El presidente de Perú, Pedro Castillo, ideológicamente izquierdista, negó ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) que su gobierno sea comunista y vaya a realizar expropiaciones. Por el contrario, el mandatario peruano instó a que empresas extranjeras se animen a invertir en su país.
"Nosotros no somos comunistas, nosotros no hemos venido a expropiar a nadie, a ahuyentar las inversiones, por el contrario llamamos a los grandes inversionistas", expuso Castillo durante una sesión encabezada por el cuestionado secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro.
Castillo ya había subrayado durante la accidentada campaña electoral que su ideología no era comunista, aparentemente para tranquilizar a sus enconados rivales de derecha por las críticas que lanzaba contra el modelo de economía de mercado. Al respecto, sostuvo que la oposición los estigmatizó "por pedir cambios estructurales en sintonía con el pueblo".
Castillo recordó que Perú es "eminentemente minero" y que "tiene bastante riqueza, pero la misma debe sentirla el hombre más común". Sobre los sueldos de los altos empresarios, expresó que si bien no los juzga y tampoco cuestiona que algunos hayan llegado a tener "gran bonanza" con "el sudor de su frente, primero se debe pensar en el país".
"Tenemos en Perú niños con plomo en la sangre, muchísimos compatriotas en la selva tuberculosos, pueblos totalmente desintegrados y al otro lado tenemos funcionarios con inmensos sueldos, con inmensas riquezas. Primero debemos asumir responsabilidades pensando en el pueblo", refirió.
Castillo inició esta semana en Washington la segunda etapa de una gira que empezó en México, donde participó en la cumbre de la Celac. Este martes participará en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, donde se reunirá con los jefes del FMI y el Banco Mundial. El Presidente del Consejo Permanente y embajador peruano, Harold Forsyth, convocó la sesión que se realizó de manera virtual y semipresencial, en ocasión de la visita de Castillo a la sede de la OEA.
El mandatario peruano pidió que dicho organismo sea "netamente un espacio equitativo y social, donde se garanticen los derechos humanos y se hable de una verdadera democracia e igualdad de oportunidades, sin discriminaciones". Luis Almagro, de tendencia conservadora, había elogiado sorpresivamente la visión social de Castillo, destacando, ante todo, que se trata "del primer presidente campesino de Perú".
Maestro rural de 51 años, Castillo asumió el máximo cargo Ejecutivo de su país en julio, para convertirse así en el primer gobernante peruano sin parentesco con las élites política, económica y cultural. Ganó la presidencia como candidato de Perú Libre, un pequeño partido regional marxista leninista, en una muy ajustada victoria en el balotaje sobre Keiko Fujimori.
Su triunfo causó sorpresa generalizada y varios días de incertidumbre, por el empecinamiento de su oponente y todo el arco derechista a deslegitimar su triunfo bajo argumentos de fraude. Una misión de observadores de la OEA dictaminó en un informe que los comicios fueron limpios y respaldaron la labor de las autoridades electorales peruanas.