Una enorme tormenta de polvo cubrió el desierto de Tanami, cuando fuertes vientos levantaron un espeso muro de arena que se extendió por kilómetros. Las imágenes, registradas por trabajadores de la zona, muestran cómo el cielo adquirió tonos rojizos y anaranjados mientras la nube avanzaba a gran velocidad.
El fenómeno no solo alteró la visibilidad y las condiciones ambientales del remoto paisaje australiano, sino que también sorprendió a los empleados de una de las minas de oro subterráneas más grandes del país, situada en la región. La tormenta envolvió el complejo minero y obligó a suspender actividades por cuestiones de seguridad.
La fuerza del viento generó densas nubes de escombros que se elevaron hasta formar un auténtico muro de arena, un fenómeno común en zonas áridas, aunque pocas veces con esta intensidad. La tormenta fue, además, la segunda consecutiva, ya que un episodio similar había afectado al área el día anterior.
Autoridades meteorológicas locales explicaron que este tipo de eventos se produce cuando una masa de aire frío se desplaza rápidamente sobre terreno seco, levantando grandes cantidades de polvo y arena. En Tanami, la combinación de fuertes ráfagas y la aridez extrema del terreno favoreció la formación de esta impresionante tormenta, que dejó postales tan impactantes como inquietantes.