Por Alejandro Galetto
El desafío comenzó desde bien temprano. Y terminó bien tarde. Sin embargo, Maximiliano Baumgartner rindió en buena forma y se mantuvo siempre de buen humor, algo complicado ante tanto asedio del público santafesino, que se acercó hasta el callejero para ver al único representante de nuestra capital en el TC 2000, una de las categorías más importantes del país.
El joven competidor amaneció bien temprano, ya que debía recibir sus padres sustitutos que llegaban de China, donde lo cobijaron como a su propio hijo durante el año que Maxi corrió en la Fórmula Renault Asiática con muy buenos resultados.
Cerca de la medianoche, y luego de la ineludible cena y la ducha reparadora, Baumgartner retornó al circuito para descansar en uno de los tantos Motorhomes que están apostados a los costados del trazado. El Litoral siguió bien de cerca a su piloto y a continuación se describe paso por paso el día del deportista de 18 años.
Con sol
7.30: Maxi se levantó y recibió a sus padres sustitutos chinos.
8.30: Desayunó café con leche con facturas. Después llevó a la “delegación china” a su hotel.
10: Llegó al circuito y comenzó la preparación para los entrenamientos, tanto en la Copa Mégane como en el TC 2000.
12.30: Concretó la inscripción oficial.
14.10: Giró por primera vez en el circuito en la vuelta de reconocimiento en autos particulares, en la Nissan 350 Z de uno de sus patrocinadores.
16.30: Se subió a su auto de la Copa Mégane pero por inconvenientes con el trazado se demoró su salida y no pudo girar.
17.15: Salió a pista con su Honda Civic del equipo de Oscar Fineschi. Como no giraba en la curva 1, ingresó a boxes. Luego pudo salir y cumplir una vuelta de tiempo. Registró 1.32.784.
Con luna
19.30: Salió a rodar con el Mégane en la práctica de la categoría telonera pero sólo dio 3 vueltas detrás del auto de seguridad.
20.05: Volvió a ingresar a pista con el Honda de TC 2000. Esta vez logró dar 10 vueltas y mejoró en 10 segundos sus guarismos. Su mejor marca fue de 1.22.523 para quedar séptimo en su tanda.
21.10: Llevó a cabo el chequeo por telemetría junto a su equipo técnico. En conjunto, decidieron realizar algunos cambios de tipo aerodinámico para los entrenamientos de este sábado.
22.30: Se fue del circuito a cenar con sus familiares.
23.30: Tomó una ducha y finalmente dio por concluida la jornada.
24: Regresó al circuito a pasar la noche en un motorhome de su escudería.
Práctica nocturna
Luego de la segunda tanda de entrenamientos en el TC 2000, Baumgartner dejó sus sensaciones. “Me sentí mucho mejor que en la primera. Me estoy adaptando mucho más al auto y ahora sí empiezo a exigir. Creo que vamos por el bueno camino. Seguiremos trabajando junto con el equipo para ver si se puede mejorar un poquito más”.
Asimismo, se refirió a la innovación que supone correr en horario nocturno. “Fue una sensación rara, por el hecho de no tener esa claridad que hay cuando girás de día, pero me gustó. Fue una experiencia nueva que creo que es valedera. Vamos a ver qué sucede mañana (por este sábado), si clasificamos en las mismas condiciones o no”. La historia continúa...
Primera emoción.
A las 17.15 salió la primera tanda de vehículos del TC 2000 para recorrer el flamante callejero santafesino. Cuando los que iban a la vanguardia ya habían recorrido más de la mitad del trazado y volvían por la avenida Alem, a la altura de calle Belgrano debían cambiar de carril utilizando una chicana.
Pero surgió el primer problema, que por suerte no trajo graves consecuencias, los primeros cinco pilotos no lograron ver el corte de los muretes por donde tenían que pasar y siguieron “de largo”. Los autos involucrados fueron los Honda Civic de Santiago Ventana, Daniel Belli y Mariano González Cono; el Chevrolet Astra de “Corsa”; y el Volkswagen Polo de Néstor Riva.
“Que no se suban a los muretes”
Ni bien terminó el último entrenamiento nocturno del TC 2000 del viernes, Juan Manuel Silva bajó de su Honda Civic, cruzó algunas impresiones con su ingeniero en pista, seguramente con un halo de satisfacción por su buena faena, y rápidamente se dirigió a su motor home.
Durante el trayecto, el piloto nacido en Resistencia, Chaco, dejó su sensación al haber recorrido el circuito utilizando las luminarias de las avenidas Alem y 3 de Febrero: “La verdad es que está muy bueno, la sensación vivida fue excelente, es una experiencia muy linda, diferente a lo que estamos acostumbrados a vivir en este tipo de competencia”.
-Personalmente, ¿te gusta más este trazado, o el del lago?
-Sin dudas, me gusta más éste que el anterior.
-¿La razón fundamental?
-Aunque la exigencia es la misma que la del otro circuito, algo normal por ser un callejero, a éste lo noto más abierto, no tan cerrado como el otro, sólo por eso, me encanta.
-Después de estos primeros ensayos, ¿cuáles son las cosas que se debería corregir de aquí a la final del domingo?
-Hay una cosa que realmente me preocupa, y ojalá se pueda solucionar, le pido a la gente que por favor tome conciencia de lo peligroso que es subirse a los muretes, he visto muchas criaturas arriba de los muros, apoyados contra el alambrado. Hay que tomar conciencia de que vamos muy rápido, que si un auto se golpea puede suceder una tragedia.
-Te noto muy preocupado por eso.
-Sinceramente, lo que a mí más me preocupa es eso, para que esto sea una fiesta, y que tanto los pilotos como el público, la podamos pasar bien, sin lamentar algo que nadie de nosotros quiere que suceda.
“Pechito” quiere pelear
El segundo entrenamiento del TC 2000 llevado a cabo el viernes culminó a las 21.30. El mejor tiempo correspondió a Martín Basso, pero a sólo medio segundo, se ubicó José María López, del equipo Honda Racing, quien manifestó la razón de su excelente tarea: “En realidad tenemos un gran auto, va muy bien, muy fuerte, pero hay que seguir trabajando para ver si podemos mejorar aún más, porque la competencia nunca duerme, lógicamente estar adelante en las primeras pruebas es un buen indicio”.
“Pechito” López también se refirió al hecho de correr de noche: “Fue una sensación muy linda, rara, diferente. Nosotros, que venimos concentrados en lo que debemos hacer arriba del auto, quizás no nos demos cuenta, pero seguramente para la gente debe ser un espectáculo hermoso y muy llamativo. Lo que sí, hay que estar más atentos, lo que más molesta son los reflejos y las sombras. De por sí, un circuito callejero exige mucho más, por eso de noche, para los pilotos, es una exigencia muy grande, pero igual está bueno”.




































