Aumentan las alarmas comunitarias y bajan los índices delictivos en Santa Fe
Claudio Zapata, subsecretario de Seguridad Ciudadana, explicó cómo el refuerzo tecnológico, la articulación con la policía y la participación vecinal contribuyen a mejorar la prevención y la rapidez de intervención ante emergencias.
Aumentan las alarmas comunitarias y bajan los índices delictivos en Santa Fe
La ciudad de Santa Fe muestra una tendencia positiva en materia de seguridad ciudadana: crece el número de alarmas comunitarias y se registra un leve pero constante descenso en los índices delictivos, especialmente en los barrios donde estos dispositivos están en funcionamiento.
Así lo afirmó Claudio Zapata, subsecretario de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad, quien detalló cómo se lleva adelante el trabajo conjunto con la policía, la provincia y los propios vecinos. “En nuestro primer semestre vivimos una leve tendencia a la baja y en lo que va de este segundo semestre también vemos que van bajando”, explicó.
La estrategia se basa en combinar recursos tecnológicos con presencia territorial: “Una programación en el tener el binomio policial junto con la GCI. La policía por su lado y el Ministerio de Seguridad cambió su sistema de policiamiento y de cuadrículas en la calle y nosotros le sumamos también alarmas comunitarias a través de un programa de provincia”, detalló.
Más dispositivos y mayor cobertura
Actualmente, el centro de monitoreo de la municipalidad controla 463 alarmas comunitarias. “Cuando asumimos teníamos 423 y le hemos sumado 40 dispositivos más. 20 que fueron por un programa, de nuestro senador Julio "Paco" Garibaldi, y 20 dispositivos que fueron adquiridos por los vecinos organizados a través de sus vecinales”, precisó Zapata.
El objetivo es reforzar la seguridad especialmente en los barrios que tienen más dificultades económicas para adquirir estos sistemas. “El senador Garibaldi dispuso de cierto número de alarmas para esos barrios y esos vecinos que tienen menos posibilidad, no de organizarse sino de adquirir por lo económico, por el valor económico”, detalló el subsecretario.
Crece el número de alarmas y se registra un descenso en los índices delictivos. Crédito: Mauricio Garín.
Respecto a los costos, Zapata explicó que “los dispositivos cuestan entre 800.000 y 1.200.000 pesos, dependiendo si quieren dos bocinas, cuatro bocinas o una sola”. Y agregó que, a través de la organización entre vecinos, se puede repartir el gasto: “Se organizan entre unos 50.000, 60.000 pesos o 35.000 pesos por persona, dependiendo de las características que elijan”.
Además, destacó que en barrios como Candioti y Roma, el efecto se nota especialmente: “Vemos la utilización, pero eso no significa que los vecinos no sigan organizándose y solicitando asesoramiento técnico para ver qué equipos pueden comprar en su cuadra”.
Cómo funciona el sistema
El sistema de alarmas comunitarias en Santa Fe tiene tres disparadores:
Un botón para prender luces y acompañar situaciones cotidianas, como pasear la mascota o esperar el colectivo.
Un botón disuasorio que activa un sonido, útil para alertar entre vecinos, por ejemplo, ante hechos menores como tirar basura fuera de lugar.
Un tercer botón que envía una alerta directa al centro de monitoreo, que a su vez coordina con el 911 y las fuerzas de seguridad.
“Tenemos identificado con el celular las personas que son responsables de ese botón y lo podemos llamar, independientemente que el policía ya está en camino porque el monitoreador disparó la alerta a través del 911”, explicó Zapata. Este seguimiento busca optimizar recursos: “Lo que nosotros queremos es ocupar un recurso que es tan importante como un patrullero cuando realmente es necesario”.
El centro de monitoreo de la municipalidad controla 463 alarmas comunitarias.
Según Zapata, el tiempo de respuesta promedio ante una alerta es de entre 7 y 8 minutos, gracias al trabajo coordinado con el Ministerio de Seguridad, la Policía y el sistema de comunicaciones Tetra, que es digital y encriptado.
Finalmente, el funcionario subrayó la importancia del acompañamiento técnico y de la organización vecinal para el éxito del programa: “Lo que compren para las personas y para los barrios que se organizan tiene que ser compatible con nuestro software”. La combinación entre participación ciudadana, tecnología y articulación con las fuerzas de seguridad parece dar resultados alentadores en la ciudad.