En una de las últimas resoluciones del año en los tribunales de la ciudad de Santa Fe, el juez penal Sergio Carraro condenó a un ladrón de 20 años. Fue la segunda sentencia de este tipo impuesta a Rodrigo Adrián Valenzuela durante el 2025.
Impusieron cinco años de prisión al hombre de 20 años. La pena fue unificada con una anterior, tras la comisión de cuatro nuevos delitos, todos en la vía pública de Santo Tomé.

En una de las últimas resoluciones del año en los tribunales de la ciudad de Santa Fe, el juez penal Sergio Carraro condenó a un ladrón de 20 años. Fue la segunda sentencia de este tipo impuesta a Rodrigo Adrián Valenzuela durante el 2025.
La resolución, fechada el 30 de diciembre, puso fin a un proceso que unificó diversos legajos por delitos contra la propiedad cometidos en la vía pública de la ciudad de Santo Tomé.
El acuerdo de juicio abreviado fue presentado por el fiscal Marcelo Nessier y la defensora pública Lucía Mognaschi, quien prestó conformidad para que el imputado admitiera su responsabilidad en los hechos y aceptara la imposición de la pena convenida.
Carraro también declaró reincidente a Valenzuela, quien ya había sido condenado el 27 de febrero del 2025 a tres años de prisión en suspenso. Al volver a delinquir, se revocó la condicionalidad anterior y se aplicó la pena única de cinco años de prisión de cumplimiento efectivo.
El legajo de Valenzuela detalla la actividad criminal que desplegó durante los últimos cinco meses del año.
El 19 de agosto fue sorprendido en la Ruta 19 con una motocicleta Honda Wave que había sido robada horas antes. Un mes más tarde, el 26 de septiembre, rompió la ventanilla de un Fiat Siena estacionado en calle Frutos al 3200 para sustraer una moladora, cajas de herramientas y equipos de pesca.
La persistencia delictiva continuó el 1 de octubre, cuando intentó forzar las medidas de seguridad de una Gilera 110cc sobre calle Macia al 3500, siendo aprehendido en las inmediaciones tras el aviso del propietario.
Finalmente, su raid concluyó la madrugada del 16 de diciembre en la intersección de Aristóbulo del Valle y Entre Ríos. Allí, Valenzuela fue capturado mientras intentaba sustraer el radiador de una camioneta Dodge, tras haber cortado los cables y forzado el capot del vehículo.
La fiscalía calificó estos hechos como encubrimiento, tentativa de robo simple y robo calificado de vehículo dejado en la vía pública. En los fundamentos del acuerdo, se destacó la "refractariedad a las normas de convivencia" del imputado, quien en un corto lapso de tiempo demostró un desprecio total por la propiedad ajena.
Se solicitaron dos años de prisión por los nuevos delitos y, al unificarse con la sentencia previa de tres años que había sido dictada bajo modalidad condicional, el total ascendió a cinco años tras las rejas.
Al ser declarado reincidente, el joven no podrá acceder a beneficios de libertad anticipada con la misma facilidad que un primer condenado.
En el último de los hechos atribuidos a Valenzuela -el intento de robo del radiador-, también participó Andrés Fabricio Villalba.
El hombre de 22 años también fue llevado ante la justicia y recibió su propia condena el 24 de diciembre, dictada por la jueza Cecilia Labanca. En su caso, la pena fue de tres años de prisión de cumplimiento condicional, ya que carecía de antecedentes penales previos.
A diferencia de su compañero, Villalba enfrentó cargos por la tenencia ilegítima de un revólver calibre 38 especial con la numeración suprimida, arma que había descartado dentro de una mochila roja durante una persecución policial en enero de 2024. A esto se le sumó un encubrimiento y dos robos de vehículo dejado en la vía pública.
Además de la pena en suspenso, se le impuso una multa de $10.000 y estrictas reglas de conducta, incluyendo la prohibición de portar armas y mantener una distancia de 300 metros respecto a una de las víctimas.