Por Tomás Rodríguez
Fue el hombre que con un ojo clínico "descubrió" a aquéllos pibes que formaron uno de los mejores equipos de la historia del fútbol argentino, como resultó la selección juvenil campeona del mundo con Maradona en 1979 en Japón.

Por Tomás Rodríguez
Hace tres lustros, el 19 de marzo de 2006, en el hospital Pirovano de Buenos Aires, entró en la inmortalidad el gran Maestro, Ernesto Emilio Duchini, detector de talentos del fútbol argentino, descubriendo a muchos jóvenes que triunfaron en el balompie nacional e internacional. Sus restos fueron velados en la sede del Club Chacarita Juniors, en Villa Crespo e inhumados en el cementerio homónimo.
El Maestro Duchini nació el 10 de noviembre de 1910 en Charcas y Pueyrredón en pleno Barrio Norte porteño y a los ocho años se mudó a Chacarita; siendo su primer club Pequeño Alumni que estaba en Concepción Arenal y Triunvirato. Jugaba de defensor lateral derecho y a los 15 llegó al tricolor y debutó a los 18 -en 1929- en primera división del amateurismo, frente a Sportivo Buenos Aires y le tocó marcar a Carlos "Barullo" Peucelle, otra gloria del balompié nacional.
Jugó, hasta su retiro, 145 partidos anotando cinco tantos. Fue compañero de otro funebrero de corazón, el italiano Renato Cesarini (futbolista y técnico) y de River Plate, el adiestrador de La Máquina millonaria y del seleccionado argentino. Cuando regresó a su país de origen dio la vuelta olímpica con la Juventus de Turín; después volvió a la Argentina que tanto amaba.
Francisco "Pancho" Varallo ?otrora famoso goleador de Gimnasia y Esgrima y Boca Juniors- lo definió en un reportaje a Clarín como jugador: "No le pegaba a nadie; jugaba demasiado bien al fútbol, como para preocuparse en golpear. Daba gusto verlo en la cancha con esa elegancia y una pinta bárbara; de hecho, las dos únicas expulsiones durante su carrera fueron por protestar a los árbitros".
Como adiestrador trabajó en cuatro clubes; comenzó en Chacarita Jrs. al año siguiente de su retiro y dirigió al funebrero en varios ocasiones, logrando el ascenso a primera división en 1941 (Isaac López, F. Cassan y R. Vilela, 26 triunfos, 6 empates y 2 derrotas, 92 goles a su favor y 35 en contra, 13 unidades más que su escolta, Colegiales); luego se abocó a las inferiores del tricolor; también estuvo en River Plate de 1958 al 60; un año después en Racing Club y en San Lorenzo entre 1965 y 1971. Muchas veces fue tentado para dirigir primera categoría, pero prefirió continuar con su verdadera vocación: las divisiones inferiores.
Duchini también estuvo a cargo de los seleccionados juveniles argentinos desde 1954, fue nombrado asesor de las divisiones men ores una década más adelante y armó junto a César Luis Menotti el recordado equipo juvenil de 1979 que se consagró campeón mundial en Tokio (Japón).
Su ojo clínico fue el que permitió constituir otro recordado conjunto que también de la mano del "Flaco" Menotti, se adjudicó el Torneo Esperanzas de Toulón (Francia) 1975, con la presencia de Américo Rubén Gallego, Alberto César Tarantini, Daniel Alberto Passarella, José Daniel Valencia y Ricardo Daniel Bertoni, quienes tres años más tarde fueron campeones mundiales con el seleccionado mayor.
El 19 de marzo de 2006 el fútbol conmemoró un nuevo Día del Maestro, Duchini se despidió físicamente, pero muchos jugadores y fanáticos lo seguirán recordando por la extraordinaria enseñanza que dejó en el deporte. Sus restos fueron velados en la sede de Chacarita Juniors, Teodoro García 3950, en el barrio de Villa Crespo, y posteriormente trasladados al cementerio de la Chacarita.
Homenajes
En su honor, por el descubrimiento de varios jóvenes talentos como Roberto Perfumo, Carlos Ischia, Juan Carlos Puntorero, Oscar Más, entre muchos otros, se creó una Academia de Juveniles (Centro Deportivo) en Villa Constitución y un predio en el balneario Costa Bonita de Necochea que hoy llevan su nombre.




