Los Beatles y Tolkien: El Señor de los Anillos que no fue
El Señor de los Anillos tuvo muchos intentos fallidos de ser llevado a la pantalla grande antes de la trilogía de Jackson, quizas el más conocido sea el que tiene como protagonistas a la banda de Liverpool.
Lunes 12.8.2019
/
Última actualización 18:29
En 1963, los Beatles aceptaron un acuerdo para hacer tres películas que les ofreció United Artists. La primera fue la brillante «A Hard Day’s Night», un seudodocumental en el que los miembros de la banda se interpretan a sí mismos que tuvo mucho éxito. La segunda fue «Help!», una parodia de James Bond en la que los Beatles luchan contra un culto maligno, que recibió críticas mezcladas y que no superó a la primera.
A continuación a los Beatles observaron un plan ambicioso para su tercera incursión en la pantalla grande. Planearon hacer una adaptación al cine de "El Señor de los Anillos". Si el proyecto hubiera prosperado hubiera sido, quizá, en detrimento de «Magical Mistery Tour», el corto que hicieron para TV a finales de 1967.
Captura de pantalla
Foto: Captura de pantalla
Los cuatro Beatles estaban muy influenciados por la obra de Tolkien, y pretendían homenajearlo creando una adaptación psicodélica acompañada de un puñado de canciones originales. Paul McCartney sería Frodo; Ringo Starr, su fiel compañero, Sam; George Harrison daría vida al mago Gandalf, John Lennon aparecería como Gollum y la modelo Twiggy (muy famosa en los años 60) como Galadriel.
Una de las novedades consistía en que el director del filme no sería Richard Lester, aunque la banda estaba bastante satisfecha con su trabajo, y le ofrecieron dirigir la película a Stanley Kubrick, el director cerebral y visionario conocido por sus complejas técnicas narrativas y su trabajo pionero con los efectos especiales.
En ese momento, Kubrick ya tenía varios éxitos importantes en su haber («Espartaco», «Lolita», «Dr. Strangelove») y los Beatles pensaron que la pericia y la visión de Kubrick podrían conjurar una adaptación en pantalla alucinante y groovy de la obra maestra de Tolkien.
Sin embargo, Kubrick rechazó la oferta explicando a John Lennon que creía que la novela no podía adaptarse a una película debido a su amplitud, a su inmensidad. El proyecto quedaba huérfano, ni el autor quería a los Beatles protagonizando su obra, ni el director veía factible ni deseable llevarla al cine, menos en una sola película.
Peter Jackson, explicó en 2002 al periódico "Evening Post" de Wellington y más tarde "Deadline" que le comentó la historia a McCartney y que este confirmó su veracidad.
"Fue algo que John estaba manejando y J.R.R. Tolkien todavía tenía los derechos en esa etapa, pero no le gustó la idea de que los Beatles lo hicieran y liquidó la idea. Probablemente habrían surgido algunas buenas canciones en el álbum de esa banda sonora".
Eso es lo que sintió Jackson, las canciones que pudieron ser y no fueron, más que la película en sí misma. Por lo visto McCartney le soltó sin problema:
"Mejor, porque si la hubiéramos hecho, quizá no podríamos haber visto la tuya, y fue genial ver tu película".