El relato de un veterano que ayudó a rescatar sobrevivientes del "Belgrano"

Un 2 de mayo de 1982, pasada la hora 16, ocurriría uno de los episodios más tristes de la Guerra de Malvinas: el hundimiento del Crucero Ara “Gral. Belgrano”, que se produjo fuera de la zona de guerra establecida (zona de exclusión). El ataque al crucero, torpeado por un submarino nuclear inglés, causó la muerte de 323 argentinos. Los soldados que sobrevivieron debieron soportar muchas horas en las balsas, en un gélido mar, hasta la llegada de los buques de rescate. Hoy sábado hubo se realizó un homenaje a los caídos del Belgrano, en el Centro de Ex Combatientes de Malvinas de Santa Fe.

Juan Saromé es un veterano de guerra santafesino que tripuló el Crucero Ara “Bouchard”. La misión de esta embarcación era escoltar al “Belgrano”, y tras el hundimiento, emprendió el operativo de rescate de los sobrevivientes. En esa misión, junto al “Bouchard” estaban el ARA “Piedra Buena” y los buques Gurruchaga y el Bahía Paraíso -dentro de un grupo de tareas específicos para el rescate-, además de varios aviones.

“A las 36 ó 38 horas se inició el rescate de los sobrevivientes, ya que las balsas estaban esparcidas, alejadas entre sí. Éstas fueron localizadas por un avión de la Armada Argentina para que los buques de rescate por nuestros colegas para iniciar el rescate de la tripulación. Fue algo que nos llegó mucho al alma, en forma definitiva y para siempre”, relató Saromé en diálogo con El Litoral.

El ex combatiente santafesino estaba en el Centro de Operaciones en Combate -sector radares- del “Bouchard”. “Yo escuché cuando el avión detectó al crucero ya hundido. Fue una situación muy extrema. Y cuando llegamos eran muchas balsas; sabíamos que nuestros compañeros sobrevivientes la estaban pasando muy mal”, dijo.

La situación de las embarcaciones escoltas era muy particular, porque al ser bombardeado el Belgrano, debían replegarse para que la flota argentina no perdiera más embarcaciones: “Al submarino inglés (que atacó al Belgrano) nadie lo podía ver; si nos quedábamos cerca y volvía a atacar, podíamos perder de 350 a 400 hombres más”, explicó Saromé.

“El recuerdo principal es sobre compañeros caídos, que quedaron en custodia eterna en el mar argentino. Mis recuerdos quedan muy contenidos, porque fue un doloroso”, se sinceró.

A 38 años del hundimiento del Crucero Gral. Belgrano, “la recordación de un nuevo aniversario es muy cara para nuestros sentimientos como veteranos. Y más aún, en estos momentos de pandemia. Porque creo que se interpreta aquel episodio a partir del prisma de lo que pasa hoy en el país y el mundo. Hoy es triste el recuerdo, pero se sigue sosteniendo la causa Malvinas. ¿Cómo? Tratando de estar cerca del prójimo y de quien más necesita de nuestra ayuda”, aseguró Saromé.

Hoy la sede del Centro de Ex Combatientes es lugar de alojamiento de personas en situación de calle, las cuales, por su condición de vulnerabilidad social, están más expuestas al contagio del coronavirus. Es uno de los dispositivos de contención social habilitados, en trabajo articulado con el municipio.