la conductora, que frenó de golpe en la intersección de avenida Aristóbulo del Valle y Espora, alertaron a quienes transitaban por la zona.
Dentro del vehículo estaba Mayra, herida de muerte, con un disparo en la cabeza. Fue trasladada de urgencia en ambulancia al Hospital José María Cullen, donde falleció una hora más tarde. Su amiga manifestó que marchaban por avenida Facundo Zuviría y cuando doblaron por calle Azcuénaga, en dirección a barrio Pompeya, comenzó a escuchar una lluvia de balas y sentir los impactos en el auto. Cuando miró a su amiga, observó que se había desvanecido y tenía sangre en la ropa. Se tarta de la misma muchacha que hoy es buscada por los investigadores, ante la sospecha de que habría tenido algún grado de participación en el asesinato.