Las pruebas de ADN confirman que Osama Bin Laden murió ayer en el ataque militar a la residencia donde se ocultaba en las afueras de la capital de Pakistán, aseguró hoy un funcionario estadounidense.
Según la fuente, que habló a los medios de prensa bajo la condición de anonimato, las pruebas coinciden "al 99,9 por ciento" con uno de los cadáveres localizados en la mansión de Abbottabad, a unos 60 kilómetros al norte de Islamabad, informó la cadena CNN.
Además, dijo que para identificar el cadáver se utilizó "una variedad de métodos", pero no especificó cuáles. Según la cadena ABC News, Las muestras habrían sido comparadas con las de una de sus hermanas, fallecida de cáncer en la ciudad estadounidense de Boston.
En el operativo en Pakistán, además de Bin Laden murieron otras cuatro personas, tres hombres -Washington cree que se trata de uno de los hijos adultos del terrorista y dos de sus correos- y una mujer.
Los agentes estadounidenses recuperaron el cadáver del líder de Al Qaeda, que se trasladó a un buque de guerra estadounidense.
Tras su identificación, y la toma de fotografías del cadáver -que el Gobierno estadounidense trata aún de decidir si hará públicas o no- se optó por arrojar los restos del terrorista al mar.
Según, un alto funcionario, la decisión se tomó para evitar que, si se le enterraba, su tumba pudiera convertirse en un lugar de peregrinación para extremistas islámicos.
Además, precisó, hubiera sido complicado encontrar un tercer país dispuesto a aceptar los restos del terrorista más buscado del planeta.
De acuerdo con la fuente, el cadáver se trató de acuerdo con lo que prescriben las costumbres islámicas, que establecen que los cuerpos se entierren casi de inmediato tras el fallecimiento.
Télam
































