“Él es el asesino de mi hermano”, dijo Iván Leandro con firmeza ante el jurado
Fue el primero en declarar y señalar sin dudas al único imputado por el crimen de Lautaro. Se trata de uno de los testigos directos del hecho, porque trajo a su hermano hasta Santa Fe para comprar una moto. También se escuchó este lunes a un amigo y una amiga que los acompañaban en el auto cuando sucedió el ataque.
“Él es el asesino de mi hermano”, dijo Iván Leandro con firmeza ante el jurado
“Lato” fue asesinado de un disparo en la nuca, en las calles de barrio Coronel Dorrego de la ciudad de Santa Fe. Lautaro Leandro tenía 22 años y había viajado desde provincia de Buenos Aires para concretar “el sueño de su vida”, comprar una moto Honda Tornado. Por el crimen, ocurrido en septiembre de 2022, está siendo juzgado Iván Oscar Carrizo, un joven que fue arrestado pocas horas después del hecho. Este lunes por la tarde, comenzaron a declarar los testigos frente al jurado y la jueza Rosana Carrara.
En primer lugar, el fiscal Estanislao Giavedoni llamó al estrado a Iván Lorenzo Leandro, hermano de la víctima. Él contó que “Lato” trabajaba y además era artista, músico para ser más precisos. También relató como su hermano menor por semanas buscó opciones de motos que se ofrecían en distintas provincias. Buscaba precio. Buceaba por redes sociales. Finalmente, consiguió lo que le pareció una buena opción en Santa Fe.
Tras algunas idas y vueltas con el vendedor, después de varios días, Lautaro arregló el precio. Se trataba de un monto de dinero y una consola de videojuegos para completar.
Por el crimen, ocurrido en septiembre de 2022, está siendo juzgado Iván Oscar Carrizo.
Quiebre
“Mi hermano me mandó fotos de la cédula y de la patente. Todo estaba en regla. Entonces se decidió y fuimos para Santa Fe en mi auto. Un amigo y una amiga nos acompañaron. Todo era risas y alegría en el viaje. Él estaba contento. Había trabajado duro para llegar a su sueño, en el sector de salud de Lomas de Zamora, como delivery, comprando y vendiendo muebles los fines de semana. Cuando llegamos no sospechamos nada… era un barrio parecido al nuestro”, recordó el testigo.
Mostró en imágenes que se proyectaron en la sala dónde se encontraron con los supuestos vendedores, dos jóvenes, en la esquina de Saavedra y Larrea, en el sector noreste de la ciudad. Después contó cómo Lautaro se bajó del vehículo para terminar de concretar la operación y se quebró antes de llegar a la parte más dramática de su relato.
Cuando logró recomponerse, señaló que en un momento Lautaro le gritó “corran” y trató de alejarse a la carrera, pero cayó desplomado aproximadamente a media cuadra. “Yo traté de interponer el auto entre los delincuentes y mi hermano, pero igual le dieron. Los dos ladrones tiraban. Se escucharon como 20 disparos”, puntualizó.
También destacó que algunas balas impactaron en el auto y una de ellas fue aparar adentro de la consola de juegos que estaba en una bolsa, colgada de uno de los asientos traseros. “La Play nos salvó la vida, porque alguno de los que estábamos en el auto podría haber muerto también”, aseguró Iván.
Lautaro “Lato” Leandro tenía 22 años y soñaba con comprarse una moto Honda Tornado.
Reconocido
En otro tramo de su testimonio, al ser consultado por el fiscal, miró fijo al acusado y disparó sin mostrar la mínima duda: “Él es el asesino de mi hermano. Lo mató como a un perro. Destruyó a una familia. Cuando ‘Lato’ estaba tirado en el piso y agonizaba, le revisó los bolsillos y le robó sus pertenencias”.
A continuación, describió cómo fue la rueda de reconocimiento realizada pocas horas después del hecho. Entre varias personas señaló ese día a Carrizo como uno de los autores de los disparos. “Estaba vestido igual, pero sin la campera”, especificó.
“Queremos justicia, una condena ejemplar. A mi hermano lo mataron porque sí. Nunca dijeron ‘esto es un robo’. Directamente, nos dispararon a matar. Los vecinos no nos ayudaban. No sabían quiénes éramos. Uno de ellos finalmente nos socorrió y manejó mi auto hasta el hospital. Nos costó cargar a Lautaro en el asiento de atrás. Yo sabía que se iba a morir. Tenía el tiro en la nuca. Una vez en el hospital, mientras la policía revisaba el auto yo veía que sonaban los teléfonos adentro. A mí me llamaba mi papá y al aparato de mi hermano lo hacía mi mamá. Finalmente, le pude decir a mi padre que le habían disparado a ‘Lato’, pero no le dije adonde. No pude”, dijo el testigo.
Por su parte, la defensa del acusado, encabezada por Virginia Balanda, buscó en el contrainterrogatorio de los testigos remarcar que los tres se encontraban dentro del auto y que en ningún momento descendieron. La estrategia apuntaría a instalar la duda sobre la claridad con la que pudieron identificar a quienes efectuaron los disparos.
Amistad
Luego declararon las otras dos personas que acompañaron a los hermanos hasta Santa Fe.
Oscar, “amigo de toda la vida” de la víctima, recordó cómo durante el viaje los “vendedores” mensajeaban a “Lato” para “apurarlo”. Le pasaron una dirección y se fijaron en Google, pero como era un descampado se negaron. Entonces le pasaron la ubicación donde terminaron yendo.
“Lato era músico. El día anterior había estrenado una canción y la fuimos escuchando todo viaje. Mencionaba en la letra la moto que había tenido antes”, manifestó.
Este joven relató luego cómo mientras uno de los delincuentes dialogaba detrás del auto con “Lato”, el otro se asomó por la ventanilla, miró la Play y preguntó: “¿Funciona o no funciona?”. Oscar asintió. “Entonces le hizo una seña al otro sujeto y dijo ‘dale’. Lautaro comenzó a correr y nos gritó para que escapemos”.
Oscar no tiene dudas de que fue Carrizo quien se acercó para interrogarlo sobre la consola y deslizó que en realidad lo que quería era saber quiénes viajaban en el auto.
Oscar coincidió en que fueron múltiples los disparos que se escucharon y que los dos asaltantes abrieron fuego.
"De barrio"
Al ser consultado por la fiscalía, también apuntó directamente al acusado como autor del hecho. “Me gustaría que me diga por qué lo hicieron. Es un pibe de barrio como nosotros. Arruinó a una familia. No saben la cantidad de gente que lo quería. Era una excelente persona, confiada. Por eso le pasó lo que le pasó. Espero que se haga justicia”.
La última en hablar fue Ana, la otra amiga de la familia que los acompañó en el auto. Ella fue quien llamó a la Central 911 instantes después del ataque. El estremecedor audio se reprodujo durante la audiencia. Ella quería pedir auxilio, pero no sabía dónde se encontraba, no conocía el lugar ni las calles. “Todavía está vivo el chico”, se oye en un momento, entre gritos desesperados y una situación totalmente caótica de fondo.
El fiscal le preguntó si volvió a ver al asesino luego del ataque y ella dijo que sí, que se lo había encontrado en la comisaría al día siguiente. Entonces, miró fijamente al imputado y enfatizó: “Espero que se haga justicia. No sólo por ‘Lato’, sino por todas las víctimas que matan lacras como vos. Veo la culpa en tus ojos”.