El régimen de Nicolás Maduro ordenó este domingo la liberación de 13 presos políticos en Venezuela. Ocho de ellos fueron completamente excarcelados, mientras que cinco recibieron arresto domiciliario.
El régimen de Nicolás Maduro excarceló este domingo a 13 presos políticos, incluidos opositores y un exdiputado, mientras que otros cinco recibieron arresto domiciliario; la medida ocurre en un contexto de tensiones políticas y presiones internacionales.

El régimen de Nicolás Maduro ordenó este domingo la liberación de 13 presos políticos en Venezuela. Ocho de ellos fueron completamente excarcelados, mientras que cinco recibieron arresto domiciliario.
La medida fue anunciada en medio de un contexto de tensiones internas y fuertes críticas de organismos internacionales que acusan al gobierno venezolano de violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
La liberación ocurre en un momento particularmente delicado para el chavismo, luego de que la comunidad internacional intensificara las denuncias por represión política, torturas, detenciones arbitrarias y persecución a líderes opositores.
Entre los liberados se encuentran figuras reconocidas de la oposición venezolana. Entre los ocho excarcelados están el exdiputado Américo De Grazia, así como Víctor Jurado, Simón Vargas, Arelis Ojeda Escalante, Mayra Castro, Diana Berrío, Gorka Carnevalli y Margarita Assenzo.
Por otro lado, los cinco dirigentes que fueron trasladados a arresto domiciliario son Nabil Maalouf, Valentín Gutiérrez Pineda, Rafael Ramírez, Pedro Guanipa y David Barroso.
Muchos de ellos fueron detenidos en el marco de investigaciones impulsadas por el gobierno por supuestos hechos de corrupción en alcaldías opositoras. Las detenciones, en su momento, fueron denunciadas por sectores políticos y organizaciones de derechos humanos como una maniobra para debilitar la estructura territorial de la oposición.
Américo De Grazia fue uno de los nombres más resonantes de esta lista. Su detención se produjo tras la reelección de Maduro en julio de 2024, un proceso cuestionado por irregularidades y escasa participación electoral. De Grazia padeció problemas de salud durante su tiempo en prisión, situación que generó preocupación en su entorno y en la comunidad internacional.
La mayoría de los liberados había sido arrestada entre 2023 y 2024, en el marco de una intensificación del control político por parte del gobierno sobre las instituciones. Se estima que en Venezuela aún permanecen detenidas más de 200 personas por motivos considerados políticos, aunque la cifra exacta varía según las fuentes.
La excarcelación de estos presos políticos se da después de que diversas organizaciones internacionales, incluyendo organismos de la ONU y la OEA, denunciaran con firmeza las prácticas del régimen de Maduro. Los informes más recientes alertan sobre detenciones ilegales, malos tratos a detenidos, desapariciones forzadas e incluso ejecuciones extrajudiciales.
Además, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha señalado que el proceso electoral venezolano carece de legitimidad democrática, e instó al Estado a garantizar la libertad política y el respeto por las garantías judiciales.
En este marco, la liberación parcial de algunos presos aparece como un intento del chavismo por mejorar su imagen internacional o, al menos, aliviar la presión ante organismos multilaterales y gobiernos de la región.
El gobierno argentino ha mantenido una postura crítica frente al gobierno de Maduro. En más de una ocasión, desde Buenos Aires se reclamó la liberación de dirigentes opositores detenidos arbitrariamente. En paralelo, seis líderes opositores venezolanos permanecen refugiados en la embajada argentina en Caracas, bajo protección diplomática.
El presidente Javier Milei ha sido particularmente vocal en su condena al régimen venezolano, calificándolo de dictatorial y reclamando acciones firmes por parte de los países democráticos de la región.
Otros países de América Latina, como Chile, Uruguay y Paraguay, también han manifestado preocupación por la situación venezolana, en contraste con las posturas más cercanas al chavismo que mantienen gobiernos como los de Nicaragua o Cuba.
Las interpretaciones sobre la decisión de Maduro son diversas. Algunos sectores la ven como una señal de distensión o como un intento de iniciar un diálogo con sectores moderados de la oposición. Otros, sin embargo, sostienen que se trata de una maniobra puramente estratégica, diseñada para ganar oxígeno político sin ceder realmente en el control del poder.
Analistas internacionales destacan que, si bien la excarcelación de 13 personas representa un alivio para sus familias, no modifica el núcleo autoritario del sistema político venezolano. Las estructuras represivas siguen operativas y la persecución a periodistas, sindicalistas y activistas sociales continúa.
El futuro inmediato de la política venezolana continúa marcado por la incertidumbre. Aunque estas liberaciones pueden ser leídas como un pequeño avance, la falta de un cronograma electoral transparente y la persistencia de detenciones arbitrarias siguen generando preocupación.
La comunidad internacional observa con atención cada movimiento del régimen. A medida que se acercan nuevas instancias políticas y electorales en la región, Venezuela vuelve a ocupar un lugar central en la agenda latinoamericana.




