Entre los hechos más llamativos que surgieron de la declaración de los damnificados por el ex comisario de la Seccional Décima figura el de un carnicero que “entregó mercadería en diferentes oportunidades a título de colaboración”. El comerciante recuerda que una vez le dio “un costillar” a Rubén Zampar en persona, que se lo llevó en un auto azul.
Una mujer que organiza bingos en su casa de calle JR Méndez dijo que tres meses atrás Zampar le había pedido 0 por semana y que los pagaba regularmente.
“En todos los casos, las declaraciones de las víctimas son precisas, además de coincidentes respecto de las amenazas, amedrentamientos e intimidaciones que el comisario les profería, con el consabido perjuicio económico que ello les representaba”, indicó el juez Diego De la Torre.
El dueño de un hotel pagó $ 1.000 -en 10 cuotas- en concepto de contribuciones “para cubrir gastos de combustible y personal”, bajo la excusa de que iban para la cooperadora.


































