La ganadería y la lechería muestran signos de fortaleza, sostenidos por expectativas positivas y condiciones climáticas más favorables. Así lo refleja la última edición de la Encuesta SEA CREA, correspondiente a julio.
Ambas actividades muestran signos de fortaleza, sostenidos por expectativas positivas y condiciones climáticas más favorables. Así lo refleja la última encuesta del mes de julio.

La ganadería y la lechería muestran signos de fortaleza, sostenidos por expectativas positivas y condiciones climáticas más favorables. Así lo refleja la última edición de la Encuesta SEA CREA, correspondiente a julio.
Según la encuesta, en el caso de la ganadería bovina, una amplia mayoría de las empresas consultadas señaló que mantuvo o incluso incrementó la cantidad de vientres paridos o por parir en comparación con el año anterior. Esta tendencia se vincula tanto con una visión optimista del negocio como con mayores niveles de reposición.
A pesar de que los índices reproductivos se mantuvieron estables en promedio a nivel país, en regiones del norte se observaron caídas más marcadas por problemas sanitarios y climáticos. En cuanto a la recría, el pasto volvió a ser el recurso principal, aprovechando su disponibilidad durante el invierno.
Respecto al engorde o terminación de animales con grano, un 59% de los encuestados continuará con el mismo esquema que el año pasado, mientras que un 25% planea aumentar la ocupación de corrales y un 16% anticipa una reducción, según lo revelado por CREA.
En el caso de la ganadería ovina, la encuesta —que alcanzó a 51 empresas con esta actividad— refleja una caída proyectada del 4% en los vientres en servicio, en una señal de retroceso que contrasta con las demás categorías.
Por su parte, el sector tambero espera un crecimiento interanual del 8,9% en la producción de leche para el próximo cuatrimestre, una mejora que abarca todas las cuencas relevadas por CREA, con especial protagonismo en las del norte de la región pampeana.
Las razones detrás de esta suba son principalmente dos: las mejores condiciones climáticas previstas y una relación insumo/producto más favorable. Sin embargo, no todo es positivo.
El informe también advierte sobre un deterioro financiero, reflejado en el aumento de los plazos de cobro, que actualmente promedian los 32 días —el valor más alto desde fines de 2023—.
Este aspecto muestra una fuerte disparidad regional, con mayores demoras en las cuencas lecheras de Santa Fe y Córdoba.




