El príncipe Harry y el rey Carlos III se reencontraron este martes en Clarence House, la residencia oficial del monarca en Londres, en lo que constituyó su primera reunión presencial desde febrero de 2024.
Es la primera vez que el hijo menor visita a su padre en Clarence House desde febrero de 2024, días después de que el monarca revelara que estaba siendo tratado por un cáncer no revelado

El príncipe Harry y el rey Carlos III se reencontraron este martes en Clarence House, la residencia oficial del monarca en Londres, en lo que constituyó su primera reunión presencial desde febrero de 2024.
El encuentro —breve, discreto y sin fotografías oficiales— se produjo en el marco de una gira del duque de Sussex por el Reino Unido, donde participó de actividades benéficas y conmemoró el tercer aniversario del fallecimiento de su abuela, la reina Isabel II.
La relación entre Harry y su padre ha sido objeto de constante escrutinio mediático desde que el hijo menor del rey abandonó sus funciones reales y se radicó en Estados Unidos junto a su esposa, Meghan Markle. Desde entonces, los contactos fueron esporádicos y tensos.
En febrero de 2024, pocos días después de que el Palacio de Buckingham informara que el rey Carlos III estaba siendo tratado por un tipo de cáncer no especificado, Harry viajó brevemente a Londres. Pero en aquella ocasión, la reunión fue apenas un saludo protocolar, de minutos. Desde entonces, no habían vuelto a compartir un espacio privado.
Según confirmaron fuentes cercanas al Palacio, el rey se mostró dispuesto a recibir a su hijo en medio de una agenda institucional que, por cuestiones de salud, aún se maneja con cautela. En Clarence House, y durante algo menos de una hora, padre e hijo compartieron un té y conversaron a solas.
Aunque el gesto es leído en Reino Unido como un paso en la dirección correcta, no todo en la familia real respira reconciliación. Los medios británicos coinciden en que no hubo encuentro entre Harry y su hermano mayor, el príncipe William, heredero al trono, con quien las diferencias son aún más profundas.
Tampoco se habría producido ningún acercamiento con Kate Middleton, princesa de Gales, quien transita una larga recuperación tras una enfermedad también no detallada públicamente.
Según el diario The Guardian, desde el entorno de William y Kate se habría evitado cuidadosamente cualquier instancia de cruce durante la visita de Harry. “No hay espacio aún para sanar del todo”, deslizó una fuente palaciega al rotativo londinense.
La reunión fue confirmada por varios medios, entre ellos The Guardian, People y The Washington Post, aunque el Palacio de Buckingham evitó emitir un comunicado formal. La decisión de no oficializar el encuentro responde, según analistas reales, a un intento por mantener el gesto en el terreno de lo privado y evitar especulaciones excesivas.
No obstante, el gesto no pasó desapercibido. En plena gira por el Reino Unido, y mientras el príncipe Harry mantiene su residencia en California, el encuentro abre interrogantes sobre el posible restablecimiento de vínculos con la familia real.
Con el rey Carlos aún bajo tratamiento oncológico y con un calendario institucional restringido, cada gesto tiene peso político y simbólico. Este, en particular, podría marcar el inicio de una distensión mayor. O no. En la familia real británica, lo que parece simple casi nunca lo es.




