Trazabilidad individual, electrónica y obligatoria: para Víctor Tonelli es la “llave de las exportaciones a futuro"

Durante la reciente Jornada Ganadera organizada por Coninagro, el consultor Víctor Tonelli destacó la importancia estratégica que tendrá la trazabilidad individual, electrónica y obligatoria para la ganadería argentina, considerando que el futuro del sector dependerá cada vez más de las exportaciones ante la caída sostenida del consumo interno.

Tonelli proyectó que "el consumo por habitante y por año de la Argentina va a caer estructuralmente o seguir cayendo en el ritmo que viene cayendo". Al respecto, planteó que hace 30 años el consumo era de 70 o 75 kilos, mientras en la actualidad oscila entre 45 y 50 . "De acá a 10 años, por poner un horizonte más o menos largo, vamos a estar consumiendo menos de 40", dijo. Por lo que con 2.100.000 toneladas "vamos a satisfacer la demanda del mercado interno", mientras "nos va a sobrar todo el resto de lo que produzcamos”.

Luego, planteó que si las políticas macroeconómicas acompañan y no hay restricciones a las exportaciones, Argentina podría llegar a producir entre 3.500.000 y 3.800.000 toneladas de carne, lo que duplicaría el volumen de exportaciones actuales. Este aumento requerirá, según el consultor, "aperturas de mercados, negociaciones de aranceles y cumplimiento de reglamentaciones impuestas por los países de destino".

La llave de acceso

El especialista destacó que la trazabilidad es el "pasaporte al éxito" de la ganadería argentina en los mercados internacionales. "Para mí, la trazabilidad es la llave de las exportaciones a futuro", aseguró, enfatizando que no puede ser voluntaria, ya que debe ser implementada a nivel país. Actualmente, si bien existe trazabilidad obligatoria en ciertos mercados como la Unión Europea, muchos productores no están obligados a identificar individualmente a los animales destinados al mercado interno o a países con menos exigencias.

Tonelli insistió en que sin una trazabilidad robusta y confiable, será difícil acceder a mercados clave como Japón, Corea o Indonesia, que imponen barreras sanitarias y paralancelarias cada vez más estrictas. "Los mercados son cada vez más rígidos en términos de sanidad, no solo en relación a la fiebre aftosa, sino a cualquier enfermedad que pudiera afectar a humanos o animales", explicó.

Deforestación y huella de carbono

Otro punto central del análisis fue la creciente presión internacional por garantizar la sostenibilidad ambiental de los productos exportados. Tonelli señaló que Europa ha postergado un año la implementación de sus exigencias de trazabilidad relacionada con la deforestación, pero no ha abandonado el requisito. A partir de 2025, el mercado europeo exigirá que toda carne y cuero exportados al continente cuenten con trazabilidad animal y ambiental, lo que implica que los productores deberán responder por el origen de sus productos y su impacto ambiental, incluyendo la huella de carbono y el bienestar animal.

Según Tonelli, la trazabilidad individual será esencial para cumplir con estas nuevas exigencias, y advirtió que los pequeños y medianos productores podrían verse perjudicados si no se adoptan soluciones integrales. "Un campo de ciclo completo puede responder a estas exigencias, pero no lo podrá hacer el resto de los productores sin una trazabilidad individual y electrónica", concluyó.