Este viernes 2 de mayo quedará marcado para siempre en la historia de la NBA. Los San Antonio Spurs anunciaron que Gregg Popovich, el legendario coach de Manu Ginóbili, dejará su cargo como entrenador tras 29 temporadas y asumirá un nuevo rol como presidente de operaciones de baloncesto de la franquicia. Se trata del final de una era que cambió para siempre la forma de concebir el básquet profesional.
“Aunque mi amor y pasión por el juego siguen intactos, he decidido que es momento de dar un paso al costado como entrenador en jefe”, expresó Popovich en un comunicado difundido por el equipo. “Estoy eternamente agradecido con los maravillosos jugadores, entrenadores, empleados y fanáticos que me permitieron servirles como entrenador de los Spurs y me entusiasma la oportunidad de seguir apoyando a la organización, la comunidad y la ciudad que tanto significan para mí.”
Gregg y sus 5 títulos silenciosos. Foto: ReutersEl arquitecto de una dinastía silenciosa
Desde 1996, cuando tomó las riendas del equipo texano, Popovich fue mucho más que un entrenador. Fue el arquitecto de una cultura. En una NBA cada vez más dominada por el marketing y el ego, él apostó por el trabajo colectivo, la humildad, el sacrificio y la coherencia. El resultado fue una dinastía sin estridencias: cinco títulos de campeón (1999, 2003, 2005, 2007 y 2014), 1.422 victorias en temporada regular (récord absoluto en la historia de la liga) y un respeto unánime dentro y fuera de las canchas.
El entrenador que forjó a leyendas como Tim Duncan, Tony Parker, Manu Ginóbili y Kawhi Leonard, también dejó una marca indeleble por su capacidad para formar personas tanto como jugadores. Su estilo de liderazgo, firme pero empático, transformó a San Antonio en un modelo de organización deportiva.
Gregg Popovich es, fue y será San Antonio Spurs. Foto: ReutersPop, el mentor y la voz incómoda
Pero la influencia de “Pop” trascendió lo deportivo. Siempre dispuesto a opinar sobre temas sociales y políticos, se transformó en una de las voces más lúcidas y valientes de la NBA frente a la discriminación, el racismo o las desigualdades estructurales. Su paso como entrenador del Team USA, con el que ganó la medalla de oro en Tokio 2020, también confirmó su compromiso con el desarrollo del juego a nivel global.
Su historia con los Spurs comenzó en 1988, como asistente de Larry Brown, y tras un breve paso por los Golden State Warriors, volvió a San Antonio para quedarse para siempre. Durante 37 años fue una figura constante en la NBA, 35 de ellos dentro de la organización texana.
“El impacto extraordinario del Coach Pop en nuestra familia, en San Antonio, en los Spurs y en el baloncesto es profundo”, afirmó Peter J. Holt, socio gerente de la franquicia. “Sus logros y premios no hacen justicia al efecto que ha tenido en tantas personas. Es verdaderamente único como persona, líder y entrenador.”
Victor Wembanyama, la última "joyita" de Gregg. Foto: GentilezaUn paso al costado que no es una despedida
Aunque ya no estará en el banco de suplentes, Popovich seguirá tomando decisiones clave para el futuro de los Spurs como presidente de operaciones. En esa función, tendrá la responsabilidad de acompañar el crecimiento del nuevo fenómeno del equipo: el joven francés Victor Wembanyama, a quien Pop comenzó a moldear con su habitual paciencia y sabiduría.
Pese a su duro presente en materia salud, Popovich se mantiene activo y vigente. Como mentor, dirigente y símbolo. Su salida del banco marca el fin de una etapa gloriosa, pero también abre una nueva página en una historia que aún no se ha terminado de escribir.